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Es por ello, y como cada año, que El Hijo del Santo se dio cita en el Jardín de El Santo, en el barrio de Tepito para montar una guardia de honor en la estatua dedicada a su padre, portando un arreglo floral y una veladora.
Ya lo esperaban algunos aficionados, listos para compartir esos minutos, en los que se demostró que la leyenda de plata está vigente. "Agradezco que nos hagan el favor de acompañarnos para recordar a mi padre.
El Santo sigue vivo. Lamentablemente quien le dio vida, Rodolfo Guzmán Huerta, ya no está con nosotros. Ya son muchos años, lo recordamos con mucho cariño y lo extrañamos", mencionó el heredero al pie de la estatua.
Lo mismo se acercaron jóvenes aficionados que algunos de la vieja guardia como el señor Aniceto Rangel, quien en su infancia conoció a El Santo.
De hecho, eran vecinos y amigos en la Colonia Sevilla. "Nunca lo vi llevarse mal con alguien. Yo tenía unos 12 años cuando íbamos a verlo luchar.
Había veces que llegaba a su casa, pero sus hijos estaban dando lata y no lo dejaban dormir, entonces iba a mi casa y le decía a mi papá que le diera permiso de dormir un rato porque allá era imposible", confesó Aniceto Rangel.
ASÍ LO DIJO "Cada vez que me pongo esta máscara, mi padre está presente, pero siempre lo recuerdo en todo momento. Gracias a todos por querer a mi padre".
El Hijo del Santo Poco a poco El Hijo del Santo aseguró que no tiene ninguna prisa para que Santo Jr. aparezca en los cuadriláteros de manera precipitada.
El nieto del Enmascarado de Plata debutó en julio del 2016 en Londres, Inglaterra, para después presentarse en Tijuana, Baja, California. "No tengo prisa para que luche.
Primero está la escuela y le faltan dos años para que termine su carrera. Eso es lo más importante. Lo otro, ya vendrá después.
Yo acabé mi carrera como me lo pidió mi padre, ahora él está haciendo lo propio", mencionó el plateado.
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