Danza y sensualidad, una combinación explosiva

(EL UNIVERSAL) La danza o el baile es parte de la historia de la humanidad, se ha bailado con motivos religiosos, políticos, bélicos, estéticos, artísticos y por entretenimiento.

La vida misma es una danza, desde el movimiento de los ríos a los cambios de estación.
Al bailar conocemos el mundo, nuestros cuerpos, los de otros y así vamos creando experiencias placenteras.

El cortejo, la seducción y la búsqueda del otro por medio del baile está presente en la naturaleza, por ejemplo, en especies animales de aves, los machos bailan para atraer a la hembra y aparearse, ellos saben que no existe mejor manera de seducir al que los ha cautivado que a través del baile.
La sensualidad tiene su magia en la habilidad de disfrutarnos desde los 5 sentidos; una persona que goza de bailar está gozando de su sensualidad porque se permite sentir, tocar, oler, escuchar y mirar y le permite hacer lo mismo al otro con quien se comparte en el baile.
En algunas culturas antiguas de las cuales todavía disfrutamos sus bailes como la danza del vientre y danzas como la polinesia, hombres y mujeres bailaban con fines de cortejo, embelleciendo sus cuerpos y mostrando sus atributos sin censura.

Incluso los bailes buscaban habilitar el cuerpo en sus movimientos para mejorar la vivencia del placer y aumentar la probabilidad de la experiencia del orgasmo, favorecer la intimidad y renovarse en los encuentros eróticos y coitales.
En la actualidad en terapia sexológica se ha constatado que el baile genera resultados palpables en el campo de la sexualidad.

Las personas conocen su cuerpo y al mismo tiempo se hace más flexible y controlable, los bailes que favorecen el movimiento de caderas en mujeres tonifican el suelo pélvico lo que favorece la percepción de los orgasmos vaginales, modifican sus estados de ánimo y prevalece la sensación de bienestar e impacta positivamente en la autoestima, entre otros.
Todos estos cambios que ocurren gracias al baile generan que las personas que lo practican sean seductoras pues resultan mucho más atractivas que el resto.
Recuerda que quien triunfa en el arte de la seducción será quien primero se haya seducido así mismo, aquel que ha bailado para sí, que se ha conquistado y ahora puede conquistar a otros.

Esta persona sin duda podrá generar reacciones emocionales de manera individual y para los demás ya sea por deseo sexual, excitación o relajación.
Así que ya lo sabes, si quieres seducir ¡empieza a bailar!