REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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Pedro pescador de hombres

…” Dijo a Simón: Guía adelante, hacia lo profundo, y echad las redes para pescar “… (Lc. 5,4)
domingo, 7 de julio de 2019
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Quede claro, Dios todo lo puede y lo revela su dulzura con que obra cuando descubre en el interior del alma la pureza y la ausencia de imperfecciones, la inocencia e integridad interior cimentado en el corazón de quien cree en su divinidad de Hijo de Dios.

El Señor se goza y con delicada suavidad y exquisitez va en busca de la oveja que perdida en los caminos del mundo no puede por sí misma encontrar la luz esperanzadora de salvación, así obro Nuestro Señor Jesucristo con sus primeros discípulos y ese mismo proceder lo hace con todas las almas y en todos los siglos creadas, ejemplo único de Padre paciente y amoroso siempre está al lado de cada ser humano en todos los momentos de su vida.

Reza el Evangelio de la pesca milagrosa; …” Pasando a lo largo del mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, hermano de Simón, que echaban la red en el mar, pues eran pescadores”…El Señor viendo lo profundo de sus corazones descubre en quienes serán sus discípulos tristeza, cansancio y agobio, conociendo la razón de su ánimo sin detenerse va a consolarles en su agotamiento, obvió que ellos adentrados resignados en su trabajo y en su pensamiento la preocupación de haber pasado una noche en vela sin obtener un solo pez.

La playa donde guardan las barcas, tiende las a secar la gente va comprar peces a los dueños de las barcas por lo que es natural el paso de la gente que no llama la atención a Simón y los demás compañeros el ir venir y pasar ya que ellos están absortos en sus labores de pescadores que no repararon en la presencia del Señor hasta que acercándose a ellos, como así procede el Señor con las almas de que se goza, va a atraerlas a su corazón, dijo Jesús; …”Venid seguidme, y Yo os haré pescadores de hombres “…Lo profetizado en su momento quedo cumplido, así de ellos y sus seguidores se ha servido para mantenerse a través de los siglos a estar presente en las almas y corazones que en verdad le aman y sirven de acuerdo a su mandamiento de amor y doctrina de salvación y gozoso espera las alejadas de Él por sus pecados.
Cristo Nuestro Señor hace acopio de almas y son sus discípulos de entre las muchedumbres que le escuchaban y seguían a todas partes los que de verdad le aceptaron, el Señor en todo instante va al fondo de cada alma buscando en cada corazón la convicción de fe en Él, la aceptación firme de aceptación a su enseñanza, así obro el Señor hasta encontrar las almas humildes y sencillas en quienes fueron sus discípulos desde el primer instante que lo escucharon, en su interior surgió una limpia y sincera llamita de fe que ira poco a apoco en aumento fueron los únicos, por eso cuando vino el divino llamado del Hijo de Dios hecho hombre, conmovidos de ello viven una especial alegría interior, a pesar de que en ellos era conocido no tener conocimiento de su doctrina aceptan su palabra que a su lado van entendiendo y guardan en su interior viviendo la atracción de su divinidad que cautivo su alma al escuchar su voz y ver lo que los demás no veían en la expresión de su divino rostro entendían estar viendo a Dios, estar viviendo la dulzura de su mirada amorosa que al instante olvidando todo compromiso con el mundo respondieron y fue a más en su corazón la suavidad, bondad y ternura de Nuestro Señor Jesucristo que estarán con Él hasta el final de su propia existencia con fe, amor y fidelidad, quede entendido, Jesús, no podía haber atraído a quien tuviera doblez en la conciencia, reza el Santo Evangelio; …” Y esté es el juicio: que la luz ha venido al mundo, y los hombres han amado más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas “…Esta convicción está entendida en la mente del cristiano católico y no en el incrédulo.

Los reunidos en la sinagoga, escuchan de los sacerdotes la lectura y explicación de la ley, algunos lo hace mal, otros regular y pocos bien, la gente aprende lo que podía entender de la Escritura, pero esta ocasión será diferente, de nuestra parte al leer los Santos Evangelios nos damos la idea de la predicación, pero poco nos ponemos en el lugar de las muchedumbre que escuchaba la voz sonora conmovedora y apasionante de Cristo Nuestro Señor que se anidaba en sus oídos el mensaje dulce, firme y armonioso que despierta en ellos una inquietud especial no experimentada recibiendo admirados y maravillados sin reconocer su divinidad.

En esta ocasión, el Divino Maestro ha leído la Escritura que pronunciada con la autoridad de quien conoce, conmueve, asombra y deslumbra el interior de los asistentes, llama su atención un algo que no entendían y no comprendían porque carecen de la fe en Él, su voz quedará poco tiempo en su memoria no en su corazón, emoción pasajera que al rato olvidaran; no es causa de alarma está actitud contra Nuestro Señor Jesucristo de esos hombres a los que vino a salvar, porque la misma postura y conducta del ayer, es la misma de hoy hacia su Creador, la humanidad actúa como esos infelices al conocer su palabra, obra y prodigios, escuchan es cierto pero a la hora de decidir critican y desprecian titubean y nace el odio a quien ningún odio merece sino agradecer la misericordiosa voluntad del Señor.


La enseñanza de Nuestro Señor Jesucristo es en todo sentido gloriosa y eminente, sublime y excelsa. Declara a los reunidos en la sinagoga en día sábado como lo hace sin cesar a la posteridad de los tiempos; no vino al mundo por deseo propio, vino a cumplir la misión encomendada por Dios su Padre, por lo que no es suya; vino obediente y gozoso a cumplir el deseo ferviente de Dios su amado Padre y lo confirma; …”El espíritu del Señor esta en Mí, porque el me ungió, Él me envió a dar la buena nueva a los pobres, a anunciar a los cautivos la liberación, y a los ciegos la vista, a poner en libertad a los oprimidos” …Queda manifestado a los tiempos su divinidad de Hijo de Dios hecho hombre.

La buena nueva a que se refiere el Señor está escrita en los Santos Evangelios; se inclina a los pobres de espíritu, a los de corazón cerrado por sus malos hábitos y costumbres; a los que hastiados de lo que han hecho en el mundo viven apegados a él cautivos; a las almas convertidas en esclavos del pecado que el demonio tiene sujetos para evitar que el cristiano católico rompa esas cadenas, y salga de la cautividad; termina Jesús la lectura de la Escritura y dijo a los reunidos en esa sinagoga; …” Hoy esta Escritura se ha cumplido delante de vosotros “… ¿Entenderían los sumos sacerdotes y el pueblo el significado de lo leído por nuestro Salvador? Vino un silencio en los ahí reunidos no había palabras que decir, la voz de Cristo Nuestro Señor se impuso a todo pensamiento, parecería que paso por su mente a velocidad sus pecados que nadie se atrevió a preguntar, sacudidos por su lectura que se convierte en Catedra, lo que surgió fue un entusiasmo pasajero, la soberbia maligna silencio sus corazones e hizo que la humildad del Señor en los ahí reunidos fuera mal vista la obediencia de Cristo Nuestro Señor a la voluntad de su Padre.
Dijo San Juan Crisóstomo; …” Dios no necesita de nuestros trabajos, sino de nuestra obediencia “…
Sea este hecho de la vida de Cristo Nuestro Señor la pesca milagrosa, mostrarnos el nivel de fe, obediencia y humildad con que a diario nos presentamos al Señor, sorprendidos por ello, descubriremos que el espejo de la vida nos muestra que nuestra realidad está muy distante de lo que el Señor espera de mi alma.

Ahondemos en ello; …” Y sucedió que la muchedumbre se agolpaba sobre Él para oír la palabra de Dios, estando Jesús de pie junto al lago de Genesaret “… El Señor esta en la orilla, entre tierra y agua, la muchedumbre se viene contra Él, da un paso atrás, ellos dan uno adelante, así hasta casi meterse todos al agua.

Nuestro Señor deja testimonio de la obra a realizar, y manifiesta como empezó su obrar. Leer y profundizar este hecho evangélico es conmovedor, ¿Que el Señor es escuchado? ¡Sí! Como hoy se escucha en las homilías de los domingos, unos dormidos, otros juzgando a los demás, esperando recojan la limosna para que vean lo que voy a dar, acusando de miserables a los que no dan, criticando hasta como van hombres y mujeres vestidos, atentos no al Altar, ni a la palabra de Dios, sino a lo que los demás hacen o dejan de hacer, todo esto es lo mismo que vive el Señor en otra forma, la muchedumbre va a ver que dice, y si hace un milagro, este es el cuadro por él que Jesús dará un paso delante a su obra de redención.

El Señor ha visto a Simón Pedro y sus hermanos abstraídos en su trabajo, preocupados y cansados, conoce la razón de ello y va a consolarlos.

Dice el evangelista; …” Y viendo dos barcas amarradas a la orilla del lago, cuyos pescadores habían descendido y lavaban sus redes” … El Señor todo lo tiene previsto y resuelto cuando de la salvación de las almas se trata, acomoda la situación a la solución de ser escuchado, estando una de esas barcas atadas, cuya propiedad es de Pedro, debió llamar a Simón y pidió el favor, este al reconocerlo, dejo lo que hacia y atendió su solicitud; …” Subió en una de aquellas, la que era de Simón, y rogó a esté que la separara un poco de la tierra.

Y sentado, enseñaba a la muchedumbre desde la barca “…Claro que Simón Pedro y Andrés, estuvieron al lado del Señor en silencio escuchando su enseñanza, elevo más la devoción a su Maestro.

Termina su predicación y despide a la gente, Jesús ha permanecido en la barca; …” Cuando acabo de hablar, dijo a Simón: Guía adelante, hacia lo profundo, y echad las redes para pescar “…Simón Pedro, obedece a su Señor y empiezan a remar al lugar que dispuso su Maestro, conocedores del lago, se dirigen al punto profundo que Pedro conoce como experto pescador, sus barcas salen a pescar en la noche, ya que es más fácil, de día es poco el éxito de una pesca; llegado al lugar;…” Respondióle Simón Pedro y dijo: Maestro, toda la noche estuvimos bregando y no pescamos nada, pero, sobre tu palabra, echaré las redes “… Incrédulo a lo dispuesto por Nuestro Señor Jesucristo, es posible que desde que Jesús le dijo echara ahí las redes, en sus adentros a como era su carácter, diría; …Señor, va a ser trabajo en vano, pero está bien, obedezco… Quiso ahorrarse el trabajo Simón Pedro de lanzar las redes al mar, por lo que advirtió al Señor lo que creía no conocía, pero Jesús siendo Dios sabía en detalle que ningún pez lograron pescar por la noche, todavía era incipiente la fe de Simón Pedro y sus hermanos para creer en su palabra.


Echan las redes; …” Lo hicieron, y apresaron una gran cantidad de peces. Pero sus redes se rompían “…He aquí la sorpresa inexplicable, en pleno día cuando los peces no salen de sus guaridas, han salido graciosos obedeciendo a su Creador, y se agolpan en las redes, cada vez va aumentando el peso, creándose en un momento el problema: las redes a punto de reventar, se perderá la pesca y se hundirá la barca, pero lo más crítico, el Señor va con ellos, menudo problema el de Simón Pedro, no vislumbro ni alcanzo a percibir que estando con ellos el divino Maestro nada de eso iba ocurrir, lo que es para nosotros un ejemplo de falta de fe y confianza en Dios en nuestras tribulaciones, nos desesperamos no encontrar solución a nuestros problemas, así Pedro y sus compañeros, su fe era muy poca, la agitación y el peligro de zozobrar los mantiene agitados, no encuentra reposo su alma para obrar y salir a la orilla, imaginemos a Jesús, verlos hacer todo lo que hicieron, gritos, ordenes, acomodos, los remos para un lado u otro, el Señor paciente, espera viniera a su mente su presencia;.

…” Entonces hicieron señas a sus compañeros, de la otra barca, para que vinieran ayudarles. Vinieron, y se llenaron ambas, a tal punto que se hundían “… El problema ya no fue de una barca, fue de las dos, se agudiza mas el problema, cada equipo de pescadores lucha porque no hunda su barca y llegar a la orilla, debieron luchar con un gran esfuerzo hasta mantener a flote las barcas cargadas de peces, poniéndonos en el lugar de Simón y sus compañeros, ellos veían la muerte, angustiados sacaron fuerzas de no se donde para evitar la catástrofe, en este hecho Cristo Nuestro Señor nos enseña, que con nuestras solas fuerzas no podremos resolver nuestras tribulaciones, amarguras y aflicciones, al contrario mas nos exaspera y terminamos mal, irritados de que las cosas no se dieron, empezamos a culpar a los demás, a buscar un responsable, cuando el responsable es uno mismo, por su falta de verdadera fe y confianza en Dios.

Aquí lo importante es que Dios Nuestro Señor enseño a Simón Pedro y a sus compañeros, que llevar la barca de la Iglesia, no será cosa fácil, tendrá problemáticas casi al punto del exterminio, pero Cristo Nuestro Señor, con su sola palabra la salvara, ello esta en la oración y la Santa Misa, en todo aquello que muestre al Señor que su deseo es el nuestro, así la Iglesia se salvará, las naciones se salvaran de los hecatombes de la naturaleza, como de la soberbia de los seres humanos, y por último, tu y yo estimado (a) lector (a) bien sabes cuantas ocasiones has estado en problemas intensos y graves, casi de muerte o perder tu alma y tus cosas materiales por tus negligencias, cuando has despertado tu fe en Cristo Nuestro Señor, y humilde te acercaste a Él, todo cambio, es dar gracias a Dios que todo lo puede, como pudo en ti.
…” Visto lo cual, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús, y le dijo: ¡Apártate de mí Señor, porque yo soy un pecador! “… Nos enseña Simón Pedro, cuando todo se va solucionando, hasta entonces aparece Jesús en su corazón, admiremos su humildad, su arrepentimiento, su docilidad, su fidelidad y su amor por su Maestro, claro que el Señor no se iba apartar de él ni de nadie, como de echo así es, el hablo así porque su formación iniciaba con esta prueba, no avizoro era el principio de la obra que Cristo Nuestro Señor va encomendarle.

Recapacitemos en este bello arrepentimiento de Simón Pedro, y preguntémonos; ¿Alguna vez me he arrepentido con esa fuerza de suplicar el perdón a Dios? Solo te darás la respuesta, el evangelista expresa el sentir de Simón Pedro y sus compañeros; …” Es que el estupor se había apoderado de él y de todos sus compañeros, por la pesca que habían hecho juntos, y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Pedro.

Y Jesús dijo a Simón; No temas, desde ahora pescarás hombres. Llevaron las barcas a tierra, y dejando todo, se fueron con Él “…Así fue como anuncio Cristo Nuestro Señor a Pedro: en adelante serás pescador de hombres.
hefelira@yahoo.com






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