Escucha la señal.... de su corazón

Agencia/Reforma
Cuando sintió un dolor en el pecho supo que era el momento.
Felipe Jiménez había luchado con dietas contra la obesidad por décadas, perdiendo siempre las batallas, hasta que decidió operarse.
Con una sonrisa de orgullo en su rostro, muestra aquella enorme playera que solía usar antes de perder 108 kilos de peso.
"Es un recuerdo de cómo estaba.

Esta camisa me quedaba así (apretada)", dice el comerciante de 42 años.
Cuando tenía 39 años pesaba 198 kilos y actividades tan cotidianas como caminar pocos metros y subir menos de 20 escalones se habían convertido en un martirio y una experiencia muy traumática, que no se la desea a nadie.
"Hice muchas dietas y llega un punto en que es una enfermedad, que el cuerpo ya no te acepta que comas poquito".
Pero cuando sintió un dolor en el corazón, el miedo de apoderó de él y supo que tenía que actuar.
"'Ocupo que me oriente, ¿quién me puede operar?'", recuerda que le preguntó al médico que consultó en aquella ocasión.
Le explicó que había hecho un coraje muy fuerte y que había sentido un dolor agudo en el pecho.
"Tengo miedo y quiero vivir.

Por mi hija, por mí, por mi familia", le dijo.
Hasta que se realizó una cirugía bariátrica con el médico Jerónimo Monterrubio pudo eliminar más de la mitad de su peso.
Entre sus principales recomendaciones, Felipe resalta la importancia de valorar cada opción médica en caso de decidir operarse.
Hoy Felipe, de 89 kilos de peso, ha logrado recuperar su salud y tranquilidad.
Felipe señala que aunque las actividades laborales lo llevaron a descuidar su salud, siempre mantuvo su sueño de estar delgado.
"Siempre fui el gordito en la familia, siempre me mantuve muy ágil, era de las personas que decía 'no porque estés gordo no puedes hacer algo'.

Si él puede estar flaco, yo también puedo".