El elenco del filme en el Festival Intenacional de Cine de Morelia. Foto: Luis Ramírez

Morelia, México (22 octubre 2019).- Contar una historia del primer amor adolescente y de una banda de metal en una ciudad donde abundan cadáveres de asesinados fue una metáfora utilizada por el director Sebastián Padilla Padilla para reflejar la preocupación sobre la normalización de la violencia en el País.

En su filme Muerte al Verano, el cineasta no especifica dónde se desarrolla la trama, pero en las tomas donde los protagonistas caminan por las calles abundan los cuerpos bañados en sangre.

Lejos de fijar las tomas en ellos o que las personas se asombren, son un elemento más de lo cotidiano.

"Los muertos funcionaban como metáfora de lo que pasa en el País. Así se sentía la adolescencia que viví en Monterrey, a pesar de crecer en una ciudad violenta, estuve en un lugar de privilegio al haber tenido un cierto grado de protección.

"La gente que está fuera de México no se imagina lo extraño que es hacer las pases con que haya gente muriéndose a cuadras de la casa.

Es una cosa rarísima", explicó Padilla en conferencia de prensa.

Aunque la historia no se centra en el crimen, el director considera que funcionó para transmitir el mensaje de que mientras la violencia aumenta, la vida sigue para otros y se pierde la sorpresa.

Incluso en sus recuerdos de adolescencia recuerda haber estado en medio de una balacera y, tras salir de ella, se preocupaba más por quien entonces era su novia que por lo que había ocurrido.

Con la historia de Dante y Lucy el director también trató de destacar que aún con todos los problemas siempre hay espacio para cosas tan humanas como el amor.

"Al final todos nos vamos a morir y tenemos mil razones para estar ansiosos, pero aún así todos podemos volver a estar enamorados porque es parte de nuestra condición humana", destacó.