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La música es poderosa.- Kamasi

El saxofonista, de 38 años, cautivó con su virtuosismo al público de El Plaza Condesa. Foto: Luis Ramírez
Gracias a su revolucionario sonido, el cual combina géneros como el jazz y el hip hop, Kamasi Washington ha sido considerado un mesías en la escena musical.
viernes, 24 de enero de 2020
Por: Fernanda Palacios
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Agencia / Reforma
Cd. de México (24 enero 2020).- Gracias a su revolucionario sonido, el cual combina géneros como el jazz y el hip hop, Kamasi Washington ha sido considerado un mesías en la escena musical.

Sin embargo, el saxofonista estadounidense, de 38 años, se considera simplemente una herramienta para que la magia suceda sola.

"Creo que la música es muy poderosa, puede ser curativa y trascender por lo que sea, tiempo y espacio.

Tienes a alguien como Art Blakey, que me motivó para hacer música, y nunca nos conocimos.

"Es una de esas cosas que vienen de otro lugar, viene para nosotros y a través de nosotros, y cuando dejas que esté en control te lleva a otros lugares y la forma de poder trascender mediante ella es dejándola tomar el control", expresó el jueves, en entrevista.

Con esta convicción ha creado producciones que han brillado por su creatividad e innovación.

Tal fue el caso de The Epic (2015), Harmony of Difference (2017) y su último material, Heaven and Earth (2018).

"Es un balance interesante porque estudias, te preparas y trabajas para ser buen músico sólo para, al final, dejarlo ir al momento de crear.

Es como construir esta increíble computadora y luego no usarla.

"Lo haces para que cuando la música te diga qué hacer, sepas cómo hacerlo, cómo traducirlo.

No hay que forzar nada, sino dejarlo suceder y que hable a través de ti".

Y pese a que aún no sabe el destino de su próxima producción ni hacia qué género estará enfocada, se siente seguro de que irá por buen camino.

"A veces tienes una idea y funciona, pero, por ejemplo, cuando toco en vivo particularmente lo que intento es estar en el momento, porque muchas veces cuando empiezas a planear demasiado bloqueas la magia aunque tengas una idea magnífica, porque puede que en ese momento se convierta en algo todavía mejor, por eso me adhiero a eso.

"Y cuando grabamos, si algo así (distinto) pasa mientras lo hacemos, sabemos que es ahí a donde hay que ir. Por eso siempre trato de poner mi energía en lo que está pasando en el momento", explicó.

Washington inició su preparación como artista a los 11 años y su trabajo tiene influencias de figuras del jazz como Blakey, John Coltrane, Charlie Parker y Joe Henderson, entre otros, y si algo ha aprendido en el camino es que lo más importante es poder crear sin importar lo demás.

"El consejo que siempre doy es que piensen en lo que realmente quieren y entiendan que siempre obtendrás eso, y lo demás es extra.

"Ser un artista es un viaje de toda la vida, a veces no te deja crédito, fortuna ni fama, pero el verdadero regalo que te deja es tu música o tu arte, lo demás llegará y se irá.

Yo no sabía si mi música saldría al mundo y aun así quise hacerla", resaltó.

Puro arte jazzístico

Anunciada su llegada desde finales del 2019, el público mexicano recibió a Kamasi Washington con casa llena en El Plaza Condesa.

Aclamado entre gritos y silbidos por 2 mil 100 almas, cifra oficial, el músico apareció seguido por su banda a las 21:15 horas.

Y tras postrarse en medio del escenario vistiendo un dashiki (traje africano tradicional) y sneakers, dio inicio a su misa musical, en la que bastaron unos cuantos acordes de su saxofón para que comenzara a predicar.

Al ritmo de "Street Fighter Mas", "Malcolm's Theme" y "Truth", el californiano recibió ovaciones de los fans, quienes, pese a lo apretados, cayeron rendidos ante su hipnosis musical.

"Hola, ¿qué pasó?", dijo Washington en español para saludar.

"Wow, esto es increíble, estoy recibiendo un trato increíble de su parte, y ahora vamos a tocar un poco de música para ustedes.

¡Muchas gracias!", continuó en inglés.

Si bien entre sus coristas y percusiones el ambiente se tornó en una fiesta que mezcló ritmos funky, jazz y hasta cumbia, era el sonido del saxofón lo que hacía que los ánimos estallaran entre los asistentes, hombres y mujeres treintañeros en su mayoría, quienes aplaudían emocionados el talento del virtuoso.

Sin necesidad de escenografía, entre luces, coros góspel y potentes notas de batería y piano, el músico continuó su presentación durante hora y media, demostrando su estatus en el jazz.

 

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