Nacional  /  Estados
0
Votos
Nota Aburrida
Nota Interesante
De la fuga al penal

Antes de partir, la pareja escuchó los cargos que se le imputa. Foto: REFORMA
"¡Desgraciados! ¡Malditos! ¡Van a pagar!", les gritaron indignadas decenas de personas a Gladis Giovana y a Mario Alberto, los presuntos feminicidas de la pequeña Fátima.
sábado, 22 de febrero de 2020
Por: Andrea Ahedo
Comparte esto en Facebook
Comparte esto en Twitter
Comparte esto en Digg
Enlarge Font
Decrease Font
Agencia / Reforma
Cd. de México (22 febrero 2020).- "¡Desgraciados! ¡Malditos! ¡Van a pagar!", les gritaron indignadas decenas de personas a Gladis Giovana y a Mario Alberto, los presuntos feminicidas de la pequeña Fátima.

La expresión de los ciudadanos ocurrió durante el traslado por calles de Atizapán y Tlalnepantla, así como a la llegada a la Fiscalía Anti Secuestro en Azcapotzalco.

Cada que se detenía el convoy de unas 10 camionetas y patrullas, por las luces rojas de los semáforos o por el intenso tráfico, la gente gritaba a las camionetas blancas donde iban los detenidos.

El traslado de la Fiscalía de Atizapán, donde pasaron dos noches y medio día, hasta penales en la Ciudad de México duró casi tres horas.

A ambos les leyeron -por separado- sus derechos y la acusación que pesaba contra ellos en el patio de la Fiscalía Regional.

Gladis Giovana vestía una chamarra negra, pantalones rosas, calcetas amarillas y zapatos cafés.

Él, pantalones azules y camisa larga.

Sus expresiones fueron distintas. Ella bajó la mirada la mayoría del tiempo, lo que dejaba que su cabello deslavado le tapara la cara.

Él, miraba hacia enfrente.

A las 12:35 el convoy salió de la Fiscalía en Atizapán y llegó a las 13:10 horas a la oficina Antisecuestros, donde más personas descargaron su ira a gritos contra los sospechosos.

Aunque no podían verlos ya que las ventanas de las camionetas eran polarizadas, aún así les maldijeron, pues todos conocían la historia de la niña Fátima, de siete años.

"Lo que hicieron estuvo muy mal.

Yo no puedo creer eso que hicieron porque tenían hijos chiquitos.

"Yo creo que ahora sí tienen que pagar, pero no entiendo por qué no lo habían traído desde antes.

Tienen que pagar", dijo una mujer afuera de la Fiscalía.

Su visita sólo duró unos 45 minutos, pues ambos fueron llevados a dos penales.

Ella a Santa Martha Acatitla y él al Preventivo Varonil Oriente, ambos penales ubicados en la Alcaldía Iztapalapa.

Esa segunda parte de la movilización policiaca fue llamativa y peligrosa.

Los automovilistas optaban por hacer alto total o volantear y cambiar de carril al escuchar la sirena de las patrulla que cada vez se aproximaba a ellos.

Las camionetas donde eran trasladados se separaron en el Bulevar Puerto Aéreo.

La llegada más dramática fue la de Gladis Giovana a Santa Martha, pues ahí, la gente también la reconoció.

Las mujeres no pararon de gritarle, acusarla y señalarla.


En el Reclusorio Oriente Mario Alberto fue sacado del vehículo y casi cargado para ser llevado a la aduana penitenciaria.

El convoy partió de la Fiscalía en Atizapán con un fuerte dispositivo de seguridad, lo que llamó aún más la atención.

 

Opina sobre este artículo

Nombre   Email  
Título
Opinion

Otras Noticias