Baja afluencia en puente internacional de Reynosa

Agencia / Reforma
Reynosa, México (21 marzo 2020).- El primer día con paso restringido a McAllen generó la paralización del flujo vial y peatonal de los puentes internacionales en un 70 por ciento.

Esta situación provocó casi nula actividad económica alrededor de los cruces.

En contraste con la intensa actividad de otros años con el "spring break" y el asueto vacacional por Semana Santa en ambos lados.

"Creo que sí disminuyó (el tráfico vehicular) y bastante, fácil como un 70 por ciento, si no es que más", exclamó un empleado de caseta de Caminos y Puentes Federales (Capufe).

Por la mañana y tarde, el ritmo de cruces de vehículos fue lento, con paso promedio de 80 a 100 vehículos por hora, es decir, de uno a dos autos por minuto.

En el cruce peatonal del puente Reynosa-Hidalgo, que tradicionalmente registra filas de viajeros hasta las casetas del lado mexicano, ayer lució casi vacío, esporádicamente pasaban peatones, pero la mayoría eran estadounidenses, texanos o residentes.

La escasa presencia de viajeros provocó que el puente internacional luciera sin vendedores ambulantes.

En los alrededores del puente, los estacionamientos de taxis estaban llenos.

"Nadie pide carreras, no vienen".

Una señora que vende en sábado hasta 300 vasos de elotes se lamentaba: "mire, tengo la olla llena".

Las farmacias y consultorios médicos alrededor del puente lucían vacíos.

"No nada más hoy, así está de fregado desde que empezó el pánico en McAllen, nomás vienen a comprar víveres", expresó un médico de un consultorio dental.

Personal de la Comisión Estatal de Protección Contra Riesgos Sanitarios (Coepris) mantenía el cerco sanitario, a todos los pasajeros de autobuses que llegan a Reynosa procedentes de McAllen los reciben con un tríptico preventivo del Covid-19, gel para las manos y toma de temperatura.

Los pocos mexicanos que acudían a la Aduana Americana lo hacían con temor, algunos solo iban a preguntar dudas a los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) que están en la línea divisoria de la estructura elevada del puente binacional.

El temor de los residentes fronterizos era ser despojados de sus visas de turistas, pero en general todos cruzaban, bastaba con demostrar que iban a trabajar, a asuntos de salud.

Los trabajadores mexicanos de agencias aduanales y empresas comercializadoras no tuvieron problemas para cruzar, sólo les advertían que la próxima vez deben llevar una carta membretada de la empresa.