REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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Jesús previene y alerta conservarse la Fe

“Así mismo todo árbol bueno da frutos sanos, y todo árbol malo da frutos malos”  (Mt 7,)
domingo, 19 de julio de 2020
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Jesucristo Nuestro Señor en su peregrinar por el mundo da a conocer que su doctrina tiene una íntima conexión que enlaza a una y otra enseñanza que unidas son la divina atadura para que el cristiano católico profundizando en su revelación siga en ella hasta convertirla en el punto que le guie a no perder, sino a cada vez confirmarla conservando y perseverando en ella hasta el fin de la vida terrena, así ganar la salvación del alma, entendiendo que está se ganará por el esfuerzo tenaz, la lucha constante y persistente en guardarse en su doctrina apartándose de las tentaciones, seducciones e incitaciones que ofrece el mundo.

La predicación Jesucristo Nuestro Señor demuestra la falsedad de los falsos profetas, redentores, salvadores, libertadores o emancipadores que escudados en la mentira engañan a las ovejas de su redil.

El profeta David atrae las almas a escuchar la benevolencia magnánima de Dios, previniendo contra el burlador y charlatán, anima a recapacitar el error al que se le lleva siguiendo la prevención celosa del Señor, se vencerán los inicuos engañadores e ilustra: “¡Venid hijos míos, escuchadme, y os enseñaré el temor del Señor” He aquí el claro resplandor de su refulgente misericordia.

Cumplir con el mandamiento de Jesucristo Nuestro Señor es tener días dichosos, su asistencia es una prevención que el mundo desecha, pero a la hora de los problemas causados por estos engañadores, el pecador despierta de la negligencia que por ahora ha enterrado su alma, corazón y voluntad al deseo del falso profeta, y será por una acción enérgica de su alma y del cuerpo lo que le hará volver la vista al crucificado suplicando los medios para apartarse de lo dañoso e implorar lo saludable que es en Él su providencia misericordiosa que mantendrá el bien del alma.


La fe y confianza, la oración perseverante y la frecuencia de sacramentos son la regla de oro para obtener la caridad de Cristo Nuestro Señor, evitará peligros, tentaciones y perversidades que asolan a las almas engañadas por el mundo, volviendo a repetir, solo con la lucha de cada instante en la vida y venciendo las atracciones que acarician fascinadoras el cuerpo que duermen el alma al poner excesiva atención en vivir con abundancia, comodidad y fortuna, placeres y diversiones, es peligrosa obstinación continuar en ello, se terminara arrastrado y atado a los falsos profetas que rodean zalameros los sentidos del alma con argumentos contrarios que alejan de la doctrina de Cristo Nuestro Señor.

Quien vive en pecado esta esclavizado en él, porque este no le deja que ya no deje de cometerlo, sino que siga en él una y más veces hasta hacer costumbre vivir en las cosas perversas, el vicio y la droga por eso no se recapacita porque sometido al empuje del pecado así mismo el pecador se prohíbe pensar en el mal que se hace por sus actos es difícil ver la realidad en que ha caído, es semejante a aquel que trata de salvarse en un mar tempestuoso donde las olas levantan sin poder salir de ellas para salvarse, luego lo jalan y se cierran llevándolo a lo profundo de las aguas turbulentas, da la sensación que la tempestad juega con la vida del engañado, pues bien, así es la vida del que vive errado cuando ha perdido el orden de la vida moral por haber desechado la prevención que la palabra de Jesucristo Nuestro Señor no cesa de repetir en él corazón, pero no puede escuchar, hasta que el deseo sublime del Hijo de Dios para todo hijo venido al mundo en especial el bautizado hará que esté en permanente alerta contra el mal que entorpece la salvación del alma, por ello el Señor dijo; “Guardaos de los falsos profetas, los cuales vienen a vosotros disfrazados de ovejas, más| por dentro son lobos rapaces” Ocultar la intención con propósitos malos va en el falso la dulzura, mística, espiritualidad, simpatía, lozanía y atractivo, como se dijera para una función de títeres, “el diablo con vestido azul”, y cuando se cubre su falsedad, la doctrina de Cristo Nuestro Señor enseña cómo se introduce mañosamente en el corazón e ilustra a descubrir su maldad;” Los conoceréis por sus frutos.

¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?”.
¿Cómo valoramos las ocasiones en que hemos escuchado en casa o en lo amigos el comentario sobre la forma de ser y pensar de los que se dicen “buenos amigos”? El joven emocionado y hasta el niño narran a sus padres y hermanos las averías y audacias de su comportamiento, hablan como si fueran normales sus malas costumbres de esa amistad que identifica como “bueno amigo”, siguiendo con él se convertirá en su falso profeta, observando como platica emocionado sus “hazañas” ¿Y cuáles son esas hazañas? Habilidad para el engaño, abusar de a otras personas, ofensas injuriosas y humillantes, peleas por someter, drogadictos, viciosos, ladrones, perversidades, platicas pecaminosas, doctrinas ateas y antisociales, en sus celulares buscan obscenidades y a la orden del día maldiciones que lastiman y hieren el corazón del prójimo, las personas sean niños, jóvenes o gente madura de uno y otro sexo no reflexionan que esas actitudes son de una persona corrompida que de seguir por ese camino se corromperá, y llevará en él la depravación moral como habito y hasta se ve con él participando de ellas, ahondando en esas “hazañas” los padres o maestros, jefes de trabajo están convencidos que esas amistades no son buenas ni apropiadas, menos son honrosas y honestas, son granujería astuta inclinada a la maldad siendo perjudicial a ese niño o joven; a la productividad del empleado; a la lealtad de los esposos lo más importante el alejamiento de Dios.

Conservar la relación con una persona mala a la que al principio se escuchó y sin darse cuenta lo admira con simpatía termina por festejar sus comentarios y sus actos, a no contradecirlo porque teme al falso profeta que lo ha inducido modificar la forma de su vida.

Nuestro Señor adelanta su prevención dejando sentir en la conciencia del cristiano católico la consecuencia de la mala conducta del engañador con piel de oveja introducido en la vida de quien siendo noble y sincero para con Dios Nuestro Señor está rodeado por el nocivo veneno que produce daños espirituales y morales, familiares y sociales en el alma y el cuerpo, es difícil reaccionar cuando injustificadamente dice; “Yo no sabía” Y sea justifica “Sé lo que estoy haciendo” este proceder es daño que termina mal al no haber escuchado en tiempo lo que en el momento vive con deleite.

Corregir al niño o al joven de esa mala amistad los padres de acuerdo a su responsabilidad paterna previenen a quien les importa: su hijo; al trabajador su jefe; al alumno su maestro; el Sacerdote a su feligrés, no se tiene comprensión para desmenuzar el error, ni ver la perdición a donde camina el pecador embaucado que defiende al engañador; ¿No entiendo porque dicen que me están engañando? El falso profeta engañoso utiliza toda clase de argumentos perversos, su maldad es un taladro que perfora los cimientos de la fe, pero cuando el estado de gracia es en la persona, está vislumbra la prevención del Señor que en su interior ilumina a escuchar ¡Hijo mío corrige, Yo estoy para ayudarte! Dios Nuestro Señor concede los medios, pero la agudeza del corazón conoce el llamado del corazón de Dios al del pecador la que lo lleve a buen puerto.
La prevención de los padres de familia, de los jefes en el trabajo, los Maestros en la escuela esta cimentada en la palabra de Cristo Nuestro Señor y que la enseñanza de la doctrina que Nuestra Santa Madre Iglesia imparte en la Santa Misa dominical, la doctrina que es prevención sana y limpia, ilustra San Pablo; “Tendrán ciertamente apariencia de piedad, más negando lo que es su fuerza.

A estos apártalos de ti” ¡Falsos profetas!” La falsedad del falso profeta envuelve, separa de la realidad a las personas del poder de convencimiento en el falso profeta, demuestra que los medios perversos no se tomen como buenos: mentira, soborno, intriga, falsedades, dolo y engaño que terminan por confundir a la persona y teme separarse porque pertenecen a la gente que vive de dar a la mentira la apariencia de verdad, Jesucristo Nuestro Señor da a conocer con anticipación al daño tanto a el alma como a la persona que desatiende su palabra preventiva.

Pero cuando la fe aviva en el corazón la palabra Jesucristo Nuestro Señor para nuestra salvación, previene a los tiempos la falsedad de los que se presentan como profetas de la maldad; “Guardaos de los falsos profetas, los cuales vienen a vosotros disfrazados de ovejas, más por dentro son lobos rapaces” Lo lamentable es que el mundo está inundado en una inmensa mayoría por la actitud de muchos falsos que engañan al prójimo.

El amor a Dios tiene su presencia en cada corazón por la fe no en la de los sin fe, de estos es paciente a ser escuchado, en el que la escucha y obra en ella desborda bienes, gracias y dones a estar en Jesucristo Nuestro Señor, en el Buen Pastor la prevención contra esos lobos rapaces que pululan por el mundo los señalada de ladrones peligrosos, su acción es robar el alma fingiendo ser religioso, pero la verdadera fe ilumina el camino de la vida desecha la tentación y los goces del mundo, descubre al que llevando una piel de oveja dentro de ella hay un lobo inclinado a lo malo.
La Cátedra de Jesucristo Nuestro Señor sobre los falsos profetas es ilustrada con una narración sencilla pero profunda en su trascendencia para salvación de la humanidad, cada quien por sus actos busque su lugar en ello y obre con prisa para expulsar el mal que lleva sobre su espalda y obre en consecuencia.

Nuestro Señor esclarece el orden en que se comporta el ser humano en su paso por el mundo, el divino Maestro imparte la primordial Catedra previsora porque como Dios conoce los hechos pasados, los que suceden y los que están por venir en todo su detalle, su Legislación muestra la verdad a donde debe ir el comportamiento humano, la incongruencia contradictoria, absurda y discordante entre lo que la persona dice y hace, finalmente la consecuencia de la mentira, falsedad y engaño del hecho malo surge en la mente del falsario profeta.

En el mundo encontramos millones de personas incrédulas y sin fe, otro núcleo gigantesco de gente temerosa y desconfiada, indecisa y vacilante, pero en su relación a las cosas del mundo son exitosos, brillantes en los negocios, pero fracasados en la fe de Cristo Nuestro Señor, de la otra parte están los que dicen seguirlo, se afirman fieles a su fe, celosos en la oración, afanosos en los apostolados, primeros en asistir a la Santa Misa y dar limosna en forma exagerada, se acercan al Sacerdote a platicar de cosas sin interés solo para que los demás lo vean, muchas son las actitudes que si las agrupamos nos perdemos, solo unos pocos en silencio rezan, reciben la Eucaristía con fervor y humildad se sienten indignos de ello, se confiesan arrepentidos, igual los que de corazón se empeñan en obrar bien y evitar hacer el mal, pues bien deducimos que los primeros son claros en su actitud irreligiosa, los segundos son los falsos profetas, pues mientras están en las cosas de la Iglesia muy puestos, dando paso en la calle vuelven a ser los mismos y hasta con mayor maldad, de los pocos son las almas buenas que luchan por santificar su alma y sin duda el Señor les fortalece, todo lo anterior y más podríamos comentar de la palabra del Señor que orienta previsora en alertar a descubrir la maldad; ” Los conoceréis por sus frutos.

¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?” Imposible, conocemos que cada árbol Dios Nuestro Señor lo ha destinado para que de fruto en el tiempo de cada Estación del año, veamos en nosotros y valoremos, Dios conoce por los frutos que son las obras de salvación realizadas a través de la vida terrena realizadas para su mayor gloria y estamos convencidos, Dios no necesita de nuestras obras, pero nosotros necesitamos tenerlas; los segundos que dicen ser, no tiene fruto no son uvas que se empeñan en serlo porque son espinas y abrojos, reflexionando en ello veamos al interior del alma y esforzándose en la lucha de salvación del alma, el Señor nos reconocerá por nuestros frutos.
Al caminar por una granja de árboles frutales observamos la situación de cada árbol, unos cargados de frutas, otros con menos, algunos sin nada su tronco se va haciendo viejo, otros tienen plagas que lo carcomen, teniendo en el pensamiento el Evangelio de Nuestro vemos la realidad del proceso con que nos ilustra y nos prepara vayamos al punto que desea, estar prevenidos contra la acechanza predicada en la higuera; “Velad, pues, y no ceséis de rogar para que podáis escapar a todas estas cosas que han de suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre” El ser humano hoy escucha y se conmueve de la enseñanza de Dios en los Santos Evangelios, vienen propósitos, disposiciones compromisos de muchas formas para con Él, siendo un impulso humano, no del corazón, porque al rato quedo olvidado volviendo a lo mismo de diario, la prevención que Jesucristo Nuestro Señor es para que cada alma se esfuerce en superar y vencer ese arranque de caballo de carreras, que al detenerse se enfrían los deseos del alma, o sea, no damos frutos al ofrecimiento propuesto a Nuestro Señor, de donde como respuesta reflexiva para que así mismo clasificar el obrar y tener la decisión de ser o no ser para Él, pero sí ser de Él y por Él.

Reza el alerta del Señor puesto que cada uno es ese árbol al que se refiere y nuestra clasificación corresponde a ti estimado lector (a); “Así mismo todo árbol bueno da frutos sanos, y todo árbol malo da frutos malos”.

“Un árbol bueno no puede llevar frutos malos, ni un árbol malo frutos buenos”. “Todo árbol que no produce buen fruto, es cortado y echado al fuego”.

Esforcemos a que nuestra conducta de cada día sea buscar ser árbol de frutos sanos, y lanzar al basurero los frutos malos, pide el Señor decidirse; “Soy o no soy” de acuerdo a la respuesta está el destino final, gozo eterno o condenación eterna, como dijo el ranchero, “es cosa de cada quien”.
El camino para llegar al reino celestial no es ser una buena persona, ¡No! Sino cumplir la voluntad de Dios.

Como Dios tiene derecho total a exigir el cumplimiento de su doctrina, mandamiento y evangelio, cada ser humano debe entender y no querer poner reglas de su gusto a Dios.

Por ello el cristiano católico se impone la saludable obligación de confesar su doctrina. Ahondemos que no es solo el querer y beber la doctrina, sino es por la vida que de su doctrina debemos seguir, porque la doctrina sin vida es inútil para el cielo, refiriéndose a las actitudes timoratas de si o no, o mejor acá que halla, aquí es más suave que halla, este si sabe, si enseña si conmueve, a este seguiré, por favor antes de dar un paso medita; “No todo el que me dice: “Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial”.
hefelira@yahoo.com

 

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