Por: Luis Alberto Triana F.
- La pandemia ha llevado al personal del hospital a unirse y formar parte de todo un equipo
“Nunca perdí la esperanza” fueron las palabras pronunciadas por la Jefa de Enfermeras del Hospital General de Reynosa, Nancy Reyes Compeán, quien pasó de enfermera a paciente al ser contagiada por el virus del COVID-19 que ataca el sistema respiratorio.
Ahora, superada la crisis en su salud, Nancy se encuentra en la primera línea de batalla, atendiendo a pacientes, asistiendo a médicos, dialogando con familiares de enfermos, coordinando las labores diarias de la profesión y apoyando, en todo momento a sus compañeros de trabajo.
Reyes Compeán recuerda que al inicio de la pandemia ella misma, junto con otras enfermeras, enfermeros y trabajadores del hospital, acudían a las colonias populares, ejidos y fraccionamientos a realizar muestreos domiciliarios para detectar casos posibles e inhibir una posible cadena de contagios.
Con un equipo de protección que sofoca y pesa, recorrían calles y viviendas a realizar muestreos en busca de casos sospechosos de COVID.
Nancy dijo que en algún momento del mes de junio resultó contagiada y fue hospitalizada bajo pronósticos médicos de gravedad.
“De ser enfermera pase a ser paciente, cuando pasas a ser paciente te das cuenta de lo que vive la gente cuando está en el hospital, estuve más de una semana, muy grave, mi familia en casa, pero nunca perdi la esperanza, estoy aquí, estoy por vocación, me gusta lo que hago y no voy a tener miedo a enfrentarme otra vez a este virus, yo escogí estar aquí, lo escogí en el momento de escoger ser una enfermera”, relató Nancy Reyes Compeán.