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Del presunto meteorito... ni las cenizas dejaron

Este viernes bajaron las visitas al sitio donde cayó el meteorito y los curiosos cargaron hasta con cenizas de la lumbre. Foto: Benito López
A tres días de la caída del presunto meteorito en el ejido Lázaro Cárdenas, ni las cenizas dejaron.
viernes, 9 de octubre de 2020
Por: Benito López
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Agencia / Reforma

Matamoros, México (09 octubre 2020).- A tres días de la caída del presunto meteorito en el ejido Lázaro Cárdenas, ni las cenizas dejaron.

Este viernes euforia de las personas por ver la zona del impacto ha desaparecido y gradualmente el poblado a cinco kilómetros de la capital victorense por la carretera Victoria-Matamoros, comienza a recuperar su tranquilidad.

Ya son pocos los curiosos que todavía acuden al lugar a tomarse fotos y a ser testigos del acontecimiento, que movilizó a las autoridades el pasado martes antes de la medianoche.

Una mujer residente del lugar, que pidió el anonimato, con varias de sus hijas y nietos se acerca hasta la zona acordonada a varios días de que se suscitó el hecho.

De lentes se arrima con escepticismo al sitio donde presuntamente cayeron restos de la atmósfera de los que un total de 50 fueron recolectados para enviarlos a estudio al laboratorio de Geofísica de la UNAM.

La madre de familia dijo que dejó pasar varios días para visitar el sitio, al que han acudido cientos de personas y la prensa nacional, para evitar las aglomeraciones.

"Ahí donde está acordonado ya no hay nada, ni las cenizas dejaron", expresó.

"Yo me di cuenta por mis hijas, alguien le escribe a ella y le dice oye ya te fijaste que en tu ejido cayó un meteorito, y ya lo empezamos a ver en redes, pero no vinimos".

"Había demasiada gente, estaban los bomberos, estaba la Policía, estaba Protección Civil, no, no era aquí un gentío, un mar de gente", agregó.

Muchos de los visitantes en los primeros días del suceso espacial buscaron piedras para recolectar y otros se llevaron cenizas.

Los restos que encontraron, en algunos casos se comercializan por internet.

Uno de sus nietos, de unos 6 años, ingresa a la zona acordonada con la esperanza de encontrar restos.

Dos de los menores también se percatan de un hormiguero a unos centímetros del espacio acordonado, que se encuentra intacto, pese al fuego y los cientos de visitantes.

Después, la señora recorre el lugar y se acerca a un árbol de nacagua de los que se incendiaron por el fenómeno.

"Es el árbol que dicen que se estaba quemando de adentro hacia afuera, pero quién sabe", señala.

"Y en ese momento estaba saliendo ahí la llama del tronco".

En el tronco del árbol de nacagua, una planta nativa de la región, se observa un hoyo a media altura que fue producto de la lumbre.

En el ejido que ha vuelto a recobrar su normalidad, la mayoría de sus habitantes trabajan en la ciudad y por la tarde regresan a descansar, muchos esperan que se vuelva a repetir el fenómeno de este martes.

 

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