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Bertha Navarro aboga por cineastas

La productora desear llevar al cine "Los Demonios del Edén", de Lydia Cacho. Foto: archivo
Bertha Navarro está acostumbrada a tener los bolsillos más que vacíos, pues apuesta tan fuerte que para realizar su primer película, Reed México Insurgente
lunes, 28 de diciembre de 2020
Por: Mauricio Angel
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Agencia / Reforma

Cd. de México (28 diciembre 2020).- Bertha Navarro está acostumbrada a tener los bolsillos más que vacíos, pues apuesta tan fuerte que para realizar su primer película, Reed México Insurgente, vendió un terreno heredado por su padre.

En la década de los 70, su nombre y el del director Paul Leduc, ambos detrás de Reed, no eran los referentes nacionales que son hoy. Sin embargo, la tozudez de la productora marcó su camino como impulsora del cine independiente y de nombres desconocidos, como lo era el de Guillermo del Toro antes de Cronos (1993).

"En todas mis películas me endeudé porque como productora lo único que no permitía era bajarles la calidad. Como cineasta pienso en el público, en narrar buenas historias.

Es cierto lo que dijo Mónica Lozano: el productor es el primero que arriesga y el último que recupera, si es que lo hace.

"Así fue que nos abrimos camino porque entonces no nos apoyaban a los jóvenes, se estaba haciendo un cine muy de industria, muy repetitivo, nadie apostaba por nosotros e incluso parecía que nos tenían medio vetados", recordó la productora en entrevista.

La cineasta fue premiada la semana pasada con una distinción extraordinaria del Premio Nacional de Artes y Literatura otorgado por la Secretaría de Cultura, pero ella cree que su mérito ha sido saber que hay talento aunque otros no lo reconozcan.

Antes de que Del Toro fuera nominado al Óscar por El Laberinto del Fauno (2006) y de que lo ganara por La Forma del Agua (2017), Navarro recuerda que le tocó ser la primera en pelear por sus películas.

"Cuando presenté el proyecto, me dijeron que en México no se hacía ese cine. La hice de todos modos y de ahí en adelante salió este maravilloso talento de Guillermo del Toro.

Se debe luchar, enseñar y mostrar el talento, no quedarse con 'no se puede'.

"Siempre hay que luchar para abrir espacios. Antes, ahora y siempre será una lucha permanente para mostrar que sí podemos hacer un buen cine.

Es nuestra responsabilidad", sostuvo.

Pese al reconocimiento de filmes en los que intervino, como Cabeza de Vaca y Un Embrujo, la productora no se cree única, sino parte de una generación de cineastas que también incluye a Felipe Cazals, Jorge Fons y Arturo Ripstein.

Navarro recuerda que en su juventud, el cine mexicano parecía cortado con la misma tijera, sin riesgos ni interés en mostrar otras visiones, por lo que su lucha durante 50 años de trayectoria ha sido por contar algo diferente.

"Somos una generación que hizo otro cine y todo eso es un muy buen legado. Me encanta ser parte de ese cambio en nuestra cinematografía porque para mí no se trata de lo que hice yo: todos hicimos un cine de calidad que cambió el panorama.

"Toda esa generación fue abriendo espacios, formando otro sentido de comunidad. Ahora la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas tiene una fortaleza muy grande y eso es lo que siempre quise crear".

Para la cineasta, el Premio Nacional de Artes y Literatura es una buena señal para el reconocimiento a las mujeres en la industria fílmica, pues el galardón le fue otorgado de forma extraordinaria.

Ya habían sido entregados los premios de este año, pero todos a hombres, por lo que la Secretaría de Cultura urgió a añadir a una mujer que ameritara la distinción.

"Cuando empecé éramos muy pocas, menos con liderazgo y responsabilidad. Hoy lo que más me satisface es ver mujeres haciendo cine, dirigiendo, produciendo, escribiendo, editando, fotografiando.

"Para mí eso hace que valga la pena todo este esfuerzo, ahí están, estamos creciendo. Este premio tiene esa deferencia a que se abriera también a una mujer y se reconsiderara.

Eso también es importante", puntualizó.

Navarro no se queda con lo ya hecho, pues el año pasado estrenó Sonora de Alejandro Springall y también busca que se realice una adaptación del libro "Los Demonios del Edén" de Lydia Cacho.

Además, cree que las luchas de hoy no son tan diferentes a las de sus tiempos, pues destacó que es fundamental pelear por los recursos para el cine tras la extinción de los fideicomisos, que permitieron que en 2019 hubiera un máximo en producción fílmica con 216 largometrajes.

 

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