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¡Todo lo que nos recordaste!

Gracias por la expiación, 2020, porque has provocado que renazca la vida, la esperanza y el amor.
jueves, 31 de diciembre de 2020
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Agencia/Reforma

Mira, querido 2020, año tan inesperado, profético, agitador de emociones, carcelero, irónico personaje que pasea por las calles del mundo arrastrando muerte, dolor y poniendo a prueba la templanza de los hombres, yo... ¡te doy las gracias!

Gracias 2020 por recordarnos lo frágiles que podemos ser en nuestra salud, pero lo fuertes al estar unidos.

Gracias por demostrarnos que, aunque hay miles que navegan en la inconsciencia y la falta de civismo, hay tantos otros, héroes que, enmascarados, salen a luchar día con día, a repartir comida, a recoger basura, a trabajar por los demás en anónimos escritorios, fábricas y campos de cultivo.

Gracias por mostrarnos la verdadera cara de nuestros gobernantes y los esfuerzos denodados de los maestros.

Gracias 2020 por esta nueva familia mitológica en que se han convertido los paladines de bata blanca que persisten ayudando sin descanso, quienes ponen en riesgo hasta los suyos por salvar a los demás; gracias por la entrega de sus fuerzas hasta el abatimiento, por disimular su miedo y guardar las lágrimas que se acumulan tras cada enfermo que no pueden sostener y se desliza entre sus manos hacia la eternidad, y gracias por aquellos que han entregado su vida por salvar la de otros.

El ser humano, valiente y generoso, está triunfando.

Con ello te queda claro, 2020, que no podrás contra nosotros. Eres pasajero como el tiempo.

Te doy las gracias, año pandémico, porque con esta extraordinaria pausa involuntaria has frenado las maquinarias del mundo, elevado menos aviones, contaminado menos mares, porque parece que esa tan famosa y deshilada capa de ozono se ha entretejido una vez más; gracias porque hemos visto regresar a los animales a sus tierras que les habíamos robado, porque las familias se abrazan más fuerte aunque sea a puerta cerrada, porque hoy nos decimos lo que antes callábamos: el amor que profesamos.

Gracias 2020, porque nos has iluminado con todo aquello que habíamos creado y olvidamos su valor, eso que ahora conforta el espíritu y nos hace seguir navegando, no importa que sea a través de las pantallas, hacia buen puerto: el canto, la danza, los libros, la filosofía, la música, la pintura, todas las bellas artes y sobre todo, la oración.

Todo ello nos ha fortalecido.

Gracias por recordarnos que lo más simple es lo mejor.

Gracias a ti, 2020, el mundo todo se ha hecho deseado, los templos, las montañas, los cafés, las playas, los parques y los bailes. Todo está ahí.

Esperando, sólo un poco más, para llenarnos de alegría. Ahora más que antes y más que nunca.

Gracias 2020, porque has sembrado en nosotros el deseo y el sueño del reencuentro, el valor a cada cosa y pedazo de pan, el reconocer el tesoro de la salud.

Gracias por la expiación, 2020, porque has provocado que renazca la vida, la esperanza y el amor.

El autor, Hernán Galindo es dramaturgo y director de teatro

 

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