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Para que el confinamiento no afecte la relación entre hermanos, hay que fortalecerla, ya que así se logrará una mayor armonía en casa.
"Hoy, por cualquier cosa explotan los muchachos, por cualquier motivo gritan", dice Jesús Amaya, experto en educación y familia.
"Quizá ya haya ocurrido antes este tipo de dificultades entre hermanos, que es común, pero en esta pandemia se acentúa".
El especialista menciona que la falta de interacción social ocasiona más sensibilidad, impulsividad, baja tolerancia a frustraciones y a generar menor empatía y conductas desafiantes.
Añade que los desacuerdos entre hijos son normales. Sin embargo, si el enojo llega a la agresión física o al daño material, se debe prestar mayor atención para solucionarlo de inmediato.
"Debemos tener mucho cuidado porque como hay tanta sensibilidad y resentimiento emocional, el desahogo puede llegar a lastimar seriamente a una persona".
Qué hacer
Para canalizar las emociones negativas que pueden afectar la relación entre hermanos y dañar la convivencia familiar, Amaya sugiere:
- Incentivarlos a realizar ejercicio, al menos cinco días a la semana, entre 30 y 40 minutos, ya que con esta actividad el cerebro libera endorfinas que ayudan a estabilizar sus impulsos emocionales.
- Regular el tiempo en el que están frente a la pantalla, ya que podría generar una mayor sensibilidad a la frustración.
- Definir un horario de sueño y asegurarse de que duerman de ocho a nueve horas, ya que es esencial en el control de las emociones de jóvenes y adultos.
- Establecer actividades de servicio, como ayudarse entre hermanos, o a otro miembro de la familia.
- Inculcar el hábito de la gratitud. Por ejemplo, mencionar 3 cosas que agradecen y que les hayan ocurrido en el día.
- Realizar actividades de convivencia familiar, como desayunar, comer o cenar juntos; ver películas o participar en juegos de mesa.
- Interesarse en las cosas que a ellos les gustan.