
En la Oponión
Pbro. Miqueas Cantú Mtz
El sargento acabada la paciencia, condujo ante el coronel al soldado terco y rebelde a toda disciplina.
Mi coronel -explicó- ya lo he probado todo... No sé que hacer más con él.
-¿Lo has intentado todo? ¿Estás seguro? Confrontó el coronel
-Mi coronel, todo; desde el calabozo a los castigos, desde pérdida de permiso, todo, todo... ¡Todo!
-¿Has probado el amor?
-¿El amor? Preguntó extrañado el pobre sargento como si escuchase la tontería mayor.
-El amor-contestó el coronel.
Luego, saliendo detrás de la mesa, se puso al lado del soldado rebelde le dio un abrazo y le habló con bondad.
El soldado turbadísimo, acabó por bajar la cabeza avergonzado, mientras las lágrimas pugnaban por escapar de sus ojos.
Temblorosa la voz confesó:
-Mi coronel... He sido malo... Ahora lo reconozco... Pero ya no lo seré sólo por su noble abrazo y sabias palabras.
El poder del amor es tal que cuando todo otro poder fracasa, él puede obtener la victoria.
Dios mismo, el Dios de toda sabiduría, cuando por la ley de sus mandamientos, y por sus castigos no logra vencer al corazón rebelde del pecador, envió a su Hijo al mundo para hablarle con amor y para sufrir la cruz en prueba de amor.
El amor de Dios es suficiente para darnos victoria en medio de cualquier situación que estés viviendo. Lo has intentado de muchas maneras ahora inténtalo con el poder del amor, el amor de Dios no falla.