0
Votos
Nota Aburrida
Nota Interesante
Kate Beckinsale abrazó su furia en 'Jolt'

La estrella, de 47 años, encarna un personaje con impulsos asesinos que ella misma controla con descargas eléctricas en "Jolt". Foto: cortesía: Amazon Studios
El personaje que interpreta en la comedia de acción Jolt, filme que llega este viernes a Amazon Prime Video, padece, desde niña, de un extraño desorden neurológico que la lleva a tener ataques de rabia y violencia.
jueves, 22 de julio de 2021
Por: Mario Abner Colina
Comparte esto en Facebook
Comparte esto en Twitter
Comparte esto en Digg
Enlarge Font
Decrease Font

Agencia / Reforma

Cd. de México (22 julio 2021).- Kate Beckinsale querría parecerse a Lindy.

El personaje que interpreta en la comedia de acción Jolt, filme que llega este viernes a Amazon Prime Video, padece, desde niña, de un extraño desorden neurológico que la lleva a tener ataques de rabia y violencia.

Malos comportamientos, agresiones, piropos callejeros, falta de etiqueta y groserías hacen estallar su temperamento volcánico y golpear, patear, morder, azotar y casi asesinar a los demás.

La guapa rubia platinada, quien debe mantenerse lejos de cuchillos y otros objetos filosos, cuenta con un dispositivo que le da golpes de electricidad para contenerse.

"Todos arrastramos irritación y enojo con nosotros mismos. Muchas de las situaciones de la película... yo he estado en esa posición.

Digamos, en el metro, al lado de un hombre sentando que abre mucho las piernas y ocupa mucho espacio. Amaría golpearlo. Lindy lo hace", dice la actriz británica, de 47 años, en entrevista.

"Me atrajo Jolt porque Lindy es un personaje original, no está basado en un videojuego o en un cómic. Me intrigó mucho saber quién era.

Es humana, pero con muchas fallas. Y tiene un sentido del humor muy vivo, filoso".

Mundialmente famosa por la saga Inframundo, donde fue una guerrera vampira, Beckinsale creció en una familia de actores y tuvo sus primeros papeles desde niña.

De joven, dice, eran justo las escenas de conflictos y furia las que más le costaban trabajo como intérprete hasta que la vida de pareja y conyugal le dotó de experiencia.

"Ahora que he estado casada, es fácil...", bromea la londinense, quien tuvo un matrimonio de 15 años con el cineasta Len Wiseman y, antes de ello, un sonado romance con el actor Michael Sheen.

En el largometraje, dirigido por Tanya Wexler (Buffaloed), la Lindy de Beckinsale libera su furia cuando es asesinado un hombre (Jai Courtney), quien por fin la entiende, y con quien ella sentía conexión.

Egresada de Oxford, la actriz asegura que, por su parte, ella lidia con el estrés mediático y de ser madre separada con base en meditación, yoga, terapia: nada fuera de lo común.

"No soy una persona que se enoja demasiado. Soy más del tipo ansiosa y reacciono. Pero sí creo que es saludable permitirnos estar enojados".

Reconoce sentirse un poco como Lindy cuando no se queda callada y responde con sarcasmo a los trolls que, en redes sociales, le han dicho que asuma su edad y deje de vestirse "como adolescente".

También le han echado en cara la diferencia de edades que tiene con sus "citas" (hace dos años tuvo un romance con el comediante Pete Davidson, a quien le lleva 20 años).

"Pero aún cuando respondo a los trolls tengo filtro, trato de no ser tan maleducada.

"Yo nunca me metería a la red social de alguien y le escribiría algo rudo. No me lo puedo imaginar. Claro, a veces ves, no sé, una foto que no te gusta, y pues la ignoras y sigues con tu vida.

¡Hay quien escribe y dice que te odia!".

En su longeva carrera, Beckinsale se ha dado varias veces de bruces con el machismo imperante en la industria, lo que sacaría de sus casillas a Lindy.

En 2001, el hoy caído en desgracia productor Harvey Weinstein le criticó su look en la premier de Serendipity, diciéndole que necesitaba "una vagina en la alfombra roja".

Y promocionando Pearl Harbor, ese mismo año, el director Michael Bay dijo en las alfombras que la había elegido porque no era tan atractiva, y así la audiencia femenina no se sentiría repelida al filme.

¿No ha deseado golpear, realmente, a un jefe?, se le pregunta.

"Claro que sí, lo he imaginado", reconoce con una sonrisa. "Obviamente nunca lo he hecho, pero la idea cruza mi cabeza ocasionalmente".

 

Opina sobre este artículo

Nombre   Email  
Título
Opinion

Otras Noticias