La necesidad de más profesionales de la salud mental aumentará conforme los estudiantes comiencen a regresar a la presencialidad. Foto: EL NORTE

Monterrey, México(22 octubre 2021).- La primera gran alerta sobre salud mental en estudiantes ocurrió en 2017, cuando en el Colegio Americano del Noreste un chico disparó contra tres compañeros, mató a su maestra y se quitó la vida.

En el 2020 vino otro episodio de violencia escolar que acaparó la atención a nivel nacional. En el Colegio Cervantes, en Torreón, un estudiante también armó un tiroteo en el que una maestra murió, seis personas resultaron heridas y él se quitó la vida.

Ambas tragedias expusieron la necesidad de atender, desde la escuela, la depresión, el riesgo de suicidio y, en general, el manejo de las emociones en niños, niñas y adolescentes.

Cálculos mundiales antes de la pandemia, revelan que 20 por ciento de la población de niños y jóvenes, sobre todo adolescentes, sufre de un trastorno mental.

En Nuevo León, esto equivale a unos 200 mil estudiantes que están en el sistema educativo, dice Javier Alberto Falcón.

Para el coordinador del Instituto de Salud Mental de la Secretaría de Educación esta cifra representa una fuerte preocupación, pues frente a la cantidad de niños y niñas por atender, el número de psicoterapeutas contratados al momento se queda corto.

"¿Cómo atiendo a 200 mil niños potencialmente en riesgo, si ni siquiera puedo evaluarlos? Necesitamos más recursos", señala el funcionario.

En Nuevo León, desde el 2013 existe la Ley para Prevenir, Atender y Erradicar el Acoso y la Violencia Escolar de Nuevo León.

La norma en su artículo 2 establece que cada plantel de preescolar, primaria y secundaria, público o privado, debe contar con un psicólogo y/o trabajador social, un mandato que está lejos de cumplirse.

Para un universo de casi 6 mil escuelas, hay apenas unos 500 psicólogos.

Están distribuidos en diferentes oficinas de la Secretaría de Educación estatal: el mismo Instituto de Salud Mental que dirige Falcón, las Unidades de Apoyo a la Educación Regular (USAER) en el área de Educación Especial; el programa de Atención Psicosocial, y en las Unidades de Atención Psicopedagógica.

La necesidad de más profesionales de la salud mental aumentará conforme los estudiantes comiencen a regresar a la presencialidad.

A los problemas emocionales que ya había desde antes de la pandemia, se sumarán otros derivados del encierro y el confinamiento, alerta el psiquiatra y autor del libro Balaceras escolares desenfrenadas.

Una guía para papás, maestros, psicólogos y autoridades escolares.

Riesgo latente

Aunque es una obligación por ley, el Congreso del Estado no ha otorgado en sus presupuestos anuales la partida necesaria para contratar a los psicólogos que se requieren para esta atencion escolar, dice Falcón.

Y es que, aunque la contratación, organización y asignación de psicólogos depende de la Secretaría de Educación del Estado, la asignación de recursos depende del presupuesto que cada año elaboran los diputados locales.

"¿Cómo exigir a la Secretaría de Educación que pongan psicólogos en cada escuela, y no autorizan el presupuesto para contratar a esos psicólogos?", cuestiona el especialista.

Señala que ha firmado la solicitud de recursos en administraciones anteriores para contratar, al menos, unos 200 psicólogos, pero con los recursos etiquetados para el Instituto de Salud Mental no se puede autorizar una sola plaza más.

Después de lo del Colegio Americano del Noreste se detonó un interés por la prevención de estas tragedias.

"Hubo muchas reuniones donde se planteó esta pregunta con las comisiones de Salud y Educación del Congreso: ¿cuántos psicólogos se necesitarían para poder hacerle frente a esto? Pero pasan las situaciones de crisis y se les olvida", lamenta.

Tras los hechos en el Cervantes el año pasado, el asunto tomó vuelo de nuevo, pero la pandemia lo frenó.

Ahora, 19 meses después del cierre de escuelas y con estudiantes regresando poco a poco a clases presenciales, no sólo se podrían presentar más casos de problemas emocionales, sino que el riesgo de ataques o balaceras en escuelas sigue latente.

"En las balaceras escolares se juntan ideas de suicidio con ideas de venganza. Están las ideas de hacerse daño, pero también se lo quieren cobrar a la escuela o a la sociedad.

Hay que poner atención a todo esto ahora y no sólo cuando venga una crisis", dice Falcón.

Sofialeticia Morales Garza, Secretaria de Educación estatal, ha señalado que busca implementar un programa de pedagogía de emergencia para ayudar a los estudiantes emocionalmente.

Mientras tanto, Falcón hace su llamado a que en el Presupuesto 2022 el Congreso, ahora sí, apruebe los recursos para aumentar el número de psicólogos en las escuelas.

'Más casos nuevos'

Durante la pandemia, el Instituto de Salud Mental ha atendido a distancia a unos 500 niños. Antes de la pandemia se atendían a 300 más, se cree que ya no siguieron la atención virtual por falta de medios para comunicarse, como ocurrió con las clases.

Los 37 psicoterapeutas de esta oficina que depende de la Secretaría de Educación dieron seguimiento a problemas de trastorno depresivo, ansiedad, problemas de conducta y bajo rendimiento escolar, indica el coordinador Javier Alberto Falcón.

El acompañamiento virtual permitió que los problemas emocionales de estos niños siguieran tratándose y, al mismo tiempo, evitar que surgieran otros, asegura.

"Pero al empezar la movilidad empezarán a llegar más casos nuevos que seguramente no habían sido tratados, que acuden por primera vez a solicitar atención y ahí seguramente van a empezar a aparecer otro tipo de factores ligados a la pandemia", anticipa.