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Un 'cisne negro': metáfora actual

La denominación fue creada por el escritor Nassim Nicholas Taleb y la explica en su libro El Cisne Negro.
miércoles, 6 de abril de 2022
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Agencia/Reforma

Cada vez más usada y no del todo comprendida, la alusión a un "cisne negro" se ha introducido en el lenguaje contemporáneo, quizá por los tiempos de incertidumbre que nos está tocando vivir en este mundo globalizado.

El "cisne negro" es una metáfora para describir un suceso o evento raro, insólito, de inmenso impacto, impredecible, que surge de forma repentina y con grandes consecuencias socioeconómicas y culturales en la historia.

La denominación fue creada por el escritor Nassim Nicholas Taleb y la explica en su libro El Cisne Negro. El impacto de lo altamente improbable, publicado en 2007.

Su tesis se aplica a cualquier campo: económico, social, ambiental o cultural, y me parece que también puede llevarse al ámbito personal.

Taleb toma el nombre de su teoría de un hecho histórico: la gran conmoción que provocó en el siglo 17 el hallazgo por parte de los primeros colonos europeos en Australia de un espejo de agua con cisnes negros.

En aquella época se creía que los cisnes tenían exclusivamente plumaje blanco. Que existieran cisnes negros era algo inimaginable e improbable.

El descubrimiento se le atribuyó al capitán holandés Willem de Vlamingh cuando navegaba un río en Australia Occidental en 1697, que bautizó como Zwaanenriviermque (Río de los Cisnes).

Antes de este hallazgo, el único antecedente referencial sobre un "cisne negro" como algo inexistente fue una frase dentro de las sátiras del poeta romano Décimo Junio Juvenal (55-127 d.C.): Rara avis in terris nigroque simillima cygno (Ave rara sobre la tierra como un cisne negro).

Para Taleb, acontecimientos "cisnes negros" en la historia reciente serían el auge de internet/ Google, el ataque terrorista del 9-11 y la crisis global financiera del 2008, ya que reúnen los componentes de algo atípico, raro, de alto impacto, sin precedente.

Taleb, de nacionalidad americana-libanesa, es considerado ensayista, matemático, economista, analista de riesgos, estadístico y, para muchos, filósofo, pero él sólo se considera especialista en problemas concernientes a estadística, probabilidad y aleatoriedad.

Leer sus trabajos o escuchar sus entrevistas es siempre sorprendente, y aun siendo complejo y difícil de seguir por los que no somos matemáticos, es muy persuasivo y sus ejemplos, a veces sarcásticos, hacen su obra muy amena.

The Sunday Times cataloga El Cisne Negro. El Impacto de lo Altamente Improbable como una de las 12 obras de mayor influencia desde la Segunda Guerra Mundial . Y sí, también su obra se considera un "cisne negro".

¿El Covid-19 es uno?

La pandemia del Covid 19 que sorprendió al mundo y que ha sido de consecuencias catastróficas ha llevado a muchos analistas a cuestionarse si se trata de un evento "cisne negro".

Taleb es contundente: afirma que este acontecimiento no puede considerar así, ya que era algo totalmente predecible.

Las pandemias aparecen en el curso de la historia con un gran número de antecedentes.

El escritor, como crítico y estudioso de estos eventos, fue uno de los que lo predijo la pandemia e hizo pública una advertencia a los gobiernos, aparentemente sin efecto: si hubiéramos usado cubrebocas desde enero del 2020, dijo.

No es el cisne negro un cliché para los sucesos insólitos. El autor exhorta y propone crear o construir estructuras políticas para que la sociedad esté mejor preparada ante este tipo de fenómenos.

Taleb parte del hecho de que el conocimiento humano está enfocado a lo que sabe y no a lo que no sabe o a lo imposible; analiza y justifica los hechos y sus causas a posteriori.

Esto, nos dice, nos impide tener otra visión de los acontecimientos y nos hace vulnerables.

"El futuro será progresivamente menos predecible, mientras parece que tanto la naturaleza humana como la ciencia social, conspiran para ocultarnos la idea", afirma Taleb.

La publicación de su cuarto libro titulado Antifrágil: Las cosas que se benefician del desorden (2012), en contraste, nos habla de cómo beneficiarnos de las lecciones aprendidas en estos sucesos y cómo estar mejor preparados para enfrentar lo impredecible o anticipar los cisnes negros.

Una sociedad antifrágil debe cambiar sus estructuras.

Hoy estamos viviendo cambios generados por la pandemia, cambios en hábitos que fueron frágiles y que hoy son la diferencia entre la vida y la muerte.

El proceso de antifragilidad, que es materia para los economistas, en síntesis simple tiene que ver con tres líneas: primero, lo que es frágil, se quiebra ante cualquier cambio; segundo, lo que es robusto es indiferente ante el cambio, y tercero, lo que es antifrágil se beneficia del cambio, llamase desorden, caos, volatilidad, aleatoriedad.

Ya en el campo de las artes y por nuestra fascinación por estas bellísimas aves, no puedo dejar de especular en torno a otro cisne negro.

Me refiero a esa figura que aparece misteriosa que encanta con su oscura hermosura en la magistral obra clásica "El Lago de los Cisnes" (Lebedinoe Ozero).

El ballet completo se estrenó en 1895 en el Teatro Mariinski de San Petersburgo, en la Rusia Imperial, con coreografía de Marius Petipa y Lev Ivanov, y música de Piotr Illich Tchaikovsky.

La trama se atribuye a los guionistas Vladimir Begitchev y Vasily Geltzer en 1877, año en que se estrenó la primera versión incompleta en el Teatro Bolshoi.

No se sabe mucho sobre la creación de su "cisne negro" o si hay algún referente semejante al pasaje histórico, pero los atributos como ave rara, nunca antes vista, de belleza deslumbrante e hipnótica, nos sigue maravillando hasta nuestros días para gloria del ballet.

 

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