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Padres y entrenadores, el legado de los Salazar

La familia salazar está dedicada al TKD. Foto: Cortesía
La paternidad es compleja por sí misma y adquiere otra dimensión cuando quien la ejerce es un deportista de alto rendimiento en activo o retirado y además medallista olímpico, como el subcampeón en taekwondo en Atenas 2004, Óscar Salazar
domingo, 19 de junio de 2022
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Adrián Basilio

Agencia / Reforma

Cd. de México (19 junio 2022).- La paternidad es compleja por sí misma y adquiere otra dimensión cuando quien la ejerce es un deportista de alto rendimiento en activo o retirado y además medallista olímpico, como el subcampeón en taekwondo en Atenas 2004, Óscar Salazar.

El hoy entrenador y papá de dos hijos varones experimentó esa situación porque su progenitor, Reynaldo Salazar, desaparecido precisamente el Día del Padre de hace dos años, también fue taekwondoín y además su entrenador.

Y gracias a ese pasaje de su vida y sobre todo porque su papá ya no está, es como Óscar comprende mejor su papel de cabeza de familia y responsable de dos vástagos, uno de ellos ya mayor de edad, con 21 años, y exponente de las artes marciales mixtas, y el otro entrando a la adolescencia, con 12 vueltas al sol, inclinado el sí por los tatamis.

"Ser padre ha tomado un aspecto muy diferente porque precisamente hace dos años atrás, mi papá murió y ha sido un cambio muy drástico.

Ahora, como papá deportista y al igual que lo fue mi papá, pues es algo muy padre que mis hijos sigan el camino que tú has llevado (practicando deporte).

"Ahora como que se aprecia mucho lo que te decía tu papá, las cosas que te enseñó. Haberse convertido uno en padre, es voltear la moneda y empiezas a entender por qué te decían las cosas y añora uno todo.

"Mi papá muy pocas veces estuvo triste, muy pocas veces lo vi desanimado o sufriendo por algo hacia nosotros, sí, claro, preocupado por por darnos lo mejor, pero nunca triste, siempre enfrentando las cosas, sobre todo el deporte, con una alegría inmensa.

Lo que ahora más recuerdo y añoro era ver que siempre estuvo de un humor muy jovial hacia la vida", relata Óscar.

¿Cuál fue su mayor consejo o legado y que aplicas con tus hijos?

"El consejo más grande, bonito y que más he aprovechado es que hay que que aprovechar la juventud, porque el tiempo pasa. Uno trata o quiere tratar de ser lo mismo en los aspectos buenos que fue tu papá y trato de hacerlo lo más posible.

Con mis hijos trato de emular que la vida va a dar cosas fuertes, pero que es muy bonita y hay que saberla vivir, y divertirse.

"Mis hijos son mis amigos, algo que me motiva y siempre se lo comento al mayor, Bryan, que fue la fuente de inspiración y motivación, así como una preocupación para dar un resultado en Juegos Olímpicos.

Porque antes decía que era por mí y el hecho de que estuviera ahí (en Atenas 2004) implicaba que era un compromiso por él y para él".

¿Cuan complejo es ser papá deportista y además tener hijos a los que también les gusta del deporte?

"Sin duda es un tema complicado que pasan muchos papás que fueron deportistas y quieren que sus hijos hagan lo mismo o superar lo que hicieron. Es innegable que la pasión del padre sea dirigida a los hijos, de buena manera, claro, para que les guste y que para ellos sea como lo fue para uno.

Eso hicieron mis padres y obviamente eso es lo que quiero para mis hijos.

"Cuando tus hijos también son deportistas y quieres que el deporte sea de beneficio para ellos, viene aquello de la presión interna de 'los presiono o no, los obligo o no'.

Yo les he dicho que la práctica del deporte es primordial y hasta que tengan la edad de decidir lo harán al grado o nivel que ellos quieran".

Y aunque sigan caminos diferentes, los hijos siempre serán el orgullo de los padres.

"A Bryan no le gustó el taekwondo pero sí las artes marciales mixtas y de hecho ya compitió y ya te imaginarás, con el nervio tremendo porque no es un deporte tan sencillo como el taekwondo.

Oscarito sí practica taekwondo y va a la Academia de mi hermana (Iridia, también medallista olímpica)", comentó Óscar.

Salazar pasará este Día del Padre con su esposa y su hijo menor en Querétaro, pues Bryan se encuentra en Monterrey. Y como todo padre que no deja de preocuparse por su descendencia aunque sea mayor de edad, Óscar lo irá a ver a la Sultana del Norte lo antes posible.

 

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