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Violencia vicaria; quítale lo invisible

Es la agresión que se da en las parejas a través de los hijos; donde predominan el abuso de poder y la impunidad.
jueves, 18 de agosto de 2022
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Agencia/Reforma

"Tu reinado ya terminó. No vas a volver a ver a tus hijos".

Estas fueron las palabras que Karla Delgado escuchó de su ex esposo hace casi tres años, la noche en que comenzó, dice, su historia de terror.

Se casó con un empleado de la Fiscalía General de Justicia del Estado. Tras vivir violencia e infidelidad, decidió separarse.

Acordaron que ella se quedaría con la custodia de los niños, entonces de 8 y 12 años, y que él estaría con ellos los fines de semana.

En una ocasión no los regresó. Cuando Karla lo llamó, él le aseguró que no los volvería a ver. Y perdió comunicación con ellos.

Al intentar recuperarlos, la mujer se enteró que el padre la había denunciado por violencia familiar y, por tanto, le dijeron, ella no lo podía denunciar a él.

Buscó ayuda legal, pero los abogados alargaron más su dolor.

Los encargados de hacer dictámenes psicológicos, dice, pidieron a los niños que mintieran para favorecerlo a él.

"Les dijeron que tenían que decir que yo los golpeaba, si no, iban a irse al DIF y no iban a estar con mamá ni con papá".

Como el niño mayor se negó, se lo regresó. Pero hasta la fecha no ha podido ver a su otro hijo.

Devastada, un día se encontró con un grupo de mujeres con historias muy similares a la suya.

"Mi caso era igual al de ellas".

Ahí se enteró que lo que ella y otras viven es una violencia que tiene poco de haberse nombrado y cada vez se visibiliza más.

Una violencia que no existiría sin el poder y abuso de parte de las autoridades, y que destruye sobre todo a las madres a través de lo que más aman: sus hijos.

Es la violencia vicaria.

OTRA FORMA DE VIOLENCIA

La violencia vicaria es aquella que un progenitor ejerce sobre los hijos y/o hijas para herir a la pareja. De acuerdo con especialistas y autoridades, en la mayoría de los casos el hombre es el agresor.

El término fue acuñado en 2012 por Sonia Vaccaro, una psicóloga argentina especialista en violencia contra las mujeres.

Es otra forma de violencia de género, que usualmente llega después de que la mujer ya vivió otros tipos de agresiones de parte de la pareja: psicológica, económica, patrimonial, física y sexual.

Las historias casi siempre inician así: la mujer toma la decisión de divorciarse o separarse y, en represalia, el progenitor sustrae a los menores.

Se los lleva un fin de semana o vacaciones y no los regresa.

"Al ya no tener el control de ti como pareja, lo que quieren es seguirte controlando de alguna manera", señala Erika Treviño, madre víctima y representante del Frente Nacional contra Violencia Vicaria en Nuevo León.

Pero la historia no termina ahí. El tormento para estas madres apenas inicia.

Al intentar recuperar a sus hijos, las mujeres se topan con que el padre ya interpuso alguna denuncia en su contra y, según les dicen, no hay mucho que puedan hacer.

Contratan abogados que, en vez de ayudarlas, suelen alargar más sus procesos. Usualmente ellas no entienden lo que está pasando y, con frecuencia, les dicen que ya no pueden ver ni hablar con sus hijos debido a recursos legales en su contra: órdenes de protección, medidas cautelares de separación de personas y denuncias por violencia familiar.

Cuando logran verlos en un Centro de Convivencia Familiar, se reencuentran con unos niños que las agreden, porque ya se les manipuló en contra.

"A los niños se les miente y se les dice: 'Tu madre te abandonó'", indica Alicia Leal, activista y ex Secretaria de las Mujeres. "Se les mete odio y resentimiento".

Los niños viven un impacto emocional enorme, por lo que buena parte de las madres atraviesan la problemática con ansiedad, depresión e incluso intentos de suicidio.

El nivel más alto de este tipo de violencia, afirman expertos, es cuando los agresores asesinan a los hijos para matar emocionalmente a la madre.

COMPLICIDAD DEL ESTADO

La violencia vicaria no existiría sin la complicidad entre agresores e instituciones de procuración de justicia.

Es una violencia institucional en donde los padres compran y manipulan a las autoridades.

"Casi siempre estamos hablando de hombres con dinero para pagar a las autoridades encargadas del caso o a quienes quieren que se encarguen del caso", dice Leal, fundadora de Alternativas Pacíficas, que atiende a mujeres violentadas y a sus hijos.

"Hablamos de familias que tienen como común denominador ser gente con poder económico, político, social y religioso".

Los agresores, añade, se alían con redes de complicidad donde participan servidores públicos que trabajan como "mercenarios de la justicia".

"Son redes en donde están abogados privados, jueces del Poder Judicial, fiscalías, ministerios públicos, donde están también involucrados médicos, psiquiatras, psicólogos, psicólogas que, en un momento dado, pueden hacer peritajes a modo".

Con su poder e influencias argumentan hechos falsos para crear escenarios para dañar a la madre y favorecerse.

"Han llegado a decir que son drogadictas, que sufren bipolaridad, que tienen miedo de que se vaya a suicidar y que su hijo esté presente", apunta la abogada Denisse García, quien colabora con el Frente Nacional contra Violencia Vicaria.

Pueden inventar infinidad de historias, añade. Y los encargados de la justicia lo creen o no investigan para comprobarlo.

Hay quienes dicen que también hay hombres víctimas de esta violencia.

Si bien hay casos de madres que no dejan que los padres vean a los hijos, señala Treviño, es por otro tipo de razones.

La violencia vicaria, asegura, sólo se da de hombres a mujeres.

EN BUSCA DEL CASTIGO

Un grupo de madres víctimas formaron en 2021 el Frente Nacional contra Violencia Vicaria, con el objetivo de impulsar la creación de leyes estatales y federal.

Gracias al Frente y a otras agrupaciones, seis estados ya tienen una ley: Zacatecas, Baja California Sur, Estado de México, Puebla, Hidalgo y Yucatán.

La iniciativa en Nuevo León fue presentada por el Frente en abril y está en espera de ser atendida por los diputados. Propone reformas a la Ley Estatal de Acceso de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia, así como a los códigos Civil y Penal.

El Frente está creciendo con rapidez: lo integran más de mil 200 mujeres y, en el Estado, ya son cerca de 50. Cada semana se suma al menos una más.

Ahí pueden recibir atención psicológica y legal gratuita.

Erika, víctima y también representante, se mantiene de pie para que en un futuro sus hijos conozcan la verdad.

"Ya no me importa tener que poner mi caso en todos los medios", dice. "Para que mis hijos sepan, algún día, la realidad, que yo siempre luché por ellos".

Y para que otras mujeres no pasen por este tormento. "La violencia vicaria es morir en vida", comenta Karla. "Es quitarte el sueño, la tranquilidad, es fulminarte en vida.

"Es dañarte, quitándote una parte de lo que tú más amas y por lo que tú estarías dispuesta a dar la vida".

Alerta

Identifica algunas señales previas a las que debes estar atenta:

- Habla mal de la madre frente a los hijos de forma constante.

- Amenaza a la madre con hacerle daño a los hijos o quitárselos.

- Interroga a los hijos para tener información de la madre.

- Aprovecha los encuentros para insultar y lastimar a la madre.

No estás sola

Frente Nacional contra Violencia Vicaria

Facebook: FNCVV

Sitio web: fncvv.com

 

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