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Hueva, fregón, madrinola... así hablamos en México

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El compendio pone de relieve aspectos culturales de México, como el machismo, la transgresión o el sentido gozoso y trágico con la muerte. Foto: REFORMA / Especial
- Palabras que se incluyen en el nuevo "Diccionario de mexicanismos", que consigna sin puritanismos el habla del País
viernes, 27 de enero de 2023
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CD. DE MEXICO

/REFORMA

El Diccionario de mexicanismos, propios y compartidos, coedición de la Academia Mexicana de la Lengua (AML) y Planeta, consigna sin puritanismos el uso lingüístico de México, a la vez que otorga "carta de naturaleza" al habla nacional, coinciden la lingüista Concepción Company, quien dirigió la obra, y el escritor Gonzalo Celorio, director de la AML.

"Es un diccionario no sólo de léxico, sino incluye también una buena cantidad de fraseología que es muy rica y muy ingeniosa y que refleja muy bien la cultura mexicana, no nada más la cultura popular, sino en términos mucho más amplios: es un diccionario que también abarca manifestaciones cultas, peculiares de México, lo que es interesante", apunta Celorio en entrevista.

Si bien el español lo comparten más de 500 millones de hispanohablantes en diversas geografías, también hay en ellas autonomías lingüísticas, añade Company.

"Y hacer un diccionario es darle carta de naturaleza al cómo hablamos: ¿Tenemos aceras? No. Tenemos banquetas, pero en Campeche tienen escarpas; tenemos pases de abordar y no tarjetas de embarque, porque abordamos aviones.

"Tenemos que estar seguros de que ése es nuestro modo de hablar, y no tenemos por qué hablar de otra manera para parecernos a otros dialectos", expone la también autora de Documentos lingüísticos de la Nueva España.

No obstante, a la palabra autonomía hay que tomarla con cuidado, previene Celorio.

"Porque parecería que tuviéramos una forma de expresarnos independiente de la lengua española, y no es así. Hay realmente algo muy notable en la lengua española, que ya sugería doña Concepción, y es el hecho de que es una lengua que es hablada por cerca de 500 millones de hispanohablantes, más otros 100 millones que tienen al español como segunda lengua y que también viene a aumentar el número de hispanohablantes, al grado de que es una de las lenguas más habladas en el mundo".

Además, destaca el también ensayista, es la lengua materna de comunicación internacional con el mayor número de hablantes en el mundo.

"Porque hay lenguas que tienen más hablantes, como el mandarín, pero no sale realmente de las fronteras chinas. Y hay otras lenguas que tienen una comunicación internacional más amplia, como lingua franca -es el caso del inglés-, pero no hay lengua materna de 500 millones de personas, entonces (el español) es una lengua realmente muy numerosa en términos de hablantes.

"Lo que quiero decir es que, a pesar de la vastedad del territorio del que se habla y del número de hablantes, es una lengua que, milagrosamente, diría yo, ha mantenido su unidad comunicativa, y podemos atravesar 20 fronteras sin perder inteligibilidad.

Eso no significa que no haya variantes dialectales que pueden ser diferentes, no nada más de país en país, sino de pueblo en pueblo".

Aunque siempre, puntualiza Celorio, habrá variantes dialectales, usos, costumbres y normas que diferencian formas de expresión.

"Lo que hace en buena medida la Academia es registrar precisamente esas formas de hablar, velar por la unidad de la lengua y, al mismo tiempo, aceptar estas variantes no como distorsiones de la lengua, sino como elementos que enriquecen nuestro gran patrimonio lingüístico".

El Diccionario de mexicanismos..., resultado de más de una década de trabajo, contiene una serie de registros de carácter popular, pero no es exclusivamente popular, insiste el escritor, pues contiene voces cultas propias de México.

"Suelo poner el ejemplo de 'parteaguas', que es una palabra que se usa en México, no en ninguna otra parte del mundo, y es culta: se usa en los discursos políticos o académicos como hito, como algo que marca un antes y un después".

Otros ejemplos de mexicanismos cultos son "rubro", "vocero", "cooptar", "conferencista" o "bienes mancomunados", refiere Company.

Tampoco, complementa Celorio, es un diccionario puritano.

"Es rigurosamente científico, objetivo: consigna lo que realmente está en el uso lingüístico de México. Y eso me parece muy importante, porque habrá quien pudiera escandalizarse ante la presencia de tantas voces; algunas de ellas pueden ser groseras, obscenas, vulgares, pero que están identificadas con marcas de uso, para que se sepa si pertenecen a la norma popular, a la norma culta, o más a la norma oral que a la escrita, más en el lenguaje formal que informal, etcétera.

"En ese sentido, es científico, descriptivo, riguroso de la manera en que se usa el léxico -fundamentalmente el léxico- y muchas variantes fraseológicas en nuestro País", destaca el escritor.

Normalizar la transgresión

El Diccionario de mexicanismos... pone de relieve aspectos culturales de México, como el machismo, la transgresión o el sentido gozoso y trágico con la muerte, señala Company.

"Se ve un machismo que asusta: hay unos 200 términos para designar el pene, pero no llegan ni a 30 las voces para designar vagina".

También, señala, hay decenas de denominaciones para la homosexualidad, más la masculina que la femenina.

Y alarma, de igual modo, la transgresión.

"Parece que hemos normativizado la transgresión y el hecho de que esa transgresión esté en muchas categorías: en verbos, en adjetivos, en sustantivos, en adverbios (desde la 'mordida' hasta morder, hasta chapulín, 'chapulinear' y cientos más).

"El hecho de que esté en categorías tan diferenciadas significa que no es un hecho de hoy, ni de hace 10 años, sino que viene acumulándose una normalización de la transgresión".

Además, detalla Company, se revela una preferencia por codificar la transgresión de manera frecuentativa, es decir una y otra vez, patente en el sufijo "ar".

"Es la diferencia entre besar y besuquear: besar puede ser una vez, y lo que codifica el "ar" de besuquear es la cotidianeidad, la repetición del hecho -como volar, revolotear-.

Entonces, en este diccionario, se ve que muchísimas actividades para transgredir se hacen con ese 'ar', que es un sufijo frecuentativo en español".

Características del compendio

Éstas son algunas características del Diccionario de mexicanismos, propios y compartidos:

- Contiene voces y acepciones que se comparten con otros países cercanos y no tan cercanos.

- Es un diccionario diferencial respecto del español de España (contrastado), a la vez que integral (compartido) respecto de América.

- Es colectivo: el equipo dirigido por Company integró a seis académicos y nueve lexicógrafos.

- En el equipo de trabajo hubo representantes de varias entidades de la República.

- Marca geográficamente a qué ámbito regional de México pertenecen ciertos usos, por ejemplo "tortas ahogadas", típicas de Jalisco.

- Indica también marcas de uso, porque no sólo lo usarán mexicanos nativos sino extranjeros.

- El grueso del diccionario consigna mexicanismos que no llevan ninguna marca, porque están en el ámbito de la vida regular.

- Reúne 10 mil 587 lemas o artículos lexicográficos y 22 mil 333 acepciones.

Y así hablamos en México

Aquí algunos mexicanismos de los que consigna el volumen:

- Agandallar. 1. Obtener provecho abusivamente: "Agandallé toda la botana de la fiesta". | 2. Robar: "Mi vecino agandalló la ropa del tendedero".

- Baquetón, na. Referido a alguien, que es flojo y que actúa con desfachatez: "Tu compadre es bien baquetón, no hace nada de su vida".

- Chispoteársele. Cometer alguien un error o indiscreción: "Se me chispoteó decirle que su novia lo engañaba".

- Fregón, na. 1. Referido a, bonito: "¡Qué vestido tan fregón te compraste!". | 2. Referido a algo, de excelente calidad: "Lucía se acaba de comprar un teléfono fregón".

| 3. Referido a alguien, hábil: "Este caballo es fregón para las carreras". | 4. Referido a persona, que fastidia: "Este muchacho fregón empieza a desesperarme".

| 5. Propio de la persona fregona: "Mi tía tiene un carácter bien fregón".

- Encajarse. Abusar de la confianza de otro para lograr un beneficio: "No invites al vecino a comer porque siempre se encaja".

- Encajuelamiento. Hecho de ocultar a alguien en la cajuela de un vehículo.

- Jodinche. 1. Referido a persona, que hostiga a los demás; jodón: "Los del banco son muy jodinches, no dejan de llamar por teléfono".

| 2. Propio de la persona jodinche: "Andas con una actitud muy jodinche cada que te levantas temprano". | 3. Persona que hostiga a los demás: "Las jodinches del banco son muy tercas, no dejan de llamar por teléfono".

- Hueva. 1. Hartazgo; fastidio: "La historia que siempre me cuentas ya me da hueva". | 2. Pereza extrema; flojera: "Me da hueva acompañar a mi hermana al cine".

- Madrinola. 1. Cosa insignificante; madre: "En el intercambio me dieron estas madrinolas que no sirven para nada".

- Mafufada. Disparate.

- Chingaquedito. 1. Referido a persona, que insiste en algo hasta el hartazgo: "No seas tan chingaquedito, no te voy a comprar la nueva consola". | 2. Referido a persona, que hace soterradamente acciones en perjuicio de otro: "Mi tía es bien chingaquedito con su exesposo".

- Wacarear. Vomitar; guacarear: "Mi tío estaba enfermo y wuacareó la cena".

- Zumbarse. 1. Ingerir un alimento: "Ayer me zumbé ocho tacos de un jalón". | 2. Poseer sexualmente a alguien.

El Diccionario de mexicanismos, propios y compartidos se presentará el 12 de febrero a las 12:00 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, con la participación de Company y Celorio, acompañados del periodista Leonardo Curzio.

 

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