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Manolo Caro escribe sobre 'Fiesta en la Madriguera'

Manolo Caro, foto (Instagram)
Hace un par de años me llegó por una amiga "Fiesta en la Madriguera", la novela de Juan Pablo Villalobos.
jueves, 25 de abril de 2024
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/REFORMA

Cd. de México

Hace un par de años me llegó por una amiga "Fiesta en la Madriguera", la novela de Juan Pablo Villalobos.

Aunque ambos somos de Guadalajara y conocía su trabajo, no había leído este libro.

Fue un momento en el que yo estaba triste, pues no había logrado conseguir los derechos de otra novela que siempre quise adaptar y mi amiga me dijo: "Esta no es la que debes adaptar, la que debes adaptar es 'Fiesta en la Madriguera'".

La leí y no tuve la menor duda de que mi amiga estaba en lo correcto. Dos años después, estamos aquí.

Tras La Casa de las Flores, decidí desarrollar mi carrera en España, pero siempre pensando en mi regreso a México.

Volver a casa es complejo y es que ya no soy el joven de No Sé si Cortarme las Venas o Dejármelas Largas.

Mis inquietudes son otras, lo que me interesa y preocupa del mundo ha cambiado y entiendo con claridad que cada decisión respecto de mi carrera requiere la misma ilusión, pero mucha más responsabilidad pues contar algo, ya sea con una película o una serie, es un privilegio que me tomo muy seriamente.

Al leer "Fiesta en la Madriguera", encontré el reto intelectual y artístico para volver a mi País con la aventura más importante de mi carrera que encaré con rigor, ilusión y respeto por mi oficio y por la obra de Villalobos.

Sin duda alguna esta era la historia con la que debía volver a México, que tanto me ha dado y al que me debo.

Partiendo de la novela, una gran historia con unos personajes entrañables, llenos de aristas y complejidades, pero en la búsqueda de la felicidad, el siguiente paso era trasladar el universo de Villalobos a un universo cinematográfico.

Junto con mis productores, pensamos en el guionista argentino Nicolás Giacobone. Su trabajo me parece fascinante y fuera de las convenciones. Tuvimos una llamada y rápidamente nos entendimos.

Creo que llegamos con Nicolás y el apoyo de Juan Pablo a un guión estupendo.

El siguiente reto fue rodearme de un equipo técnico con el cual pudiera construir un universo único y especial, casi fabulado, pero aterrizado en el verosímil de mi País, de Jalisco, de la ciudad misma y pensé en colaborar con nuevas miradas, retarme para no quedarme en zonas de confort y logré convocar a la fotógrafa María Secco y al diseñador de producción JC Molina.

Con ellos y el resto de mi equipo construimos este universo con el que soñaba, único pero a la vez tan real.

Con el guion, con un equipo técnico de primer nivel y lleno de ilusión, llegó el reto más importante de esta aventura: encontrar a Tochtli.

Sin Tochtli no había película, pues toda la concebí alrededor de su mirada del mundo, de su mundo, de este mundo que le inventa su padre para cuidarlo, protegerlo y hacerlo feliz y que poco a poco se irá resquebrajando, conforme las falsedades que sostienen este mundo se van desmoronando confrontadas al mundo de afuera, el mundo que Yolcaut no puede controlar, por más que lo crea y quiera por más que Yolcaut diga que todo lo puede.

Descubrir que tu padre no es quien crees que es fue vehicular en nuestro proceso y ver a Tochtli avanzar por este camino perdiendo paulatinamente la inocencia conforme perdía la confianza en su padre ante las mentiras y la traición me parece el mayor acierto de mi película.

Y sin Manuel García Rulfo y Miguel Valverde, como padre e hijo, esto no hubiera sucedido . Ellos son piezas fundamentales como el resto del elenco que nos acompaña.

Con Manu ya hemos hecho dos pelis, esta es la tercera, y nos conocemos desde adolescentes, crecimos juntos en Guadalajara.

Con Tenoch (quien iba a interpretar primero el papel de Yocault) me entendí muy bien en las conversaciones preparatorias. Yolcaut es un hombre al que se le derrumba el mundo ante los ojos de su hijo.

Hay muchas maneras de interpretarlo y creo que a través de la fragilidad podría ser una de ellas y yo veía a Tenoch haciendo un gran papel desde ese ángulo.

Con Manuel, por otro lado, imaginé un Yolcaut distinto que se entiende desde la fortaleza que le da la paternidad y el resultado fue maravilloso.

La conexión que construyó con Miguel Valverde atraviesa la pantalla y le dio una profundidad increíble a la película.

Agradezco a Daniel Giménez Cacho y a Debi Mazar que hicieran estas apariciones especiales.

Sin duda alguna, esta es mi apuesta de más riesgo y con la que más me he expuesto como cineasta y como persona.

Sin darme cuenta, creo que es la primera película de una nueva etapa de mi carrera, a la que a mi obsesión por entretener y llegar a grandes audiencias le sumo mi necesidad vital de transitar temas inseparables del mundo en el que vivo, temas que ocupen y preocupen a mi País.

Ahora, Fiesta en la Madriguera está en sus manos...

Sí, ya estoy pensando en mi siguiente proyecto, espero pronto tener noticias. Y sí, es en México.

 

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