Platicando con Martha Sáenz
Martha Sáenz
Muchos padres el día de hoy desconocen un nuevo fenómeno que está sucediendo en la vida de sus hijos y el cuál está generando graves problemas físicos y emocionales que ponen en riesgo la integridad física, emocional y el desarrollo sano de sus propios hijos.
El “Acoso Escolar” o “Bullying”, es una forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido por sus propios compañeros escolares en forma repetitiva a lo largo de un tiempo determinado.
Estadísticamente el tipo de violencia dominante es el emocional. Al inicio se daba con mayor frecuencia en las aulas y patios escolares, poco a poco se fue incrementando hasta llegar a el hogar al invadir las redes sociales en las cuales ellos participan, eligiendo el Internet como medio de continuar con el acosamiento y maltrato después del horario escolar.
Los protagonistas de este bullying o violencia escolar suelen ser más marcado entre niños y niñas en edad de los 9 a 12 años, que son los que se encuentran en el proceso de entrar a la adolescencia (20% según las estadísticas del 2011 Youth Risk Behavior Surveillance System), sin excluir a los menores, o a los que ya están en plena adolescencia.
Con esto dicho queda claro que el bullying, es una especie de tortura ejercida por el o la estudiante que siente poder o alta jerarquía ya sea física, mental o intelectual en contra de su víctima que suele ser el estudiante intimidado por la violencia ejercida por su, o sus, agresores.
Este acoso se caracteriza por estar torturando y maltratando a en forma sistemática y metódica a su víctima. Muchos compañeros aprueban y aplauden estas demostraciones de poder, pero los demás callan por miedo a ser ellos las próximas víctimas de los agresores, los cuales los convierte en cómplices del agresor.
Y los vuelve altamente miedosos y desconfiados para hablar del tema con los adultos que los pueden proteger.
La persona maltratada queda expuesta física y emocionalmente al estudiante maltratador, lo cual genera serios problemas y secuelas psicológicas.
La víctima cada vez se va intimidando más y más llegando a cambiar totalmente su conducta y rendimiento escolar.
Algunos síntomas que muestran las víctimas:
-No quieren ir a la escuela (esto sin razón aparente)
-No socializan con sus demás compañeros.
-Refieren malestares cómo dolor de estómago o náuseas antes de salir de casa a el plantel escolar.
-Miedos y fobias sin razón aparente.
-Pesadillas y problemas para dormir.
-Aumento o disminución excesiva de peso durante el período escolar.
-Comentarios de querer dejar de estudiar.
-Quejas o afirmaciones de no querer vivir.
Estos y muchos síntomas más deben de ser tomados en serio por los padres. Aquí se necesitan padres comprometidos a investigar y sobre todo a resolver los problemas de sus hijos.
Hay que recordar que la víctima está sufriendo y que difícilmente hablará de lo que le sucede. Pero no solo se tiene que poner atención a él niño o niña que es víctima.
También el victimario o acosador necesita ayuda, y solo los padres o maestros comprometidos podrán detectar y resolver este problema.
Recuerde: Si su hijo/a es víctima de bullying, es una persona que está sufriendo.
¿Usted como padre, qué estaría dispuesto a hacer por la seguridad física y emocional de sus hijos?
Martha Sáenz