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Por: Jesús Rivera
LA PRENSA / Reportaje.-
La mayoría de los cronistas locales concuerdan en que el huracán Beulah marcó un antes y un después en la historia de Reynosa.
En el 2015 se cumplen 48 años del impacto de este fenómeno meteorológico, hasta ahora, el más recordado en la historia de nuestro municipio y que ha quedado en la memoria colectiva de la población.
Recientemente, la Sociedad de Historia de Reynosa encargó a uno de sus socios, Carlos Nuño Robles, elaborar un documental en video para su publicación en You Tube, en el cual relata con su propia voz un pasaje del libro de César Isassi "Sin Olvidar a Reynosa".
A continuación el contenido de dicho trabajo historiográfico:
"El día 20 de septiembre de 1967, a las 6 pm, tocó tierra en la desembocadura del río Bravo y alrededor de las 11:00 dejó sentir su fuerza en toda nuestra ciudad, lo que ocasionó que se interrumpiaran los servicios de energía eléctrica, agua y telefonía.
En la refinería se tomaron medidas preventivas, ser apuntalaron torres, bodegas y tanques de almacenamiento, y todo aquello que pudiera ser arrancado o dañado por los vientos huracanados.
Los comercios y las viviendas protegieron las puertas y ventanas con chapas y tablas de madera y con cintas adheridas a los cristales. Había temor, pero también curiosidad.
Para muchos de nosotros era la oportunidad de vivir por primera, y quizá unica vez un fenómeno de esa naturaleza. Por eso, a pesar de las advertencias mucha gente salió entre el aguacero y los ventarrones a observar el famoso huracán que ya había ocasionado muchas muertes a lo largo de sus miles de kilómetros de travesía.
Mi padre, que por entonces tenía como seis años de radicar en Reynosa, se puso un grueso impermeable y aún así, empapado, disfrutó alegremente del espectáculo.
Las ramas de los árboles, las láminas de los techos volaban o se arrastraban por las calles barridas por los vientos. Las palmeras y los árboles se inclinaban hasta que las copas tocaban la tierra o eran desgajados de raíz.
Los anuncios espectaculares, los semáforos, los arbotantes del alumbrado, los postes y torres de las líneas eléctricas se estremecían y caían por los suelos.
En mi casa de la colonia Ribereña parecía que el techo de lámina de aluminio de la cochera estaba aguantando, pero fueron muchas horas y cuando pasó el ojo y cambiaron de dirección los vientos de hasta 180 kilómetros por hora voló como un papalote.
Pero el ciclón en sí no fue lo más destructivo. Las tormentas cayeron en cuencas saturadas por precipitaciones anteriores. La presa Marte R. Gómez, que descarga en el canal Rodhe y en el río Bravo, se encontraba completamente llena.
Ante el peligro de una inminente inundación, el ingeniero José Hernández Terán, Secretario de Recursos Hidráulicos, con su equipo de técnicos se instaló varios días en la oficina del alcalde para desde ahí dirigir la emergencia.
Se puso en aplicación el Plan DNIII por parte del Ejército. La avenida del río Bravo se controló en parte en la presa falcón, pero aguas abajo se dieron inundaciones en toda la frontera chica.
Reynosa corría grandes riesgos, pero el mayor peligro lo tenían Matamoros y Brownsville. Se requería abrir todos los cauces de alivio posible en ambos lados de la frontera, aún dinamitando bordos e inundando campos de labranza.
El 23 y el 24 de septiembre, el río embroncado casi tocaba el bordo del puente internacional Hidalgo-Reynosa. A su paso arrastraba árboles, casas de madera, ganado y otros animales domésticos.
Creo que fue el día 23 cuando uno de los técnicos del equipo del ingeniero Hernández Terán me pre4guntó que en qué zona de la ciudad vivía, porque como a las seis de la tarde se esperaba que el bordo de contensión se reventara y gran parte de la población quedaría inundada.
A pesar de que los daños y la inundación afectaba a ambos lados de la frontera, el ejército americano envió varios helicópteros para auxiliar a la población rural incomunicada.
Yo mismo volé en uno de esos aparatos a la base que pusieron en Harlingen. Recuerdo a Chuy Cavazos, el fotógrafo oficial del Municipio tomando imágenes de la inundación más severa que ha sufrido la región, que fue ampliamente documentada en las revistas internacionales Selecciones y Life.
Tengo presente a Juan F. Ríos en el techo de su casa, que era lo único que sobresalía en la colonia Lindavista. Quién que no lo vivió puede olvidar las lanchas recorriendo las calles del puente internacional y las colonias Del Prado y Medardo González".
Los comentarios y reacciones de los usuarios de You Tube fueron:
Balatas07: "Recuerdo que a mi mamá QEPD le ragalaron comida y creo que era por parte del Gobierno de Estados Unidos, porque nosotros carecíamos de comida.
Muchas gracias, Carlos, por recordar algo que vivimos los reynosenses de ese tiempo".
Balatas07: "A pesar de que no tenía sólo cuatro abriles, me acuerdo de ese día pues mi mamá y mi abuelita rezaban por nuestras vidas y gracias a Dios no hubo vidas perdidas en nuestra familia.
Aún recuerdo los bomberos y tanta gente en la calle Aldama platicando de inundaciones en muchas partes de Reynosa".
Vicente González: Yo nací en Reynosa, en la colonia Bellavista.
Para el 67 vivíamos en la Ferrocarril Poniente. Me tocaba mirar hacia el norte, donde se encontraba la colonia del Penal, toda hundida en el agual, la colonia Ferrocarril Poniente se hizo de la noche a la mañana para toda la gente que vivía cerca al río.
Llegaron a la Ferrocarril Poniente buscando refugio porque las aguas ya estaban demasiado altas. La colonia Ferrocarril era más alta, de ahí nación la Ferrocarril Poniente.
Hoy en día quedan unas cuantas familias de esa época".
Santos Rodz: "Recuerdo otra anécdota también que unos tres días después del ciclón Beulah había carencias de alimentos en todo Matamoros y por ese sector había un gringo que nos ayudaba con mandado y ya tenía años ayudándonos a toda la raza pobre de ese sector.
Se rumoraba que ese personaje, el gringo, había hecho una promesa durante su juventud y durante su servicio militar en la Guerra de Corea que si Dios, el Creador lo dejaba con vida después de su servicio militar ayudaría a los pobres, y lo cumplió, y en esos días difíciles aterrizaron tres helicópteros militares marines USA de doble capacidad y doble rotor, como los que salen en las películas de Vietnam, aterrizando el primero en unos campos baldíos del barrio y descendiendo del primer helicóptero el gringo y cargado de mandado en las tres naves.
Nos repartió alimentos enlatados, pan, leche, etc., etc., fue muy bonito ese detalle que dejó cicatriz imborrable en mi mente, la personalidad del gringo alto, fortachón, con camisa militar, shorts color verde militar y sombrero gorra militar, calzaba huaraches tipo hippie y siempre tenía en la boca una sonrisa bonachona".
César López: "Interesante, aunque te faltó platicar los desmanes que hicieron los políticos de la época cuando vendieron los víveres que llegaban de USA".
José Esquivel: "Soy originario de Reynosa, Tamps., nacido en la clínica Guadalupe, de la colonia Rodríguez y me tocó vivir esta historia: Tenía 7 años de edad y mi familia escuchaba con atención lo que narraba en la radio don Roberto Avilés Candia de la trayectoria del ciclón Beulah.
vivíamos entre las calles San Luis Potosí y Victoria".
En la página Fotolog se comenta: "El huracán Beulah fue el huracán que viajó por el Caribe, y golpeó la Península de Yucatán, en México, ganando categoría 5. Es considerado el huracán más fuerte de la Temporada de huracanes en el Atlántico de 1967.
El huracán se fue debilitando antes de llegar a Texas, donde desperdigó alrededor de 115 tornados, estableciendo un nuevo récord del mayor número de tornados producidos por un ciclón tropical.
Se movió muy lentamente a través de Texas, provocando inundaciones y causando daños materiales que ascendieron en la zona a mil millones de dólares.
provocó 58 decesos".
Beulah está entre los diez huracanes más devastadores de la historia; a su paso por el caribe cobró la vida de 38 personas y causó daños materiales por más de 100 millones de dólares, equivalente a unos 700 millones de dólares actuales, provocando las peores inundaciones de la historia en Tamaulipas y el sur de Texas.
Hoy, en plena temporada de huracanes, se cuenta con más recursos para enfrentar un fenómeno de esta naturaleza, con más vasos auxiliares y mejor infraestructura hidráulica.
Sin embargo, el número de habitantes es diez veces mayor.
No hay un cálculo de cuántos daños provocaría un huracán categoría 5 en Reynosa, pero seguramente habría pérdida de vidas humanas y materiales, con la implementación del Plan DNIII y la inmediata declaración como zona de desastre para bajar recursos del FONDEN.
Comentarios
- HURACANpor JUAN ESPINOSA DELGADO, 16/08/2017 12:36
Yo era un bebe, habia nacido en junio de ese año, pero mi mama me cuenta que el agua les empezo a llegar hasta la altura del pecho y tuvieron que ser evacuados, aun lo recuerada con mucho temor.
- Huracanpor Rey Caballero, 22/06/2015 20:03
Que recuerdos del Beaula! Yo tenia 6 anos mis hermanitas 4 y 2 anos, y mis padres nos llevaron a la casa de mi abuelito Perfecto Caballero (que en paz descanse)para protejernos del huracan el vivia por la calle Rio Mante yo miraba como la fuerza del agua se llevaba los dulces de una tiendita que estava en una esquina y yo queria ir agarrar todos esos dulces y tamarindo de chorrisito y repartirlos con mis hermanitas.
Tambien recuerdo que nos dieron viveres en la escuela y ahi fue la primera ves que yo probe los frijoles negros en polvo.
Que recuerdos! Gracias por hacernos recordar esto que aunque era un huracan muy peligroso uno nunca sabe el peligro a que te espones cuando solo quentas con tan poca edad.