Además, en las parejas que acaban de formarse, la actividad sexual puede fomentar el desarrollo de las células del cerebro situadas en el área responsable de la memoria y del aprendizaje, y tener un efecto protector contra el declive intelectual, al llevar más nutrientes al encéfalo, de acuerdo a los investigadores de la Universidad italiana de Pavía.
Los análisis de sangre de personas que se habían enamorado recientemente mostraron unos niveles más elevados de un tipo de sustancias denominadas 'factores de crecimiento nervioso' (NGF, por sus siglas en inglés), cruciales para el bienestar y la alerta mental en los humanos, en comparación con los niveles de NGF de las parejas de larga duración y las personas sin pareja.
Los NGF estudiados son unas sustancias llamadas neurotrofinas, que algunos científicos denominan “fertilizantes cerebrales”.
Este efecto iba declinando a medida que los enamorados seguían juntos, lo que hace suponer a los autores del estudio, que estos beneficios para la salud mental ocurren solo durante la primera etapa del enamoramiento.