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Desde acusaciones de supuesto lavado de dinero por parte del argentino, hasta de mal padre, el actor confiesa que no sólo pelea por poder ver a su hijo Matías.
La batalla legal lo ha expuesto al punto de ser amenazado por sicarios y hackers, según afirma.
A su llegada a la Ciudad de México, Gil dijo que además de ya poder ver a su hijo por cuatro horas cada 15 días sin la supervisión de las autoridades, ha recibido amenazas de todo tipo.
"Recibo amenazas de sicarios y las van a ver porque tengo de dónde vienen: de los sicarios, de los hackers, tengo eso plenamente identificado.
No ando con guaruras ni con camionetas, yo ando solo con mi gente. No le tengo miedo a nadie ni le tengo miedo a las amenazas. El día que me pase algo... ya ustedes saben", sostuvo.
Sin querer hacer responsable a la mamá de su hijo o sus abogados, Gil dijo que saldrá a dar la cara cada vez que sea necesario y con las pruebas suficientes para demostrar su verdad y que así se vea la difamación de la que es víctima.
El Universal