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Sal de lo tradicional.
Decora la habitación de tus hijos de una forma en que los colores y el diseño sean los más adecuados para su desarrollo, descanso y actividades.
- Colores
Contrario a lo que se piensa de que la habitación de un niño debe ser muy colorida, los especialistas sugieren los tonos neutros.
Estos influyen en las emociones y estados mentales, pues afectan la percepción y el comportamiento de la mayoría de las personas.
Los tonos sugeridos para la recámara son los tierra suave, beige, hueso, malva y rosas suave.
Si no quieres que la habitación se vea muy "apagada", crea acentos con tonos más fuertes en accesorios decorativos, como cojines, tapetes o incluso en un mueble.
- Materiales
Los materiales son otro elemento que se debe tomar en cuenta, ya que tienen una cualidad térmica.
"Pueden dar impresión de dar calidez o frialdad por su color y textura", dice la arquitecta Karina Lozano.
"Es importante para los niños tener contacto con texturas naturales, es parte del aprendizaje sensorial", indica, Mirtha de la Garza, de Acton Academy Monterrey.
Recomienda tonos neutros para el mobiliario, como la madera natural o el blanco, y evitar los colores brillantes que estimulen de más los sentidos.
"En el piso, la duela laminada es una excelente solución, no se raya, no se mancha y puedes tener el color que quieras", dice la interiorista Ileana Galimberti.
Concreto aparente, madera, azulejos porcelánicos y recubrimientos de piedras sintéticas y vinil acrílicos también son de fácil mantenimiento.
En caso de que se vaya a poner una alfombra se recomienda una de tipo textil, que no tenga pelo para evitar alergias y que sea fácil de lavar y quitar manchas.
Las alfombras ayudan a que se haga un aislamiento térmico, ya que los niños suelen quitarse los zapatos para jugar.
- Mobiliario
Los multifuncionales, muebles con ruedas, tapetes y accesorios que puedan estar en movimiento son una buena opción, comenta Karina Lozano.
La arquitecta dice que estar en el mismo lugar por mucho tiempo genera una baja en los estímulos cerebrales.
De ahí la importancia de que la habitación del niño sea flexible y se modifique constantemente.
Una mesa para dibujar, una silla acorde a su altura, una mecedora o pequeño sofá son ideales para esta habitación.
Al ubicar un juguetero alto o un librero, asegúrate que se fije bien al muro, para evitar accidentes en caso de que el niño se cuelgue para alcanzar algo.
Se recomiendan las camas bajas al ras del suelo para que pueda subir y bajar solo.
Además de un armario a su alcance para que él pueda tomar su ropa y procurar que los cajones sean fáciles de abrir.
- Otros elementos
Las cortinas blackout son una buena idea para aislar la habitación del calor y ruido y así procurar el buen descanso del niño.
También se puede poner un equipo que reproduzca música clásica, sonidos de la naturaleza, canciones infantiles y ruido blanco, entre otros.
Otra opción son sistemas que crean aromas en el ambiente.
Así se pueden poner, por ejemplo, cítricos para que los pequeños se sientan con energía en el día, y lavanda por las noches para que se relajen