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Por: Paula Ruiz
Cd. de México (27 agosto 2023)
Más allá de algunas polémicas que ha vivido por ser hija de un famoso, Paola Ramones tiene el interés de que la conozcan como un nuevo valor que se abre camino como cineasta.
La joven de 22 años muchas veces fue víctima de los "haters" de su padre Adal Ramones, situación que hasta la hizo alejarse de las redes sociales.
Luego le llovieron críticas y la tacharon de clasista por retar en un juego a romper una madera con la cabeza de la muchacha que ayuda en su casa.
"Gracias a toda esa gente que me tiró ahora estoy aquí parada, más fuerte que nunca", aseguró Paola en entrevista.
"Encantada de que la gente empiece a conocerme de verdad, que conozcan a Paola, la que está desarrollándose en dirección de cine".
En septiembre aparecerá en la revista Harper's Bazaar con una serie de autorretratos que ella dirigió y la inspiraron a crear el cortometraje Somos, en el que muestra la persona que es y revela, según dijo, a través de mensajes ocultos, cómo piensa.
El material audiovisual, que no tiene diálogos, sólo imágenes con movimiento, saldrá a la par de la revista y estará disponible en redes sociales.
"Amo mi apellido y mis genes porque me convierten en Paola. Agradezco el pasado de mis papás, pero ahora me toca a mí formar mi camino, que la gente me conozca a mí.
Que no se dejen influir por lo que han dicho de mí o lo que han visto, porque esa no soy yo", expresó Paola.
Convertirse en una chica segura y fuerte no fue fácil, antes le tocó andar por un camino empedrado que le costó lágrimas de impotencia y dolor.
Con terapia y autoconocimiento personal, la joven pudo salir del rincón en el que los "haters" la mandaron con sus críticas.
"Yo en algún momento por el miedo de que 'ay, es que la gente que odia a mi papá me odia a mí', me empecé a alejar de las redes; después tomé el timón de mi vida, tomé terapia, una lloradita y adelante", agregó.
Desde el divorcio de sus padres, Adal y Gaby Valencia, en el 2013, cuando ella apenas tenía 12 años, comenzó a tomar terapia para reconstruirse.
Hace dos años, después de que terminó la preparatoria y decidió viajar a Los Ángeles a estudiar cine, Paola se enfrentó con la soledad y una fuerte depresión la tumbó.
"Ahí se me cayó mi mundo, se me derrumbó todo lo que yo había pensado de mí, pero tenía de dos, hundirme o salir, además de que hubo una polémica de un video en TikTok en el que estaba rompiendo unas maderas con la chava que trabaja en mi casa que se llama Rosita.
La gente lo malinterpretó, me amenazó de muerte y me lo empecé a creer", recordó.
"Hasta dije 'no soy una mala persona, tengo un chingo qué aportar, pero antes de convencer a los demás, tengo que saber quién soy yo'.
No sabes cómo he trabajado para conocerme, reconstruirme, sanar heridas del pasado y mejorar, pero todo esto ha tenido sus frutos, así lo veo.
Agradezco todo lo que me pasó".
Dice que ha habido odio que le llega por ser la hija de Adal y no entiende por qué.
"Hay gente que ama a mi papá, lo adora, lo idolatra, pero claramente también hay gente a la que no le cae bien. Nadie es monedita de oro. Eso ha hecho que, de la nada, por ninguna razón me digan a mí: 'eres tal por cual'", compartió.
"Fue muy fuerte cómo la gente puede ser tan malvada y diga: 'Voy a insultar a una niña, a bajarle la autoestima', en un momento sí lo consiguió, ahorita ya no, no me voy a dejar, porque sé quién soy".
En este momento, Paola se enfoca en desarrollarse detrás de una cámara de cine y a darle seguimiento a su novel carrera como actriz.
Acaba de filmar su primer protagónico en la película Buenas Para Nada, del director Juan Carlos Carrasco, que se estrenará el próximo año.