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Claves contra la serofobia

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Cerca de una cuarta parte de las personas que viven con VIH en este País son menores de 20 años.
miércoles, 29 de noviembre de 2023
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Agencia/Reforma

Pese a los diferentes contextos, identidades y realidades, el estigma en torno al VIH y la discriminación de la que son objeto quienes viven con la infección resulta semejante alrededor del mundo.

Al menos así le ha parecido al sociólogo y activista Axel Bautista, quien a finales de junio pasado se convirtió en el único mexicano y latinoamericano en representar esta lucha en el encuentro internacional de líderes comunitarios HIV in a View, realizado por la farmacéutica ViiV Healthcare en Londres, Inglaterra.

"No importa si es un país muy liberal o muy conservador, como que siempre se asocia que el VIH es algo malo, que es algo negativo, y que tú te lo buscaste.

Y, por lo tanto, tienes que padecer las consecuencias y ni siquiera quejarte", apunta en entrevista telefónica el activista que ha participado en diferentes campañas y que desde sus redes sociales visibiliza la experiencia y lucha sidosa y seropositiva, como él la ha referido.

"Es algo que todas las personas (con esta infección) enfrentamos, y que socialmente nos convierte en personas de segunda. Toda la sociedad nos quiere tratar desde esa perspectiva", continúa.

"Entonces, la lucha siempre se ha enfocado en muchos países en destruir ese mito, destruir ese estigma, y posicionarnos como humanos también".

Es decir, erradicar un estigma deshumanizante mediante la bandera "yo vivo con VIH y aún así soy un ser humano, y tengo derechos, tengo dignidad, tengo libertad", remarca Bautista.

"Eso es ya por sí mismo un posicionamiento político muy fuerte porque rompe con todo este paradigma de que el VIH es una sentencia de muerte", agrega, a propósito de otro de los aspectos que parecen ser comunes a lo largo del mundo.

Y es que, reunido con otros activistas y creadores de contenido de regiones y perfiles muy variados -un chico gay de Tailandia; una joven cisgénero de Nigeria y otra de Reino Unido, además de una mujer trans con una larga trayectoria en Irlanda-, los invitados al encuentro observaron la vigencia de la idea de que infectarse por VIH es sinónimo de muerte, lo cual hace largo tiempo que dejó de ser así.

Lo que pasa, relata Bautista, es que en realidad hace falta que las personas infectadas dejen de ser "ninguneadas" y puedan ser ellas mismas quienes cuenten al mundo cómo es vivir con esta condición de salud.

"Lo que estábamos viendo es: ¿Por qué no nos dan la oportunidad a nosotras, a nosotros, de hablar sobre nuestra experiencia?, y se van a dar cuenta de que no es como lo están pintando.

"Obviamente, sufrimos y pasamos cosas como todas las personas; hay cosas que nos diferencian, porque tenemos que tomarnos una pastilla todos los días, pero no somos 'Mujer casos de la vida real'", bromea el sociólogo y activista.

"A lo que le apostamos esta vez es a cambiar la narrativa, siempre poniendo nuestra experiencia en primer lugar, en todas sus diversidades".

Al final, si hay una epidemia que se resiste a ser erradicada, no es ni la del VIH o la del Sida, sino la de los prejuicios y la serofobia, es decir, el rechazo, el estigma y la discriminación basada en un miedo irracional hacia las personas que viven con VIH; "todxs vivimos con VIH.

Algunxs lo tenemos en la sangre, otrxs lo llevan en sus prejuicios", ha expresado Bautista.

Se trata de ideas que provocan temor y comprometen el bienestar de personas, que pueden evitar ir a hacerse pruebas de detección o que simplemente no buscan ni se adhieren a su tratamiento; "y, al no tomártelo, estás arriesgando tu salud, y ahí sí es muy probable que vayas a morir pronto", advierte el activista mexicano.

"Pero no sólo eso, no estás controlando la infección dentro de tu cuerpo, y entonces podrías sí transmitir el virus de manera muy fácil".

Cuestionado sobre las principales alternativas para hacer frente a esto, Bautista enlista tres cosas: la educación, el acceso a la salud y una cultura de la prevención.

Así, en primer lugar, llevar contenidos de educación sexual a las escuelas. Algo que usualmente ha enfrentado el rechazo de cierta fracción de la sociedad.

"La sociedad se rehúsa a ver esto como algo positivo", lamenta Bautista, en especial porque las cifras apuntan a que cerca de una cuarta parte de las personas que viven con VIH en este País son menores de 20 años.

"Estamos hablando de adolescentes que se están infectando de VIH".

Aunado a la educación, es necesario que el Gobierno emprenda, además de campañas de largo alcance con anticonceptivos, charlas y pruebas, una serie de mejoras en la infraestructura existente para que haya clínicas mejor equipadas, médicos bien pagados y sensibilizados, y, en especial, medicamentos suficientes.

Finalmente, en cuanto a la cultura de prevención, Bautista exhorta a hacer un esfuerzo individual.

"Sobre todo los hombres heterosexuales, que asumen que esto es un tema de gays o de mujeres, y por eso piensan: 'Pues que ellas se cuiden'. Pero no, compa, esto también te toca a ti, y si tú te cuidas también vas a cuidar a tu pareja", subraya el sociólogo y activista.

"Si entendemos la salud como un tema de autocuidado, pero también como de cuidado colectivo, de los dos, yo creo que podríamos tener otro tipo de experiencia", añade.

"Incluso teniendo un sistema de salud limitado como el de México, si tuviéramos una mejor cultura de la prevención te aseguro que ya habríamos avanzado en muchas cosas".

¿Debe ser un tema con el cual evaluar a los candidatos que quieren gobernar el País?

Yo sí le abogaría a los nuevos candidatos a que nos hablaran principalmente sobre cómo ellos están pensando el tema de la salud sexual para toda la población, en temas de prevención, de acceso y de cuidado.

Con eso podemos darnos cuenta qué tan conservadores, qué tan progresistas o qué tan interesados están en el tema.

Si alguien asume que el tema del VIH está limitado a los gays y a gente que no se cuidó, eso ya es una bandera roja, por ése no hay que votar.

O corremos el riesgo de retroceder mucho en nuestros derechos.

¿Estamos preparados para hablarlo?

En junio de 2021, un joven homosexual fue torturado, quemado y asesinado en Cancún por el solo hecho de haber revelado que era VIH-seropositivo.

Este es un tema, el de hacer público o no el estado serológico, que a menudo genera en redes sociales encarnizados debates, cuando no simplemente deviene en el escarnio público.

"La cuestión no es que se pregunte (por el estado serológico), porque yo creo que justo hay que empezar a hablar más de este tema, sino cómo estamos preguntando y qué estamos haciendo cuando la persona nos dice: 'Yo vivo con VIH'", pondera Axel Bautista, recordando que ante la persecusión y violencia persistentes, por ley nadie está obligado a hacer público su diagnóstico.

"Por ejemplo, a mí me han tocado personas que quizás apenas nos vamos a conocer por una noche, y me dicen: 'Oye, ¿vives con alguna infección?, ¿te has hecho pruebas?'.

Y no me está ofendiendo, me lo está diciendo de la manera más respetuosa y genuina. Yo puedo decir: 'Ah, sí, yo vivo con VIH, y soy indetectable.

¿Tú cómo estás?', y seguimos conociéndonos".

Aquí lo importante, reitera el sociólogo y activista, es la respuesta de la sociedad hacia una persona que dice que vive con VIH.

"Creo que lo que sucede en redes sociales es todavía un tema de escarmiento y de castigo social. O sea, si la persona te dice que vive con VIH, buscas estigmatizarla, culparla; como que cargas todo tu odio, no sé qué odio tienes ahí guardado, y lo sacas con esa persona que lo único que hizo fue responder la pregunta que le hiciste.

"Entonces, aquí la pregunta no es tanto si tenemos que compartirlo o no, sino si estamos educando a la sociedad para que no discrimine", continúa Bautista.

"La sociedad se centra mucho en 'Tienes que decirlo'; pero yo creo que la discusión no es esa, sino '¿Estamos preparados para hablarlo o no?'".

 

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