REFORMA / AGENCIAS
El ex Presidente de Perú Alberto Fujimori salió este miércoles de la prisión Barbadillo, ubicada en las afueras de Lima, tras un polémico fallo del Tribunal Constitucional.
Luego de varios años preso por crímenes de lesa humanidad, el ex Mandatario salió del penal alrededor de las 17:30 horas (Tiempo CDMX).
Afuera de la cárcel, en la que también se encuentra Pedro Castillo por su intento de golpe de Estado el año pasado, decenas de simpatizantes del ex líder peruano (1990-2000) lo esperaban para celebrar su salida.
El ex Mandatario salió de la prisión en el auto de su hija, Keiko Fujimori, una líder opositora que enfrenta un juicio penal por lavado de dinero.
El martes, el Tribunal ordenó por segunda vez en una semana la liberación inmediata de Fujimori y le pidió ejecutar ese acto a la agencia administradora de las cárceles.
La decisión avivó la controversia sobre la salida de prisión de Fujimori, que se logra por un indulto que le fue concedido la noche de Navidad de 2017 por el entonces Presidente Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018).
Fujimori fue condenado en 2009 a 25 años de prisión por ser autor inmediato en dos matanzas ejecutadas por un escuadrón militar que combatía al grupo terrorista Sendero Luminoso.
La primera ocurrió en 1991 en Lima, en una zona pobre llamada Barrios Altos, donde militares encapuchados ingresaron a una fiesta y mataron con fusiles a 15 vecinos, incluido un niño de ocho años.
La segunda matanza fue en 1992 cuando los mismos militares secuestraron y asesinaron a nueve universitarios y un catedrático de la universidad Enrique Guzmán y Valle.
Los forenses indicaron que los jóvenes fueron torturados, recibieron un tiro en la nuca, sus cadáveres fueron quemados y ocultados en fosas comunes.
Según la sentencia el grupo militar clandestino funcionaba bajo la fachada de una oficina de arquitectura y era financiado por la gestión de Fujimori.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) había pedido al Estado peruano no ejecutar la orden del Tribunal Constitucional hasta que el organismo internacional cuente con todos los elementos necesarios para analizar si el fallo cumple con todas las condiciones.