MONTERREY
/REFORMA
El queretano Diego San Román continúa de romance con la afición regia tras salir a hombros luego de cortar las dos orejas de su primer enemigo, en la primera corrida de la temporada en la Monumental Monterrey.
En el festejo, presenciado en una noche bochornosa y con ráfagas de viento, el peruano Andrés Roca Rey cortó una oreja y escuchó pitos tras un aviso, mientras que Diego Silveti escuchó un aviso y saludó en el tercio con los de su lote.
Un encierro justo en presencia y de juego variado de la ganadería de Arturo Gilio quedó a deber a los espectadores que ocuparon poco menos de la mitad del graderío de la plaza.
San Román enfrentó a "Revoltoso" en el que, por azares del destino, el viento sopló con fuerza, desmereciendo lo que pudo ser una faena templada por una de mucho valor ante las embestidas pegajosas del astado en condiciones difíciles para la lidia.
Sin embargo, las cercanías y el peligro que se transmitía hicieron que el público se metiera en la labor y ovacionara al diestro tras volcarse sobre el morrillo y sepultarle el acero, que le valió para cortar las dos orejas.
Su segundo no colaboró para su lucimiento.
La esperada presencia de Roca Rey convocó al cónclave, pero la presencia de sus enemigos, con un Atlántico de diferencia a lo que le han dado el sitio, sigue quedando a deber a los aficionados.
Sólo detalles en su primero al que le cortó una oreja e inédito en su segundo con el que abrevio.
Silveti estuvo aseado, variado y templado en el que abrió plaza, en tanto que su segundo fue deslucido y sin transmisión.