LA PRENSA/REPORTE
La construcción de bolardos requiere de las recomendaciones de obras públicas y si bien en las oficinas de obras públicas están atentos para dar cumplimiento, son algunos los ciudadanos a quienes se les hace fácil construirlos o instalarlos en las banquetas sin el permiso y recomendación del área municipal.
Sin embargo, la construcción de los bolardos no han llegado a ser parte de una sanción porque si bien hay propiedades en las cuales no se ameritan su instalación, los propietarios son quienes los levantan por protección de sus bienes y sirven además para la seguridad de los peatones.
Nohemí Alemán Hernández, quien está al frente de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, informó que cuando se construye un pavimento, los encargados de los trabajos prevén dónde pueden instalarse los bolardos o bien los reductores de velocidad o boyas.
Agregó Alemán Hernández que una vivienda, si sus dueños lo consideran, puede ordenar su construcción y recomienda a que acudan a obras públicas para los trámites y el permiso, además que los interesados reciben recomendaciones de esta oficina para que los bolardos cumplan con todos los requisitos que salvaguardan a la propiedad, los peatones y hasta vehículos.
También, añadió la Secretaria de Desarrollo Urbano, los bolardos representan para los propietarios de vivir un tema de resguardo y protección.
Puede haber viviendas que no los requieran y cuyos dueños tampoco van a obras públicas para los trámites, pero lo hacen solo para el cuidado de su patrimonio, sirviendo además para la seguridad de los transeúntes.
Inclusive, agregó Alemán Hernández, puede ser que los bolardos no sean del agrado de las personas o vecinos, pero su construcción queda en la voluntad de los propietarios.
También, precisó la fuente de información, no se han registrado hasta la fecha sanciones por estás construcciones.
Muchas personas, apuntó la titular de Desarrollo Urbano, no acuden a la oficina municipal de obras públicas y construyen los bolardos, pero lo propio, observó Alemán Hernández, es que los interesados cumplan el trámite y reciban las recomendaciones para que los bolardos se construyan debidamente.