Además de los canales físicos, los online son una opción para comprar en este Buen Fin, pero es importante tener precaución para evitar estafas.
Se espera que para esta edición 44 por ciento de los mexicanos compren a través del canal digital.
Por ello, para evitar caer en un enlace que lleve a alguna estafa se recomiendan algunos aspectos básicos.
Desconfiar de los mensajes que ofrecen promociones exageradas, grandes descuentos u ofertas “gratuitas“. Son las promesas más habituales en las estafas online.
Comprobar que los enlaces y direcciones de los sitios web que se visiten sean legítimos, así que se recomienda buscar errores gramaticales o el uso de términos genéricos.
Prestar atención en que las páginas oficiales siempre empiezan con el nombre de la institución, por lo que la ausencia del nombre es siempre una alerta de estafa importante.
Si llega algún correo con un mensaje de un remitente que sí es legítimo, como una compañía de envíos a domicilio, pero el contenido parece extraño, verifícalo a través de un canal de comunicación alternativo y oficial, puede ser una llamada telefónica a la empresa.
Para evitar las estafas en línea, es posible tener programas de seguridad instaladas en la computadora, con los cuales se pueden bloquear intentos de acceder a sitios web falsos.
La principal razón que los consumidores consideran para comprar online es que los envíos son rápidos, visión del 50 por ciento de los mexicanos.
Mientras que el 46 por ciento considera que vía online hay más variedad de productos.
Si bien el comercio electrónico facilita la experiencia de compra, también abre oportunidades a los cibercriminales para lanzar estafas con mensajes falsos y enlaces fraudulentos conocidos como phishing, pues al hacer un mal clic, pueden poner en riesgo sus datos personales y bancarios.
Según el Panorama de Amenazas para América Latina de Kaspersky, en el último año se registraron más de 118 millones de ataques de phishing en México.
Cuando hay periodos de ofertas, como es el caso del Buen Fin, los consumidores son más vulnerables a dar un mal clic y caer en estafas de phishing, ya que juegan con sus emociones de ese momento, por ejemplo, con la euforia que sienten por comprar a precios más accesibles.