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Propone reconciliar comida y emociones

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Llevar una dieta sin considerar la parte mental, emocional y espiritual provoca que no haya resultados favorables a largo plazo.
martes, 4 de febrero de 2025
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Propone reconciliar comida y emociones

- Llevar una dieta sin considerar la parte mental, emocional y espiritual provoca que no haya resultados favorables a largo plazo.

- Si tu te valoras vas a querer darle a tu cuerpo lo necesario para que esté bien.

Agencia/Reforma

Llevar una dieta sin considerar la parte mental, emocional y espiritual provoca que no haya resultados favorables a largo plazo, advierte Mónica Hefferan, autora de Reconcíliate con la comida (Diana).

"Todo empieza por la manera en que nos percibimos a nosotros mismos y nos valoramos. Si tu te valoras vas a querer darle a tu cuerpo lo necesario para que esté bien.

Mucho tiene que ver con nuestra autoestima y nuestra autopercepción para lograr una relación sana con la comida. En el momento en que yo me valoro, voy a hacer las acciones necesarias para estar bien, para estar saludable", asegura en entrevista.

Hefferan, nutrióloga, con estudios de Maestría en este campo, recomienda, como parte del trabajo emocional con la comida, sanar el sentimiento de raíz que provoca los atracones.

Para ello, asegura, la forma de sanar es permitiendo sentir y estar presente con esa emoción.

"Podrás estar pensando que, al dejarte sentir, vas a entrar en caos y vas a sufrir todo el tiempo, pero es todo lo contrario. Si te das 90 segundos a lo largo de tu día en los que te permitas sentir, comenzarás a sanar y a permitirte entrar en un nuevo patrón.

Vas a crear un nuevo comportamiento", explica en el libro.

Además, enfatiza en la entrevista sobre la importancia de la conexión mente-cuerpo para escuchar las señales que nuestro organismo nos envía para comer de manera intuitiva, libre de culpa y restricciones, basada en la elección consciente y el placer de comer.

"Justamente durante mis estudios de la Maestría empecé a aprender muchos conceptos por fuera, que no me los estaban enseñando en el currículum escolar, y que me di cuenta que eran súper importantes.

Cuando los comencé a aplicar en mí y en mis pacientes cambió todo.

"Básicamente la forma en que yo comencé a hilar estos conceptos fue a través de estudiar epigenética, física cuántica, conceptos de espiritualidad también muy profundos, y fue también a partir de integrar la parte física, que es la que me estaban enseñando en la escuela, que también es de mucha importancia.

Pero fue la parte emocional, mental y espiritual, donde pude desarrollar todo lo que comparto a través de nutrición energética", detalla.

¿Cómo definirías una relación sana con la comida?

Es cuando la abarcamos en el día a día como parte de nutrirnos desde la conciencia del amor propio que nos genere salud, tanto mental como física y emocional.

Una relación con la comida sana es algo que haces con naturalidad como parte de tu día a día, que no se siente forzado ni obligado, sino más bien que lo estás haciendo conectado a las señales de tu cuerpo.

El cuerpo siempre nos va a decir qué necesita.

¿Cuál es tu opinión sobre las dietas restrictivas y los planes de alimentación extremos?

A menos de que sea una condición médica, cuando sea necesario realizar un protocolo restrictivo porque tu vida está en juego, pero si no es así, un protocolo restrictivo puede provocar depresiones, obsesiones y puede llevar a un desorden alimenticio.

Y estamos hablando de patrones alimenticios que nos afectan de manera física, emocional y psicológica, y obviamente ponemos también en riesgo la salud de nuestro cuerpo, que muchas veces registra una carencia de nutrimentos, como vitaminas, minerales, a niveles muy extremos, o pueden causar paros cardiacos.

¿Por qué no no funcionan a largo plazo?

A través de mi experiencia, he podido observar que cuando utilizas patrones que son restrictivos, de alguna u otra forma no son sostenibles. Por ejemplo, una dieta Keto, que te quita los carbohidratos, pues sí, la podrás hacer por una semana, por unos meses, pero llega un punto en el que ya no lo sostienes.

El chiste de una dieta es cambiar esa palabra de dieta por generar nuevos hábitos, un hábito es algo que tú haces todos los días, como lavarte los dientes y bañarte.

La alimentación se debe sentir tan natural como lavarte los dientes todos los días, bañarte todos los días, agarrar un coche y manejar de manera automática, se tiene que sentir como parte de tu día a día, sin que se sienta obligado, porque en el momento en el que lo sientes como una obligación o como algo restrictivo no va a ser duradero.

¿Cuál es tu relación personal con la comida? ¿Cómo ha evolucionado a lo largo de los años?

Todo eso ha sido un camino muy bonito, por eso enseño lo que enseño. Yo pasé por trastornos alimenticios cuando tenía 15 años, que duraron los siguientes 10 años, Fueron muchos altibajos, en los que probé todas las dietas, todos los protocolos, y justamente a través de empezar a integrarme a mí como persona, a escucharme, a acercarme y reconciliarme conmigo misma, ha evolucionado mi relación con la comida.

Hoy por hoy como lo que me gusta y lo que me hace sentir bien, pero sin ninguna obsesión, sin ningún trauma o un acercamiento emocional a la comida y es cuando yo digo: ya estás reconciliada con la comida, cuando lo haces de forma natural, como lo hacías cuando eras niño, cuando no tenías en la cabeza tantos conceptos y tanta percepción de ti mismo, de juicio.

Sanación con la comida

Mónica Hefferan sugiere en su libro Reconcíliate con la comida el siguiente ejercicio:

1.- Cierra tus ojos y respira hondo. Recuerda algún momento en el que hayas abusado de la comida. Identifica qué sientes en ese momento en el que te estás dando un atracón, estás evitando la comida o controlándola.

Ubica ese momento y lo que te llevó a vivir ese momento.

2.- ¿Dónde estás? Quizá eras una niña o niño. Sólo respira profundamente... ¿Quién está contigo? ¿Estás sola(o)?

4.- Piensa en lo que te llevó a estar en esa experiencia ¿Qué sientes al recordar el momento en el que estás abusando de la comida o la evitas? ¿Qué sientes en tu cuerpo? ¿Qué se siente en tu cuerpo energético?

5.- Coloca tus manos donde sientas dolor o tensión en tu cuerpo. Inhala profundamente. Siente plenamente el malestar, el dolor, la tristeza, la soledad.

Permítete respirar profundamente ese sentimiento.

6.- Respira más hondo, para profundizar aún más. Ábrete a sentir aún más. Permítete ahondar en esta presencia o ese lugar.

Profundiza tu respiración: inhala y exhala.

7.- Permítete estar contigo misma desde este lugar de presencia y amor, sin juzgarte, y cuando te sientas lista(o), date un abrazo. Abraza tu ser, tu emoción, tu control, tu situación, tu miedo, tu juicio.

Abraza todo de ti en ese momento, sabiendo que estás sanando y abriéndote al amor.

8.- Vuelva a inhalar y exhalar muy profundo y, cuando estés lista(o), abre tus ojos.

 

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