Corazón latino en el mejor espectáculo de Las Vegas

Las Vegas (EE.UU.), 14 sep (EFE).- Una decena de bailarines, nadadoras y acróbatas iberoamericanos ponen el corazón latino al espectáculo circense "Le reve" (El sueño), que se pone en escena en el hotel y casino Wynn de Las Vegas (Nevada).

De los 92 integrantes de "Le reve", procedentes de 17 diferentes países, diez de ellos aportan la pasión latina para que esta obra haya sido elegida el mejor espectáculo por tercer año consecutivo por la Southern Nevada Hotel Concierge Association.

El acróbata y bailarín puertorriqueño Emmanuel San Feliz, con experiencia en espectáculos de los parques temáticos de Disney, Universal y SeaWorld, es uno de los latinos que cada semana participa en esta obra creada por Franco Dragone, responsable de espectáculos de la compañía Circo del Sol como "Alegría" o "Quidam", "Es un trabajo muy divertido", dijo San Feliz, aunque reconoció que la concentración debe ser máxima para mantener la coordinación con un elenco tan amplio y evitar así "accidentes" durante las representaciones, que se desarrollan en buena medida en el aire, y que incluye un salto a la piscina desde 90 pies de altura.

El también puertorriqueño Miguel Reyes explicó a Efe que los integrantes pueden aportar ideas para la obra, que ha ido evolucionando desde que se estrenó en abril de 2005.

Reyes, que lleva tres años en "Le Reve", tras superar una de las audiciones que la compañía convoca y a la que se presentan cientos de personas, abandonará el espectáculo el próximo 30 de septiembre para participar en "Michael Jackson One".

Los dos artistas boricuas explicaron que deben tener cerca de un mes de entrenamiento para poder conocer las rutinas del espectáculo, que requiere tener una titulación de buceo para poder participar.

Además de Reyes y San Feliz, el elenco está formado también por sus compatriotas Joseph Rivera y Valerie Volmar Vega, los cubanos Michel Naranjo, Williams Rodríguez y Ihosvany Piedra Caesar, la brasileña Isabela Moraes, el estadounidense Miguel Andrés García y el español Alberto Del Campo Marco.

La obra se realiza en una piscina, de 26 pies de fondo y con 1,1 millones de galones de agua, en la que nadadoras, gimnastas, acróbatas y bailarines dan forma a una historia onírica que se sumerge en los sueños de una mujer dubitativa frente a una propuesta de matrimonio.