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Vuelve a Madrid el arte de Escher, "donde le gustaría vivir a un matemático"

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Diez años después de la última exposición dedicada en Madrid a su arte aún hoy enigmático, las paradojas pictóricas de Maurits Cornelis Escher
miércoles, 1 de febrero de 2017
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Vuelve a Madrid el arte de Escher, "donde le gustaría vivir a un matemático" Madrid, 1 feb (EFE).- Diez años después de la última exposición dedicada en Madrid a su arte aún hoy enigmático, las paradojas pictóricas de Maurits Cornelis Escher regresan para asombrar a profanos y doctos con trucos visuales
Madrid, 1 feb (EFE).- Diez años después de la última exposición dedicada en Madrid a su arte aún hoy enigmático, las paradojas pictóricas de Maurits Cornelis Escher regresan para asombrar a profanos y doctos con los trucos visuales de su obra, "el mundo en el que le gustaría vivir a un matemático".
Así quedó de manifiesto hoy en la presentación a los medios celebrada en el renacentista Palacio de Gaviria, "un espacio onírico y sugestivo" que se recupera de esta forma para la cultura y que acogerá la retrospectiva dedicada al pintor holandés desde mañana y hasta el próximo 25 de junio.
Hijo de un ingeniero hidráulico y fallido estudiante de arquitectura, Maurits Cornelis Escher murió a los 73 años en un hospicio para artistas, ni rico ni famoso, pero su legado terminó moldeando el pensamiento científico y la iconografía moderna, de la moda a la música, pasando por el cine, donde David Bowie fraguó su propia "Casa de escaleras" en "Labyrinth" (1986).
Entre las emblemáticas piezas que maravillarán a los asistentes, se encuentran este enrevesado conglomerado de planos imposibles, pero también "Mano con esfera reflectante", que sirve además de imagen de la muestra, así como el "Lazo de unión" que se enrolla o desenrolla conformando dos rostros hilados y el palacete "Belvedere".
Su proyección en la cultura actual culmina un largo recorrido por más de 200 obras, fundamentalmente litografías y xilografías que dan muestras de su pericia, que se inicia tras su contacto con el Art Nouveau bajo las enseñanzas de Samuel Jessurum de Mesquita, el hallazgo del paisaje italiano y su interés por la teselación o división regular del plano.
El ciclo "Roma nocturna" revela por ejemplo su profundo afán experimental, que le llevó a practicar con el grosor de la línea para producir formas y el efecto tridimensional, además de su capacidad para dominar una amplia escala de grises, algo muy complejo en el ámbito de la xilografía.
Especialmente relevante para España y para su desarrollo artístico es la segunda parada de la exposición, la que se detiene en su viaje a Granada, "donde se dio cuenta de cómo podía hacer lo que él quería: llenar el plano".
"Su visita a la Alhambra cambió radicalmente su pintura, dejó los paisajes por los interiores y su obra se volvió más intelectual", destacó el coleccionista italiano Federico Giudiceandrea, comisario de la muestra junto al holandés Mark Veldhuysen, director ejecutivo de la M.C.

Escher Company.
Allí descubrió los secretos de la simetría, que le pusieron en contacto con el mundo académico y que él extrapoló a la representación de las formas de la naturaleza, dando lugar a nuevas etapas en las que, a través de superficies reflectantes, metamorfosis y paradojas geométricas, abundó en su otra gran preocupación: la representación del infinito.
"Cada vez que veo estos grabados, encuentro un hallazgo nuevo", señaló Giudiceandrea a propósito de las imágenes expuestas, que a Madrid llegan acompañadas de explicaciones lúdicas en las que se prueba la agudeza del espectador y se descubren leyes visualmente engañosas como la de la continuidad, la de lo lleno y lo vacío o la de los espacios cóncavos y convexos.

 

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