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La zona rosa que se fue

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ASI se divertían los jóvenes de la época en una de tantas discotecas que había en la Zona Rosa.
Hubo un tiempo en que Reynosa era un importante foco de atracción turística
lunes, 9 de octubre de 2017
Por: Jesús Rivera
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Centenares de visitantes del Valle de Texas y de otros Estados norteamericanos venían a consumir bebidas espirituosas, a divertirse y a comprar artesanías en las tiendas de curiosidades.
El restaurant Sam's era el punto de reunión de los cazadores de venado cola blanca y paloma de alas blancas.
Y por la noche, los jóvenes se divertían en las discotecas de moda.
La Zona Rosa de Reynosa era una especie de Las Vegas en pequeño.

Lo que pasaba aquí, se quedaba aquí.
De pronto, a un alcalde se le ocurrió la idea de cerrar la Zona de Tolerancia, ubicada a unas diez cuadras y toda la basura emigró hacia la Zona Rosa.
Wayo Roux, empresario del espectáculo, cuya familia era propietaria de El Alaskan, una de las discotecas más populares de la época, lo relata de esta manera:
"Hicimos El Alaskan en la Zona Rosa, primeramente le decían El Puente, porque estaba cerca del puente internacional y después nosotros pugnamos porque se le cambiara el nombre a Zona Rosa.

Esto empieza cuando había turismo, muchísimo turismo de lunes a domingo, todos los días. Venían de Estados Unidos, de Monterrey, de Matamoros, de Laredo, de Victoria, de Tampico.

Venía mucha gente. Venían a los restaurantes como el Sam's, el US Bar, La Cucaracha y las discos, como El Alaskan, los bares como el Treviños y El Imperial, con sus curiosidades, por mencionar algunos", comentó.
Era un mar de gente a lo largo de la Avenida Los Virreyes, había mucha seguridad, había problemas normales pero siempre resueltos de buena manera.
La situación empezó a descomponerse bien entrada la década de los ochenta.
"Fue poco a poco -reveló.

Los abusos de la autoridad, de los tránsitos primeramente, parando a los carros que traían placas de Texas, quitándoles los veinte, los diez dólares por cualquier cosa, aparte la policía también.

Fue poco a poco mermando eso, hasta que ya en los años ochenta cierra la Zona de Tolerancia, creo que antes del 90, a fines de los ochentas, no recuerdo el año".
¿Cómo se dio el fenómeno?
Explica Roux que toda la gente que estaba controlada en la Zona de Tolerancia se vino a la Zona Rosa sin un control.

Pronto había prostitutas, proxenetas, narcotraficantes, pandilleros, carteristas y toda una fauna nociva de personajes que acabaron por ahuyentar al entonces numeroso turismo.
"Eso fue enturbiando el ambiente, empezó gente buena que venía a no venir, o a venir menos.

Ahuyentaron al turismo y fue el acabose de los negocios. Cada vez estaba peor", subrayó.
-¿Cuándo empezaron los negocios a cerrar sus puertas?-se le preguntó.
-Nosotros nos cambiamos allá, a la Zona Dorada y estuvimos todavía algo de vida, allá, por la Emilio Portes Gil.

En diciembre de 1994. Y allá, en la Zona Rosa, los demás empezaron a cerrar porque no había gente. Simple y sencillamente no tenían gente.
-¿Cuántas discotecas llegó a haber en ese sitio?
-Bueno, al principio de los sesentas, cuando en todo Texas era Estado seco y venían de lunes a domingo, como te digo, estaban el Eriés, El Chato´s y otros, todos con música viva porque todavía no existían las discotecas.

Pero cuando estaba, nada más habían dos: El Alaskan y El Zodiac’s. Luego se puso El Tucán, pero habían centros nocturnos, como La Fonda del Sol, que primeramente se llamaba Joe’s Place, con su variedad, venían grandes artistas y todo era muy bonito.

Y la gente de aquí de Reynosa también salía a divertirse, con mucha seguridad.
Tal vez el apogeo de la Zona Rosa fue cuando ocurrió el boom de las discotecas.

Por doquier se veían establecimientos donde los jóvenes podían bailar la música de moda, la música disco. Veíanse en las calles a los chavos y chavas ataviados al estilo de John Travolta y Olivia Newton John.
Dentro de las discotecas se tocaban temas como Saturday Night Fever y I Will Survive.
Wayo Roux continúa: La época de las discotecas arranca con un negocio que se llamaba El Changuirongo, que estaba aquí, en contraesquina de la plaza.

No duró mucho porque todavía estaba la música viva. Nosotros hicimos un buen arranque porque yo tenía mi banda de rock y arrancamos con la onda de la disco, pero también la música viva.

O sea, que estábamos cubriendo los dos espectáculos, las dos formas en que se divertía la gente.
-Hubo una época, alrededor de los 80s, en el auge de la música disco...
-Empezó con la película de John Travolta Saturday Night Fever.

Ya estaba la disco, pero empezó con la película de Travolta, todo mundo se empezó a vestir como él, las chavas como las mujeres que andaban en la película, a bailar y se vinieron las grandes parejas de baile que llevamos nosotros.

El Alaskan se hizo conocido a nivel nacional e internacional en el programa de Televisa Fiebre del Dos, donde la pareja de El Alaskan, Roberto y Margarita ganaron el primer lugar, y las otras parejas que concursaron de Reynosa también calificaron para la gran final.
-¿Y actualmente, la Zona Rosa está abandonada?
-Actualmente la Zona Rosa no existe.

Está el Dutch ahí (La Pequeña Holanda), es el único, no hay nada más. Hay una tiendita de curiosidades, pero no... incluso los casinos los cerraron.
-¿Hay planes para volver a abrirla?
-Lo que ya hemos platicado.

Esto tendría que ser un cambio radical, ya la pura Zona Rosa no sería suficiente.
El empresario se refiere a un anteproyecto que expuso ante medios de comunicación en una rueda de prensa, donde la Plaza de la República se incorporaría al Corredor Turístico.
Al recorrer lo que fue antes un lugar de atracción turística, se asemeja más bien a un pueblo abandonado del Viejo Oeste.
Fuera de las modernizadas oficinas de la Secretaría de Relaciones exteriores y el viejo local de La Pequeña Holanda, sólo se ven ruinas y desolación.
Sobre la Avenida Virreyes circulan esporádicamente los vehículos que se dirigen al puente internacional o a la calle Zaragoza.
Donde estaba la Fonda del Sol y El Alaskan, se ven coloridos locales cuyos dueños pretenden revivir, sin ningún éxito.
Ya entrada la década de los noventas, algunos pretendieron revivir las viejas glorias de la Zona Rosa al abrir discotecas como el Lambada's, aprovechando la fiebre por ese estilo de música brasileña.
El Casablanca, El Zodiac’s y demás establecimientos, fueron derruidos, e incluso el Sam's ahora es un estacionamiento que casi siempre está vacío.
¿Volverán las glorias de la vieja Zona Rosa?
Para Wayo Roux, eso resultaría imposible porque ahora la modernidad de Reynosa requiere de proyectos mucho más ambiciosos.


 

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