Por: Tania Castillo
En la pasada Jornada de Oración por el fin de la pandemia que encabezó el Obispo de la Diócesis de Matamoros, Eugenio Lira Rugarcía; el clérigo utilizó ejemplos bíblicos e históricos para concientizar a quienes se sumaron a la transmisión virtual sobre las acciones que en su momento implementaron los santos para asistir a los enfermos y dar cristiana sepultura a los difuntos sin ser un foco de contagio para el resto de la población, medidas que hoy en días las autoridades sanitarias nos piden implementar, y que una buena parte de la sociedad aún está reacia a acatar.
En primera instancia, pidió para que la ciudadanía adquiera la cualidad de comprender el escenario que se vive a nivel mundial a fin de que tome las mejores decisiones, por su bien y el de la comunidad.
Posteriormente narró las vivencias de varios santos que ayudaron a combatir epidemias como la peste negra y la gripa española, desde el siglo III hasta la actualidad.
“Así lo han sabido hacer muchos a lo largo de la historia, incluso en momentos parecidos a los nuestros, porque lo que hoy vivimos no es nuevo, ha sucedido muchas veces a lo largo de la historia, en la que muchos cristianos han atendido a los enfermos y procurado una sepultura digna a los difuntos, convencidos de que, como decía San Cipriano que vivió la peste en el siglo III; peor que la peste, es el abandono a los enfermos y el despojo de los muertos”.
“Haz que sigamos el ejemplo de San Carlos Borromeo que durante la peste en Milán en el siglo XVI además de atender a los enfermos, para no transmitir la enfermedad mantenía sana distancia, se cambiaba frecuentemente y lavaba su ropa en agua hirviendo, purificaba lo que tocaba con fuego y una esponja empapada en vinagre que llevaba siempre consigo, y guardaba en frascos con vinagre la limosna que repartía”.
Destacó la implementación del concepto de cuarentena, de sana distancia y de la suspensión de actividades que favorecían las aglomeraciones, así como el uso del ingenio para realizar las celebraciones religiosas sin exponer a los creyentes, tal y como se pide en medio de la pandemia por COVID-19.
“Durante la gran peste de Milán, para detener el contagio, San Carlos Borromeo además de ordenar a los sacerdotes quedarse en casa, excepto a los que servían a los enfermos, propuso que todos guardaran cuarentena, idea que el tribunal de la ciudad decretó para todos los milaneses, y para que el pueblo permaneciera en sus domicilios, dispuso que en los cruces de la ciudad se colocaran crucifijos y altares para que se celebraran ahí las misas y los fieles pudieran participar desde sus ventanas… ahora a través de los medios de comunicación como nuevas ventanas nos has permitido seguir escuchando tu palabra”.
El Obispo, pidió a Dios para que los fieles logren sacar lo mejor de sí, y que aquellos que tienen la posibilidad, ofrezcan su trabajo, su tiempo y sus recursos para apoyar a quienes además del temor al contagio están sufriendo por la pérdida de su trabajo y por la escasez de comida.
“El drama que estamos atravesando nos obliga a tomar en serio lo que cuentan, a no perdernos en cosas insignificantes, a redescubrir que la vida no sirve si no se sirve… que en estos momentos tan difíciles en los que la familia y muchos necesitan de nosotros, como María nuestra madre, seamos capaces de dar lo mejor de nosotros y les compartamos la seguridad de la fe, la fortaleza del amor y el aliento de la esperanza”.
Así mismo, Lira Rugarcía oró solicitando que la comunidad sea realista y se comprometa a cumplir con las medidas preventivas dictadas por las autoridades sanitarias, y que crean que al igual que en el pasado, la disciplina y obediencia serán las cualidades que permitirán aplanar la curva de contagio de COVID-19 y darán a la humanidad la oportunidad de vencer una nueva epidemia.
“Ayúdanos Señor, a ser realistas, responsables y solidarios, que procurando cuidar de nosotros y de los demás usemos cubrebocas, nos lavemos frecuentemente las manos con agua y jabón o gel con alcohol, guardemos sana distancia, y si es posible nos quedemos en casa… haz que confiando en esta promesa demos lo mejor de nosotros, que nada nos retrase, que nada nos haga retroceder, haz que sigamos adelante”.