El Padre Santamaría fue velado primeramente en la ciudad de Matamoros el pasado lunes, el martes su féretro llegó a Reynosa a la parroquia de San Antonio de Padua en la colonia Rodríguez, donde fue su párroco, posteriormente Monseñor Eugenio Lira Rugarcía presidió la santa misa exequial en la parroquia de San José en la que concelebraron los sacerdotes de la Diócesis de Matamoros, quienes juntos con los diáconos, consagrados y fieles laicos agradecieron a Dios por la vida y fructífero ministerio del Padre Santamaría.
Este miércoles su cuerpo fue trasladado a su última morada, la cual fue bendecida por el Padre Carmelo, quien ofició la ceremonia en la que sus amigos, antes de darle el adiós, evocaron con un canto Franciscano al Padre Santamaría, además que los presentes, en el desconsuelo por su partida, salía de sus labios la canción “Cuando un amigo se va” de Alberto Cortés, emblemática melodía a la que siguió “Amigo” de Roberto Carlos, cantada por un mariachi.
HERMANA DE P. SANTAMARÍA ENVÍA CARTA
El corazón de la hermana, alma gemela del Padre Antonio, la señora María Antonieta Álvarez Santamaría, se dejó escuchar en una misiva que envío ante la imposibilidad de viajar porque su pasaporte lo recibe en seis semanas.
En la carta agradeció al obispo, sacerdotes, seminaristas y diáconos que visitaron a su hermano Antonio en la Casa Sacerdotal, así como al Padre Carmelo encargado de la misma.
La lista siguió con Kelvin de Jesús y la enfermera Katia por sus cuidados, a Vidal por cuidar de Tomasito, a Peter por salvar la vida del Padre Antonio en ocasión de un accidente que tuvo en carretera, a los miembros de la Fundación Misericordia, médicos y personal administrativo, la Dra. Leticia Doria y el Dr. David Ruiz, al Dr. Eduardo Bladinieres que cuido de su salud, al Arq. Rigoberto García Arámbula quien donó el espacio donde sería sepultado al Padre Santamaria.
El agradecimiento se extendió a la señora Nora Ortiz, de la Casita San José, donde vivió al Padre Santamaría junto con sus Cristos; al Gobierno Municipal cuando el Padre Santamaría solicitó se hiciera un gran monumento al Sagrado Corazón de Jesús en la entrada a Reynosa, pidiendo al Señor de la Misericordia premie a todos con la vida eterna, el amor demostrado en miles de formas al Padre Antonio y ofreció disculpas por aquellas personas que no mencionó pero que sus muestras de cariño y amistad quedaron grabadas en la memoria del Padre Antonio.
Finalmente, los presentes recordaron las palabras del Padre Santamaría cuando éste decía “¿Quiénes son los santos?, los santos son personas como tú y como yo, que tomaron en serio la palabra de Dios”.