En la opinión
Pbro Miqueas Cantú Garza
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El hombre y la mujer están capacitados y dotados de agilidad excepcional para mostrar dominio de orientación y superación.
El dominio es acumulativo en sentimiento, conocimiento, creatividad, voluntad, habilidad, compromiso y relaciones. El dominio es la fuente que genera poder y da entusiasmo para construír, renovar y ordenar la vida.
La vida necesita renovación constante; porque es agente causal de cambio. El dominio es definir las prioridades. Las prioridades como valores a decir el cuerpo, el alma y el espíritu.
Los evangelios dicen de Jesús… y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres. De Juan el Bautista está escrito: y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.
El anhelo de Dios es de avance y prosperidad; él quiere abrir puertas de bendición para la humanidad. El dominio es poder, control, don y programa permanente de dominio integral.
El dominio o falta del mismo trastorna los sueños, ideales, propósitos, la realización y el éxito. Las instituciones y personas que han alcanzado la cima del éxito, en un instante llegaron a la derrota.
La fuerza del bien, la gracia y la victoria da dominio que se fortalece con el dominio de Dios en el ser humano. El dominio de Dios en el ser humano es definitivo y progresivo.
“El dominio es un don de Dios” es un eslogan que se debe repetir setenta veces siete todos los días. El dominio progresivo radica es ser aliado a la Palabra, así como dice Isaías 28:13 La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, reglón tras reglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; hasta alcanzar la conquista.
El dominio o facultad que se posea; requiere ser sustentada por la oración en esa rogativa que exprese: Señor que vea tus sendas, que vea señor los caminos de la vida, que vea señor tu rostro; que vea tus ojos. Dios sustente tu corazón siempre!!
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