Jaime Elio Quintero García

Déjeme y le Platico de un Libro

La ciencia platicadita

Disfrutando el placer de buscar libros de interés, encontré hace unos días en uno de los museos del centro histórico de la ciudad de México, un libro que me llamó la atención de inmediato, y que por supuesto deseo platicar a usted, amigo lector, algo de su contenido.

Desde su título y emblema temático resulta atractivo, se titula “La ciencia platicadita”, publicado por la revista Algarabía, cuyo lema es hablar de lo que todo mundo habla y escribir de lo que nadie escribe.
El interés básico de esta publicación radica en abordar los temas bajo la informalidad, apertura y encanto de una plática, con amigos, en familia durante la comida de fin de semana o con los compañeros de trabajo durante el desempeño de nuestras actividades.

Le quita al conocimiento el papel de invitado con el que nadie quiere conversar por ser algo raro, aburrido y que ninguno entiende.
Bien decía -asegura el editor de este libro, a propósito de lo antes dicho-, Carl Sagan: Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología, en la que nadie sabe nada sobre estos temas, esto constituye una fórmula segura para el desastre.

Démosle entonces una pequeña oportunidad a los temas y razones que explican lo que ahora tenemos por cotidiano.
Se asevera que conocer es tener algo en la mente, es tener en la mente la representación de ese algo; esto parece simple pero tiene una gran complejidad relativa al sujeto que contiene ese algo, al cerebro, a la información o a la naturaleza de la representación.

De tal manera que este libro busca, y creo que lo logra, que el lector disfrute de los muchos y variados temas relacionados con la ciencia, a través de textos amenos, claros e inteligente.
Lo anterior, conlleva conocer por ejemplo, cuántas especies hay en la tierra, es decir, un número total subdividido en dos o tres grandes grupos, sin tener que convertirse en un especialista de alguna de esas especies; tan solo el dato central que forma una idea del tamaño de ese conocimiento.

Le platico un poco más del sentido de este libro, amigo lector. Acerca al materialismo cultural y sus procesos globales, que dan cuenta de los orígenes y evolución de las culturas humanas.
También, de manera sucinta, los estudios realizados por Juan María Ordóñez Velasco, hombre de letras civilizado y juicioso, pero que pierde los estribos con facilidad cuando discute con gente obtusa o que sigue a pie juntillas lo que le dijeron es correcto, razón por la que se interesó en el estudio de las falacias y tener argumentos que callen palabras necias.
Al final, lo que la casa editora procura es que el lector pase un buen rato de esparcimiento, humor y reflexión en torno a la ciencia, sin etiquetar los logros como buenos o malos, que sirva también como ejemplo y escaparate de una gran cantidad de estudios y estudiosos que a partir de este enfoque inverso, alterado o cambiado, las personas se interesen más por la ciencia.
En fin, se trata de un libro diferente con nobles propósitos que bien vale acercarse a él y divertirse un rato viendo la ciencia y el conocimiento con ánimo de divertimento.
GRACIAS POR SU TIEMPO.

¿Sabía Usted?
Mr.

Kuinkelly
El color es una sensación de los rayos luminosos en los órganos visuales, y dependiendo de la cantidad de luz se pueden distinguir diferentes tintes.

Esto significa, que los objetos absorben parte de las ondas electromagnéticas y las restantes son reflejadas, las cuales son captadas por el ojo que envía la sensación al cerebro, y dependiendo de la longitud de la onda, éste las interpretará por su intensidad, dando lugar a la variedad.

Es así que con poca luz, el ser humano sólo ve en blanco y negro.
El blanco es la superposición de todos los colores y el negro es la ausencia de color.

Se clasifican básicamente en colores primarios, que son los que no pueden obtenerse mediante la mezcla de otros colores, estos son: rojo, azul y amarillo.

Los colores secundarios, se obtienen a partir de la mezcla de dos colores primarios; por ejemplo: rojo + azul= morado, azul + amarillo= verde, amarillo + rojo= anaranjado.

Y así, las mezclas según las proporciones que se agreguen de cada color primario o remezclado y vuelto a mezclar, hacen que el número de colores existentes en el mundo, sea infinito.
¡Si no lo sabía, créalo porque es cierto!