Prohibido usar crayolas. Esta es la nueva consigna para los niños migrantes en uno de los centros de detención más polémicos de Estados Unidos, el Karnes, de Texas.

La medida se tomó después de que algunos empleados denunciaran que los menores dañaban el mobiliario con los colores. Pero un grupo de abogados que defienden a las 600 madres y niños alojados en el albergue señalaron que se trata de un castigo excesivo.

Una portavoz del Centro de Educación y Servicios Legales para los Refugiados y Migrantes (RACIES, por su siglas en inglés), organización que ofrece ayuda pro bono a los migrantes alojados en el centro, detalló que la medida fue adoptada después de que unos niños pintaran con crayolas una mesa.

El incidente habría ocurrido en un salón de visitas, mientras las madres de los menores recibían asesoría legal.

El centro Karnes es uno de las tres instalaciones federales que hospeda a mujeres y niños migrantes que llegan a Estados Unidos.

Estos centros son una de las medidas más polémicas del programa de protección de la frontera de la Administración Obama.

En un correo del personal de la Oficina de Detención y Deportación se explicaba que el castigo era resultado de una acción derivada del uso de crayolas que los voluntarios de RAICES habían dado a los niños y que habían causado daño a la propiedad del contratista.

La compañía de seguridad que opera la instalación ha obtenido una ganancia de 57 mil dólares este año por la gestión del centro, según publicó The Guardian.

Barbar Hines, profesora de la Universidad de Texas y miembro de RAICES dijo en una carta que es desproporcionado acusar a niños de "destrucción de la propiedad" por pintar una mesa.

Y añadió que es alarmante que la preocupación por el estado de la propiedad esté por encima del bienestar de los niños.

El rotativo inglés señaló que no obtuvo información clara sobre si la medida se extendía a todo el centro o solo a las salas de visita.