Alerta en internet... "odio" como ofensiva contra México.

Las autoridades de Texas recomendaron el martes a sus estudiantes que se abstengan de viajar a México durante las próximas vacaciones de la primavera boreal, ante la ola de violencia por el narcotráfico que azota al país vecino.

La medida fue anunciada por el Departamento de Seguridad Pública de Texas que asimismo pidió a las personas en embarcaciones que se mantengan en el lado estadounidense de la presa Falcón, que es compartido con México.

El 15 de febrero, un agente antidrogas estadounidense fue asesinado a tiros en México. La víctima fue el agente especial de Inmigración y Aduanas Jaime Zapata.

El director del departamento, Steven McCraw, dijo que la violencia de los carteles del narcotráfico es más severa en el norte de México, pero también es prominente en otras partes de ese país, entre ellas zonas turísticas como Cancún y Acapulco.

La misionera Nancy Davis fue asesinada a tiros el 26 de enero en México en tanto que David Hartley murió de igual forma el 30 de septiembre en la presa Falcón.

ODIO EN LA FRONTERA, CONTRA MEXICO La animadversión de Texas y su gobernador Rick Perry contra Tamaulipas y contra México se asoman a niveles intolerables, en donde el mandatario texano se ha dado la concesión de afirmar que México viven una “inseguridad equiparable con Irak”, contradiciendo con sus declaraciones la política bilateral entre ambos países e incluso se ha confrontando con funcionarios federales del gobierno de Barack Obama a quienes no les concede paciencia alguna ni deferencia diplomática.

El último episodio de esa guerra que libra el gobierno de Texas en contra de México y contra Tamaulipas, fue librada este martes, cuando funcionarios de aquel estado solicitaron a los jóvenes vacacionistas conocidos como “spring-breakers” a que no visiten territorio nacional por considerarlo “inseguro” y alude a la muerte de 65 ciudadanos estadunidenses en el fuego cruzado de enfrentamientos entre bandas delictivas.

El Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS) fue el arma utilizada por el gobernador Rick Perry para continuar con su cruzada xenofóbica y de criminalización de los emigrantes y los mexicanos a quienes visualiza no menos peligros que extremistas radicales árabes y terroristas.

No solamente ejerce su particular forma de “cuidar su frontera” si no que el gobernador Rick Perry es afecto a condimentar sus declaraciones con evidentes rasgos políticos y ofensivos contra sus vecinos del Sur, en donde presume que en ese “fuego cruzado”, en donde han muerto 65 ciudadanos estadunidenses las autoridades de justicia mexicana “no han hecho nada y permiten la impunidad”.

Desde su óptica personal, el mandatario texano asume que sus conciudadanos son de “primer nivel” y que ante el menor ataque o insinuación merece ser castigado con todo el peso de la Ley y de los mexicanos ni un solo comentario le merece, aún cuando muchos de éllos sostienen su endeble economía texana.