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Cuida lo que comes y ayuda al planeta

Cuidar lo que te llevas a la boca podría salvar el planeta.
jueves, 3 de octubre de 2019
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Agencia/Reforma
Cuidar lo que te llevas a la boca podría salvar el planeta.
Disminuir el uso del automóvil o plantar un árbol son acciones que ayudan a combatir el calentamiento global.

Pero hay algo más que tiene gran impacto en la lucha: la alimentación.
"Los seres humanos tenemos una huella de carbono", explica Alfredo Nanni, coordinador de Proyectos de Sostenibilidad de la UDEM.

"Esto tiene que ver con nuestros patrones de consumo y casi siempre cuando pensamos en el carbono nos imaginamos el carro.
"Hay alimentos que tienen una huella de carbono y una huella hídrica mucho más grande que otros, entonces esos pequeños cambios pueden tener un gran impacto".


La huella de carbono es el indicador ambiental que se utiliza para reflejar los gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, el metano y el ozono, que son generados por un producto, una actividad o un individuo.


Cambios de hábitos de consumo, como preferir alimentos locales, evitar productos procesados y disminuir el consumo de carne, pueden tener más peso que otras acciones en la reducción de estos gases y por lo tanto, en el cuidado del ambiente.


1. Escoge productos locales
Cuando entras al supermercado, es común encontrar decenas de alimentos que provienen de otra ciudad, otro país y hasta otro continente.


Pero para que ese producto llegue hasta la tienda, necesitó de grandes cantidades de energía para recorrer la distancia hasta su destino final, señala Gerardo Mejía, profesor de Tecnologías Sostenibles en el Tecnológico de Monterrey.


"Todo ese camino que recorre el alimento, desde que el producto se cultiva, hasta la disposición final del residuo y los envases, todo lo que se utilizó para que uno lo consuma, toda esa energía se traduce a emisiones de dióxido de carbono".


Un estudio realizado por la Universidad de Oxford en 2018 encontró que en la actualidad la cadena de producción de alimentos es responsable del 26 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero que produce el ser humano.


Aunque estos valores varían según el país, aclara el especialista, surtir la alacena con productos de la región ayudaría a disminuir en gran cantidad los gases que provocan el cambio climático.


"Si usted consume alimentos que se producen cercanos a usted, la huella de carbono por transporte también se reduce y eso es algo positivo".
2.

Evita productos procesados
Frijoles enlatados, papas fritas congeladas, sopas instantáneas, pizzas pre elaboradas... son productos que se volvieron cotidianos en la alimentación de la actualidad.


Pero para que esos alimentos se mantengan en buen estado, necesitan pasar por múltiples procesos industriales que necesitan grandes cantidades de energía y emiten gases contaminantes a la atmósfera.


"Si usted toma un alimento que viene directamente del campo, tiene una huella de carbono en su producción y transporte", dice Mejía, "pero si aparte tiene un procesamiento, va a aumentar la huella de carbono".


Aunque consumir estos productos resulta práctico en la vida actual y necesario en algunas ocasiones, el especialista sugiere consumir más alimentos que están en su estado natural.


"Conviene escoger alimentos que no tengan un post procesamiento", apunta. "Cuando se puede hay que intentarlo, comprar alimentos frescos siempre tiene una huella de carbono más baja".


Y con estas acciones también se reduce el consumo de envases de plástico y otros materiales que tardan años en degradarse.
3. Disminuye el consumo de carne
Producir tan sólo un kilo de carne de vaca contamina aproximadamente lo mismo que hacer más de 3 viajes en carro desde el centro de Monterrey hasta el municipio de Santiago.


En Nuevo León, cada habitante consume alrededor de 37 kilos de carne de res al año, cantidad superior al promedio nacional de 15 kilos, de acuerdo con información de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario estatal.


"Dejar de consumir productos de origen animal y empezar a consumir productos de origen vegetal son de las soluciones que se proponen para combatir el cambio climático", apunta Nanni.


Desde el 2006 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura señaló que la ganadería es responsable del 18 por ciento de los gases de efecto invernadero, más que el transporte.


Lo que sucede, explican los especialistas, es que para producir la carne, especialmente la roja, se necesitan grandes cantidades de terreno, comida y agua para alimentar a los animales.


Sin contar que estas especies emiten de forma natural el metano, que es hasta 30 veces más dañino que el carbono.
"Eliminar la carne roja, la carne de res, tiene mucho mayor impacto ambiental que dejar de utilizar tu carro y esos cambios se ven realmente", señala el experto en sustentabilidad.


La campaña internacional Lunes Sin Carne invita desde 2003 a no comer carne ese día de la semana para cuidar el planeta, mejorar la salud y salvar animales.

 

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