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Desde que Antonia quedó viuda, sus hijos la tratan como si quisieran tomar las riendas de su vida: Cuestionan en qué usa su dinero, critican su personalidad y deciden en aspectos que la involucran, sin tomar en cuenta su opinión.

La mujer de 80 años siente que la quieren controlar e interponerse en su independencia, cuando ella aún es una persona que puede valerse por sí misma.

"Quieren manejar absolutamente todo lo que uno hace y deja de hacer", dice Antonia.

"Yo quiero lo que yo quiero, no lo que ellos quieren. La hacen sentir a una que no tiene ese derecho de decidir sobre su propia vida".

Lo que Antonia ha experimentado también ocurre en muchas familias: conforme los padres crecen, los hijos comienzan a tratarlos como si ya no tuvieran la capacidad de elegir por sí mismos la manera en que quieren vivir, por lo que a veces se dirigen a ellos como si fueran niños pequeños totalmente dependientes.

Hay quienes cuestionan su manera de ser o a las personas con quienes se reúnen; otros se entrometen en la forma de usar su dinero y algunos hasta quieren controlar todo lo que hacen o los lugares a los que asisten.

"Empieza la persona a querer manipular sus decisiones, aun y cuando ellos tengan la capacidad de tomar decisiones", señala Leticia Palomino Herrera, Procuradora de la Defensa del Adulto Mayor del DIF Nuevo León.

"Les dicen cosas como: 'Mejor yo te llevo con tus amigos', 'yo pago la luz'".

¿Dónde está el límite entre estar al pendiente de lo que los padres puedan necesitar de los hijos y el querer controlar su vida?

RESPETAR AUTONOMÍA

Es una realidad que, conforme los padres maduran, necesitarán algún tipo de asistencia por parte de los hijos.

Sin embargo, indica Palomino, hay una diferencia entre los adultos autónomos y quienes ya dependen en mayor o menor medida de un cuidador, ya sea por una enfermedad o una lesión.

"Cuando tus padres son independientes, que todavía se valen por ellos mismos y toman sus propias decisiones, debes preocuparte por ellos", indica la Procuradora.

"Pero ellos todavía toman decisiones, deciden a dónde ir, con quién ir y, en la cuestión económica, ellos deciden sus ingresos, dónde los gastan, cómo los gastan".

Una manera de ver en qué momento se cruza el límite de asistir o apoyar a los padres, indica la geriatra Melissa Hughes, es al momento de interferir en su autonomía.

La autonomía hace referencia a la facultad de una persona para actuar según su propio criterio, con independencia de la opinión o el deseo de otros.

"En el momento en que el cuidador empieza a quererse meter con este libre albedrío, con la autonomía de un adulto mayor, ahí es donde empiezan los problemas", apunta la especialista en Geriatría del Hospital Christus Muguerza.

"Habrá adultos mayores que dicen: 'Yo no quiero saber nada de cuentas, prefiero que tú me los manejes'. Pero habrá otros que su bienestar emocional y físico depende de no sentirse dependientes, depende de verdaderamente poder preservarse autónomos la mayor parte de años".

La manera en que los hijos tratan a los padres está relacionada con el rol que toma el adulto en la sociedad, destaca, como en México, que se ve al envejecimiento de las personas como un tema del cual la familia se tiene que encargar.

Además, el tipo de crianza también puede influir.

"Hay roles familiares donde los papás criaron a los hijos de una manera más independiente o muy controladora", detalla, "y al final del día es lo que el hijo aprende".

Las especialistas recomiendan estar al pendiente de señales de violencia como insultar juzgar creencias o actividades, hacer bromas hirientes y ocultar información.

MAMÁ, PAPÁ: ¿QUÉ NECESITAS?

Antonia recuerda con mucha tristeza el día que su hija vendió una de sus pertenencias, sin siquiera preguntarle.

"Como si yo ya no estuviera capacitada", dice la mujer.

Para muchos puede surgir la pregunta: ¿cuál es la manera adecuada de estar al pendiente de los padres?

La manera más sencilla es preguntarles, indica la geriatra Hughes.

"¿Ya le preguntaste qué quiere? ¿Ya le preguntaste qué necesita?", indica. "No por este instinto de sobreproteger caigas en controlar, manipular o violentar".

La especialista da un ejemplo que ve muy seguido en su consultorio: hay hijos que le piden a la doctora ocultarles el estado de salud a los padres, como si ellos no tuvieran la capacidad de elegir si quieren saber o no esa información.

Incluso cuando llegan a una etapa de mayor dependencia, coinciden las especialistas, hay que dialogar y respetar las elecciones que aún pueden tomar.

La recomendación es que todas las decisiones se tomen en consenso entre todos los hijos.

"Si es una familia integrada por cuatro o cinco hermanos, es tomar las decisiones conforme a la familia", apunta Palomino. "Reunirse para el bien de los papás".

A los padres les sugieren hablar con anticipación sobre qué desean para su futuro en salud, transporte y economía, y qué tanto quieren que sus hijos se involucren en ello.

Y a los hijos, recordar que sus papás son personas sabias, con fortaleza, sabiduría y toda una trayectoria de vida, que merecen respeto, cuidado y cariño.

"Háganlo con amor", dice Hughes, "como a ustedes les gustaría que sus hijos fueran con ustedes".

ATENCIÓN

Estas son algunas señales de violencia hacia los padres:

- Juzgar por creencias o actividades.

- Tratar como un niño o niña.

- Hacer bromas hirientes.

- No llamarles por su nombre.

- Dejarles a los nietos a su cuidado sin su consentimiento.