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Ciclismo ‘high-tech’

Los últimos avances tecnológicos permiten subirse a la bicicleta como aficionado o competir profesionalmente, con cada vez más seguridad y eficacia.
lunes, 8 de julio de 2013
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Los últimos avances tecnológicos permiten subirse a la bicicleta como aficionado o competir profesionalmente, con cada vez más seguridad y eficacia, e incluyen una nueva generación de cascos aerodinámicos, inteligentes y que incluso cambian de forma.

La bicicleta es uno de los artefactos más sencillos, eficaces y respetuosos con el medio ambiente que ha concebido el ingenio humano y, después de casi dos siglos de existencia, parece muy difícil de mejorar.

Sin embargo, la ‘high-tech’ (alta tecnología) sigue introduciendo continuos progresos en este singular vehículo de propulsión humana.

Investigadores del Instituto de Biomecánica de Valencia, IBV, (www.ibv.org) y de la Universidad Politécnica de Valencia (www.upv.es), e ingenieros de la empresa Closca (www.closca.co), han desarrollado un casco plegable para ciclistas que puede “vestirse” con una funda o sombrero textil para combinarlo con la ropa y guardarse en el bolso o mochila una vez utilizado.

La gran innovación de este casco denominado ‘Turtle’ (tortuga, en inglés) y que busca vencer las reticencias de los ciclistas a llevar un elemento de protección sobre sus cabezas, consiste en que puede plegarse y guardarse con comodidad.

Esto se consigue mediante un sistema que reduce el tamaño del casco hasta menos de la mitad del que tiene cuando está desplegado, quedando plano como un libro.

El plegado se hace con un solo movimiento de las manos y en menos de un segundo. Además el casco se puede personalizar a gusto de cada usuario cambiando la funda de tela que lo recubre.

El IBV ha asesorado a Closca en los aspectos relativos a la absorción de impactos y la ergonomía (adaptación a las características del cuerpo humano), dos elementos claves para garantizar la seguridad dado que, ante un accidente, los ciclistas que no utilizan un casco homologado y abrochado de manera adecuada tienen casi el doble de probabilidad de sufrir una lesión grave en la cabeza, según esta entidad.

El IBV también ha realizado un estudio antropométrico (basado en las medidas del cuerpo humano) para diseñar una gama completa de tallas, una para niños y tres para adultos, que permiten adaptar el casco a cada usuario, según la circunferencia de su cabeza.

Desde la empresa fabricante señalan que para romper una de las barreras psicológicas que llevan a algunos ciclistas a no usar el casco, el ‘Turtle’ ha sido diseñado como una prenda de vestir adaptada a la estética del ciclista urbano, ya que se comercializará con una gama de fundas textiles con formas de gorros y sombreros, que pueden ponerse y quitarse del casco, y entre las cuales el usuario puede elegir la que prefiera.

EL CASCO PROTECTOR “MUTANTE”

"Tras dos años de investigaciones, hemos conseguido desarrollar un innovador concepto de casco urbano, que aúna la comodidad y la seguridad con el atractivo estético", explica a Efe, Carlos Ferrando, uno de los tres ingenieros de Closca que han desarrollado el 'Turtle'.

"Para adaptar este elemento aún más al estilo personal de cada ciclista, en próximas versiones tenemos previsto que el casco vaya acompañado de un sencillo sistema para que el usuario pueda elegir la tela de la funda y confeccionarla de manera cómoda, a su completo gusto", adelanta Ferrando.

Según este experto "uno de los aspectos más complicados del desarrollo de este elemento de protección ha sido encontrar el material idóneo, con una máxima capacidad de absorber los impactos.

Una vez hallado y probado, el gran reto fue moldearlo según un diseño ergonómico, debido a la extrema precisión de las temperaturas que hacen falta para fabricarlo".

"Finalmente hemos conseguido los mejores resultados con un polímero especial EPP, que muestra unas características extraordinarias de protección contra impactos, ya que absorbe la energía del golpe, reteniéndolo dentro de su estructura molecular y, en última instancia, disipándola por su plasticidad, evitando que llegue a la cabeza del usuario", señala Ferrando.

Por otra parte, ahora los ciclistas de élite consiguen mejorar su rendimiento aerodinámico en las carreras contrarreloj realizando pruebas en túneles de viento, donde además chequean distintos diseños y materiales para sus cascos protectores.

Por ejemplo, el túnel de viento de la Universidad de Granada, UGR, (www.ugr.es) en España, sirve de campo de pruebas para ciclistas deportivos como los del equipo Movistar Team -entre ellos el campeón de la Vuelta a España 2011 Juanjo Cobo- a quienes se les han realizado mediciones de la presión del aire sobre sus cascos y espaldas.

Estos ensayos, efectuados con la colaboración de la compañía Catlike, (www.catlike.es) y del profesor de Educación Física y Deportiva de la UGR, Mikel Zabala, sirven para verificar el rendimiento aerodinámico de los ciclistas y su equipamiento, es decir probar aquellas formas, materiales, diseños y posturas, que ofrecen una menor resistencia al aire y una mayor sustentación, estabilidad y velocidad para el ciclista, su bicicleta e indumentaria, al desplazarse.

Las pruebas en el túnel de la UGR permiten visualizar el flujo de aire y grabar lo que sucede en el simulador con cámaras de alta velocidad, así como probar cascos con distintos materiales y diseños.

PEDALEANDO CONTRA EL VIENTO SIMULADO…

Los ensayos con los ciclistas del Movistar Team los ha efectuado el Grupo de Dinámica de Flujos Ambientales de la UGR, en el Túnel de Viento ubicado en el Centro Andaluz de Medio Ambiente (CEAMA), en el que se pueden simular, a escala, vientos cerca del suelo o el mar, de más de 150 Kilómetros por hora, según Zabala.

El túnel tiene una longitud exterior total de 25 metros y una sección de ensayo de 2,15 por 1,80 metros de área.

Desde la UGR explican que este simulador se utiliza habitualmente para realizar estudios de la respuesta de la acción del viento en las estructuras, de la formación y movimiento de dunas, de los vientos en topografías urbanas y naturales, de la dispersión y concentración de contaminantes en el ambiente y de rendimiento aerodinámico en náutica, entre otros.

El vanguardista estudio Chaotic Moon (www.chaoticmoon.com), en Texas, (EE.UU.) especializado en tecnologías aplicadas a la movilidad, ha diseñado un casco experimental para ciclistas denominado 'Helmet of Justice' (casco de la Justicia), que funciona como la “caja negra” de un avión, al registrar lo que sucede durante los desplazamientos y grabar imágenes si hay un impacto, funcionando como testigo electrónico de los accidentes.

Este casco experimental lleva siete cámaras que graban todo lo que sucede alrededor, así como un posicionador por satélite GPS que registra en todo momento la localización geográfica del ciclista a lo largo del trayecto que realiza, y un acelerómetro que especifica la velocidad exacta a la que se desplaza.

Estos datos se almacenan en una memoria SD de alta resistencia y pueden ser recuperados a través de un dispositivo con conexión USB.

Cuando el casco detecta un impacto por medio de sus instrumentos, sus cámaras comienzan a grabar en un radio de 360º, tomando imágenes cercanas y panorámicas y registrando todo el accidente y sus incidencias, durante las dos horas posteriores, desde una simple caída o un atropello, hasta un choque con otro vehículo con consecuencias severas.

En definitiva, funciona como la "caja negra" de los aviones.

Ricardo Segura/E F E – REPORTAJES

 

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