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Dormir mal afecta la calidad de vida

Mientras duermes puedes tener pausas temporales en las que dejas de respirar brevemente. Este trastorno se conoce como apnea del sueño. Foto: EFE ARCHIVO
Un sueño de mala calidad afecta la vida cotidiana con síntomas como somnolencia excesiva, dolores de cabeza, cambios repentinos de humor y dificultad para concentrarse
miércoles, 24 de febrero de 2016
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(Agencia Reforma) Si por la noche sientes que no descansas y durante el día tienes somnolencia, probablemente sufras de un trastorno respiratorio del sueño.

Mientras duermes puedes tener pausas temporales en las que dejas de respirar brevemente. Este trastorno se conoce como apnea del sueño.

"La apnea se refiere a una pausa en la respiración de 10 o más segundos que suele presentarse varias veces en una sola noche", indica el neurólogo Francisco Guerrero Campos.

"Se ha comprobado que más de cinco apneas en una hora durante el sueño nocturno repercuten significativamente en la calidad de sueño".

Un sueño de mala calidad afecta la vida cotidiana con síntomas como somnolencia excesiva, falta de concentración, dolores de cabeza, cambios repentinos de humor, dificultad para concentrarse, sensación de ansiedad, incluso depresión.

"Cuando existen alteraciones del sueño los pacientes manifiestan micro despertares durante la noche, ya sea por esfuerzo respiratorio, movimientos inconscientes de extremidades o por cambios de posición que el cuerpo realiza para poder respirar", explica Guerrero Campos.

"El cerebro se despierta parcialmente para reabrir las vías respiratorias y permitir la respiración, cuando esto ocurre repetidas veces durante la noche la calidad del sueño disminuye".

SIN DORMIR

En la apnea del sueño existen diferentes variantes:

Apnea obstructiva. El paciente deja de respirar brevemente por una obstrucción temporal de la vía aérea superior (nariz o garganta), que puede ser ocasionada por la relajación de los músculos de la lengua y la garganta durante el sueño.

También puede existir una alteración estructural que estreche la vía aérea como paladar redundante, lengua grande, mandíbula pequeña, cuello corto, amígdalas grandes, entre otras.

El ronquido surge de la vibración de los tejidos de la garganta ante la dificultad del paso de aire en las vías aéreas superiores.

APNEA CENTRAL. Este tipo de apnea de menor prevalencia se manifiesta en pacientes que sufren algún trastorno o lesión en el sistema nervioso central.

Aunque la vía respiratoria permanece abierta, la acción automática de respirar presenta pausas porque el sistema nervioso deja de enviar señales a los músculos que producen la respiración.

Las personas con este tipo de apnea no siempre presentan ronquido, así que habitualmente el problema pasa inadvertido por años.

APNEA MIXTA. Surge como una combinación entre la apnea obstructiva, donde hay un bloqueo u obstrucción en la vía aérea superior, y la apnea central, donde los músculos no hacen ningún esfuerzo para respirar.

En ocasiones, el paciente puede presentar una apnea central y con el tiempo, manifestar un componente central de la respiración.

HIPOPNEA. Este tipo de respiración se produce cuando el flujo de aire disminuye durante 10 segundos, llegando a ser igual o mayor del 50 por ciento del observado al empezar a dormir, debido a un reducción parcial del volumen del espacio aéreo o una estrechez que no llega al colapso.

 

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