¿Qué vine a hacer a este mundo?, ¿Para qué sirvo?...

Es fuerte..., actualmente, hay personas que no saben su propósito de vida, otros ni siquiera saben que su vida tiene un propósito.

Para reconocer y contestarte esas preguntas, mencionaré en este escrito, algunas características, que pueden darte una idea acerca de eso que sabes, tienes y estás capacitado para hacer.

¿Cómo saber cuál es mi propósito de vida?

- Cuando no duermes pensando en ese proyecto

- Cuando suspiras al pensarle.

- Quieres saber más al respecto.

- Es como cuando quieres a alguien y no sabes por qué.

- Cuando no tienes nada de sueño estando en la cama y no dejas de moverte, pensando en que si te levantas, puedes hacer más y más a cerca de lo que te gusta.

- Cuando te llegan miles de ideas y las anotas.

- Cuando vienen a tu mente, las posibles personas a las cuales podrías invitar a tu proyecto u ofrecerles el servicio.

- Cuando sientes emoción por lo que vas a ofrecer, la alegría que generarás en las personas a las que sirvas con tus talentos.

Cuando llevas a cabo esas ideas que anotaste y te sorprendes por el éxito obtenido ¡jamás te equivocaste, te escuchaste y actuaste!

Quizá en algún momento te diste cuenta de tus capacidades, habilidades, interés por lo que realizas fácil, rápido y sin esfuerzo y así es como te llega el dinero, oportunidades, clientes y te preguntas, ¿de qué manera puedo servir más?

Cuando confías y te atreves a llevarlo a cabo, hay una satisfacción enorme en tu cuerpo, se siente bien, relajado, tranquilo, con alegría, la vida tiene sentido.

Te sientes contento contigo mismo, y es un deber hacerlo con pasión, entrega, dedicación, entereza, virtud.

No importa lo poco o mucho que creas aportar con lo que mejor sabes hacer. Siempre hay personas que necesitan de eso que solo tú sabes realizar, ¡nadie en este mundo puede hacerlo como tú!, créeme, el mundo requiere más personas que se atrevan a soñar, a ser ellos mismos, a crear esas ideas que pasan por su mente y volverlas realidad.

Se requiere tu acción y tener fe en tus habilidades y talentos; cuando haces eso, contagias de energía positiva a todo tu entorno y todo se vuelve diferente, saludable en todos los aspectos, hasta empiezas a cuidarte, valorarte, quererte y aceptarte.

Te invito a observarte, a tomar consciencia al respecto, pregúntate a ti mismo que te gustaba jugar de pequeño, ahí hay pistas para saber ¿qué es lo que viniste a hacer, a aportar a este mundo, a dejar aquí?

Es algo más que tener un hijo, plantar un árbol o escribir un libro… Es algo más, mucho más que solo sobrevivir. Recuérdalo