Pancreatitis: como un cuchillo en el estómago

(Agencia Reforma) El dolor abdominal en una pancreatitis es tan intenso e incapacitante que pacientes que lo han experimentado lo describen como si alguien les hubiera enterrado un cuchillo en el estómago.

La gastroenteróloga y hepatóloga pediatra Idalia Cura menciona que éste es un padecimiento grave que se ha incrementado en México por los altos índices de obesidad y sobrepeso en la población.

Una de las causas más comunes en adolescentes y adultos tiene relación con el desarrollo de cálculos en la vesícula y la vía biliar, a su vez asociados a un peso elevado.

"Es una inflamación del páncreas y la causa más común en adultos es debido a una obstrucción del conducto principal de esta glándula; es un padecimiento intraabdominal grave porque el páncreas cumple con diversas funciones importantes", expresa la también experta en nutrición infantil.

La glándula cumple una función exocrina al producir sustancias (amilasa, lipasa, peptidasas) para la digestión de los alimentos (carbohidratos proteínas y grasa), y otra endocrina, produciendo insulina para regular la glucosa en sangre.

"En una pancreatitis se liberan estas enzimas dentro de la glándula, y como los tejidos del cuerpo están también formados por proteínas, grasas y carbohidratos, el tejido pancreático se autodigiere y puede destruirse", explica Cura.

¿Origen: los excesos?

Las causas de la pancreatitis aguda son múltiples, pero más del 80 por ciento se pueden atribuir a tres causas principales, todas asociadas a excesos de comida y alcohol.

En el adulto prevalecen las pancreatitis biliares: más de la mitad de los casos se deben a la salida de piedras a través de la vía biliar, que desemboca junto con el páncreas, en la papila duodenal.

"El cálculo queda atrapado y obstruye la salida de las secreciones del hígado y páncreas. Esto provoca que las enzimas pancreáticas regresen a la glándula y la destruyan", menciona Cura.

Si la persona hace una comida copiosa con alimentos altos en grasas, proteínas o difíciles de digerir, la vesícula se exprime y el cálculo se incrusta en los conductos que llevan la bilis al intestino delgado.

"La segunda causa es el consumo excesivo de alcohol: en una pancreatitis alcohólica las personas con mayor riesgo son las que son alcohólicos crónicos o las que personas que en una noche beben de más", dice.

Una causa emergente es por dislipidemias, o elevación de triglicéridos (grasa) en la sangre, que también se relaciona con un exceso de peso.

Los niños también pueden padecerla; aunque las principales causas tienen que ver con traumatismos e ingesta de medicamentos, en los últimos años hay un aumento de casos relacionados con cálculos biliares como en el adulto, principalmente en adolescentes de 10 a 14 años.

La pancreatitis se cataloga según la gravedad y extensión del daño al páncreas, por lo que puede ser leve, moderada o severa, define la gastroenteróloga y hepatóloga pediatra Idalia Cura.

Alta mortalidad

Para diagnosticarla, los médicos primero la sospechan con el cuadro clínico y la confirman con exámenes de sangre que detectan una elevación de las enzimas pancreáticas.

El base del tratamiento es dejar en "ayuno" al paciente para no estimular el páncreas y tratar los síntomas: si hay deshidratación, hay que hidratar con líquidos intravenosos o bien, administrar analgésicos y antibióticos.

Estudios de imagen como la ecografía abdominal ayudan a detectar un posible cálculo, y en casos moderados y severos una tomografía axial computada revela la magnitud del daño al tejido pancreático.

Ubicada la causa, gracias a estudios y exámenes, los médicos la atienden: si fue biliar, se extrae el cálculo y eventualmente se extirpa la vesícula; si fue por medicamentos, se evalúa modificar la dosis o sustituirlo por otro.

Cura destaca que una pancreatitis leve puede resolverse en 3 o 4 días, pero una severa tarda a veces hasta 6 u 8 semanas por todas las complicaciones que provoca este problema que posee un alto índice de mortalidad.

Síntomas

- Dolor en el abdomen

- Náusea y vómito

- Dolor de espalda

- Sudoración

- Piel fría y húmeda

- Escalofríos

- Pérdida de peso