Ma. Teresa Medina Marroquín

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Decadencia y caída de la partidocracia

viernes, 27 de febrero de 2015
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González Iñárritu usó un poderoso altavoz que retumbó por todo México, mucho más que la sirena de un navío antes de largar amarras.
El cineasta galardonado con tres Óscar por “Birdman”, desencadenó, igual que Alfonso Cuarón en 2014, la furiosa envidia de racistas y, en un instante, trasladó la influencia mundial de Hollywood a la esfera política mexicana, señalando que la corrupción y la injusticia alcanzaron “niveles insoportables”.
Afortunadamente este par de talentosos defeños portan la “Green Card”, y Estados Unidos no es México, por lo que la ojeriza de los segregacionistas como Donald Trump y su intriga (“Se está llevando todo el oro.

¿Fue tan bueno?”) les hará lo que el viento a Juárez.
Los que sí no podrán hacer nada son los 7 millones de migrantes mexicanos indocumentados a quienes González Iñárritu les dedicó, igual a los que vivimos acá su breve discurso:
“Quiero dedicar este premio a mis compatriotas mexicanos, los que viven en México.

Ruego para que podamos encontrar y construir el gobierno que merecemos. Y a los mexicanos que viven en este país para que sean tratados con la misma dignidad y respeto que los que vinieron primero y construyeron este increíble país de inmigrantes”.
La respuesta del PRI llegó rápido, ¿reconocimiento o alergia?, no lo sé: “Coincidiendo con el orgullo mexicano, es un hecho que más que merecerlo estamos construyendo un mejor gobierno.

Felicidades”.
El presidente Enrique Peña Nieto guardó silencio. Quien debió haber respondido era él. Y bien asesorado, hasta provecho le hubiera sacado.
PAN, PRD y Morena, también callaron, saben bien que la partidocracia de la que forman parte está en decadencia y caída libre pues dejaron de ser (y quizá nunca lo fueron) el referente de las transformaciones que debieron llegar desde que Vicente Fox asumió el poder en el 2000.
No obstante, los partidos lo único que han hecho es dificultar con sus diputados y senadores el conjunto de bienes sociales que, según la riqueza de este país, han de haberse distribuido desde hace más de 40 años, en cuyas cuatro décadas el pueblo de México sólo ha recibido una racha de crisis, cada vez de mayor intensidad y de efectos avasalladores.


No es súbito y menos inexplicable entonces que Alejandro González Iñárritu, junto con Cuarón, sean ya telúricos portavoces de una sociedad que exige cambios reales y profundos en toda la estructura del poder, cuyo andamiaje está a punto de desplomarse por la exagerada corrupción, injusticia e impunidad.
Del dime y te diré entre el Papa Francisco y Los Pinos, matizado por una diplomacia que (como siempre) maquilla diferencias, ya es de sobra conocido; y la llamada “mexicanización”, causa del “malentendido”, debería motivar a una amplia reflexión política que a estas alturas es impostergable.
UNA NUEVA ÉPOCA
En ese sentido, surgen acciones que permiten vislumbrar decisiones rotundas del presidente Peña por combatir el mal que asfixia a México, al igual de la Cámara de Diputados al “destrabar” la Ley Anticorrupción acordando que el secretario de la Función Pública sea ratificado por el Senado, incluyendo que las participaciones federales las fiscalice hasta en un 92% la Auditoría Superior de la Federación y que los delitos de los servidores públicos no queden sin sanción al prescribir siete años después.
Estas reacciones serían el inicio de una nueva época para el país, pues los contrapesos entre poderes mejorarían considerablemente (ojalá y así sea) que todos los funcionarios que manejan presupuestos estén sujetos a un Estado de Derecho moderno y democrático.
¿QUIÉNES SERÁN EN TAMAULIPAS?
Todo esto nos lleva a cuestionar si los candidatos a diputados federales dejarán de lado promesas que no cumplirán, así como actos de condescendencia hacia la ciudadanía, lo que provoca que una vez electos hagan lo que quieran y como quieran sin el consenso de la sociedad.

Por eso se anticipan derrotas de políticos que en el pasado sólo atendieron lo que convenía a sus intereses y pasiones.
¿Quiénes serán en Tamaulipas, de los tres principales partidos, PRI, PAN, PRD, los candidatos que se atrevan a inaugurar no un nuevo discurso sino una nueva época política?
¡Feliz fin de semana!
tessieprimera@hotmail.com
columnaorbe.wordpress.com

 

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